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No hace mucho compartimos un excelente tiempo de comunión y exhortación bíblica acerca del tema del matrimonio con un grupo de hermanos. Al terminar, mi esposa Kathy me señaló una de los temas que surgieron durante el panel: cuando un esposo excluye a su esposa de las decisiones financieras. Kathy comentó que era posible que esa inquietud estuviera ligada al envío de dinero a familiares en el país de origen del esposo.

¿Qué hacemos en un caso como este? ¿Qué pasa si uno de los cónyuges quiere enviar dinero a su familia en el extranjero? Consideremos algunos principios.

Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío

Algo que es de suma importancia recordar es que en el matrimonio no hay separación de bienes. Todos los bienes materiales de la unión pertenecen a ambos. El principio de ser una sola carne implica que no hay división en ninguna área de la vida, esto incluye el aspecto económico (Gn 2:24).

Esto quiere decir que ningún desembolso monetario debe de ser hecho sin la aprobación de ambas partes. Ese dinero no tiene un solo dueño, sino que tiene dos que ahora son uno.

Este principio puede verse en la unidad de la Trinidad: «y todo lo Mío es Tuyo, y lo Tuyo, Mío…» (Jn 17:10). El matrimonio, como reflejo de una verdadera unión, debe respetar este principio.

En el matrimonio no hay separación de bienes

En lo práctico, un presupuesto nos ayuda a manejar correctamente las finanzas. Cuando hay categorías de gastos aprobadas, no hay necesidad de tener una reunión para cada decisión financiera. Por ejemplo, si hay un presupuesto para gastos de Navidad, Kathy no tiene que preguntarme para cada regalo que ella compre (y viceversa), siempre y cuando estén dentro del presupuesto asignado. 

Liderazgo no significa dictadura

Ser el líder del hogar no es lo mismo que decir: «Aquí se hace lo que yo digo simplemente porque yo quiero». El liderazgo bíblico significa que damos dirección espiritual al uso de nuestros recursos, en este caso económicos. El hombre debe ser el que está pensando estratégicamente sobre cómo las finanzas pueden ser usadas para la gloria de Dios; Él debe estar dispuesto a sacrificar sus preferencias de gastos frívolos para bendecir a su esposa (1 P 3:7).

De forma práctica, el hombre debe procurar ser el guía de la esposa y comprender sus pedidos financieros. Las damas deben estar inclinadas a seguir el liderazgo del esposo al usar los recursos para la gloria de Dios. Sin embargo, si el hombre no lidera en generosidad bíblica, la mujer debe apelar para que el matrimonio cumpla con los requisitos bíblicos de dar dinero para el Reino. 

Responsabilidad de cuidar de padres vulnerables

1 Timoteo 5:3-8 es el pasaje que debe gobernar la manera en que enviamos dinero a nuestras familias en otros países: «Honra a las viudas que en verdad son viudas. […] Pero si alguien no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo».

La única responsabilidad bíblica es para con las viudas que en verdad son viudas. ¿Qué quiere decir Pablo con esto? Familiares que están desamparados y no tienen medios para poder sostenerse, que por razones físicas no pueden trabajar y proveer para la familia. ¿Porque Pablo solo incluye viudas? Porque un hombre debe tener la responsabilidad de proveer hasta el día de su muerte. Obviamente, en un mundo donde la medicina moderna ha alargado la vida de las personas y muchos viven años donde no pueden ser productivos, existe la posibilidad de tener familiares hombres que no pueden proveer. Esa realidad debe llevarnos a ahorrar para la vejez y no ser una carga innecesaria para los hijos. 

Si hay una obligación a enviar dinero, esto no debe ser a expensas de las necesidades reales de la familia que envía

¿Cuándo es que los hijos están obligados a enviar dinero a sus familiares? Cuando no hay un varón hábil que pueda proveer para la madre. La obligación es para cubrir las necesidades básicas de techo y comida; no debe de ser para mantener estilos de vida cómodos. Si una familia está recibiendo dinero y hay personas que pudieran proveer, se debe de hacer un plan para impulsar a esta persona para que tome su responsabilidad (2 Ts 3:10).

Algo importante: la familia que recibe ayuda debe agradecer con humildad la ayuda recibida. No debe existir un sentido de manipulación: «yo te cuidé y ahora te toca». Lo que los padres hacen en la crianza es su responsabilidad. No es algo que se les debe cobrar a los hijos en la vejez.

Honrar el principio de prioridad ética

Por último, consideremos el principio de prioridad ética. Si hay una obligación a enviar dinero, esto no debe ser a expensas de las necesidades reales de la familia que envía. La cantidad a enviar es calculada no solo por la necesidad de los familiares que van a recibir, sino también considerando lo que hay disponible después de cubrir las necesidades básicas de la familia que está enviando. Una familia no debe pasar hambre para cubrir las necesidades de otros, más aún si las necesidades no son reales.

Debemos ser generosos, pero esta generosidad nunca debe llevarnos a no cumplir con la provisión al hogar que Dios nos permitió formar (1 Ti 5:8).

Un gozo compartido

Cubrir las necesidades de familiares debe ser un gozo para ambos cónyuges. Uno de los momentos más hermosos de nuestro matrimonio fue cuando Kathy accedió con alegría enviar una cantidad mensual a mis papás. Este envío duró varios años, hasta la muerte de mi padre. El evangelio permitió que Kathy sacrificara sus preferencias de gastos para cuidar a mi madre.

Con todo, entiendo que si Kathy no hubiera estado de acuerdo, yo no habría podido enviar ese dinero. Aunque soy la única persona que gana dinero en esta casa, ese dinero no es mío. Ese dinero es de ambos.

Que el principio de la unidad nos guíe cuando hay que tomar decisiones difíciles, y que el evangelio nos dé esperanza para glorificar a Dios en medio ellas.

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