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En “El evangelio y mi trabajo” contamos historias acerca de cómo los cristianos glorifican a Dios en sus trabajos y tareas cotidianas. En esta ocasión, Pablo Moena nos comparte sobre su experiencia en el campo del marketing digital.

“Todos serán olvidados,” escribe Tim Keller, “nada de lo que hagamos hará ninguna diferencia, y todas las buenas obras, incluso las mejores, serán como nada. A menos que haya un Dios. Si el Dios de la Biblia existe y hay una Realidad Verdadera debajo y detrás de esta, y si esta vida no es la única vida, entonces toda buena obra, incluso las más simples, buscadas en respuesta al llamado de Dios, pueden importar para siempre”.

Nadie quiere pensar que su trabajo no importa. Nadie quiere levantarse convencido de que el sudor y las lágrimas de las tareas de hoy no sirven para nada. Mucho menos los cristianos. Sabemos que esta vida tiene propósito: “glorificar a Dios y disfrutar de él para siempre”. Pero a veces parece como si ese propósito solo se cumpliera los domingos y en las reuniones de oración, ¿no? Quisiéramos abandonar nuestros trabajos “seculares” e invertir todo nuestro tiempo en el reino de Dios.

“¡Oh, si tan solo tuviera más tiempo para servir al Señor!”.

Pablo Moena nació, como suele decirse, en “cuna cristiana”. Su padre es pastor. Creció entre escuela dominical, eventos para jóvenes, e institutos bíblicos. Sin embargo, a pesar de que pasó toda su vida en el mundo evangélico, algo no andaba bien. “Estaba muy metido en la iglesia” me dijo, “pero ni siquiera era capaz de explicar lo que es el evangelio”.

Por gracia de Dios, eso cambió. Pablo comenzó a ver y entender la profundidad de las verdades del evangelio de Jesús. Ahora su vida tiene un propósito muy claro: la gloria de Dios. Él se dedica a servir al Señor como líder de jóvenes… y como dueño de una agencia de marketing digital.

El llamado sagrado a la oficina

Como muchos cristianos, Pablo soñaba con estar en el ministerio de tiempo completo. Y por ministerio, él se refería a algo dentro de la iglesia o en alguna organización paraeclesiástica. Sin embargo, Dios tenía planes diferentes para él. A pesar de no venir de una familia de empresarios ni jamás haber deseado tener su propio negocio, Pablo es fundador y CEO de Webketing, una agencia que trabaja con marcas de la talla de Google.

El deseo de fundar esta compañía surgió de la necesidad de generar recursos para el reino. “Me frustraba que no había recursos para ayudar a que la gente trabajara de tiempo completo en la iglesia”, explica Pablo. Aunque él sinceramente desea servir de lleno en su iglesia local, sabe que todavía no es el momento. “Hay mucho trabajo aquí, muchas personas a quienes compartir el evangelio”, dice. “Mi anhelo es que la empresa pueda crecer hasta el punto de que podamos financiar el que yo y otras personas trabajen de tiempo completo en la congregación”.

Una de las cosas que más le ha ayudado a ver cómo su trabajo glorifica a Dios es entender la doctrina de la vocación. Durante la Reforma, los teólogos empezaron a derrumbar la barrera que se había levantado entre el trabajo “sagrado” y el “secular”. Si Dios te ha llamado a la oficina, a la iglesia, o al hogar, tu trabajo es un llamado sagrado del Señor. Como escribe Miguel Núñez, “sea lo que sea que hagamos en la vida, Dios nos lo ha asignado para que glorifiquemos su nombre”.

En su posición, Pablo tiene la oportunidad de predicar el evangelio en esferas a las que muchos cristianos no llegan normalmente, con clientes y empresarios de alto rango. “Dios no hizo a todos pastores, pero a todos nos dio habilidades”, comenta. “Nuestra responsabilidad es entender lo que Dios puso en nuestras manos y devolvérselo para darle gloria”.

El evangelio en la oficina

Pablo llega a la oficina a las 9 de la mañana. Se encarga de dirigir la agencia, diseñar estrategias de mercadotecnia y venta, reunirse con clientes, y coordinar diversos proyectos con equipos creativos. Cada mes tiene un desayuno con todos los empleados, momento que aprovecha para compartir el evangelio y recordar que el propósito de Webketing es que este mensaje se dé a conocer.

No todos los miembros de su equipo son cristianos, pero sí requiere que las personas que trabajan en la empresa comprendan la visión y cumplan con ciertos estándares morales. Sin importar lo que crean los que estén en la habitación, cada reunión termina en oración y bendición. “El evangelio no es cómodo, pero ese es el reto”, me dijo. “El mundo te dice que contrates por talento. El mundo te enseña a tomar decisiones con principios completamente contrarios a la Palabra”.

Y, por supuesto, estar en medio de ese mundo traerá muchos retos. Como decirle “no” a Google cuando te pide que hagas una campaña para un club nocturno para hombres. Después de todo, Pablo sabe que su mejor contacto no es Google, sino el Dios del universo.

“Jesús no oró para sacarme del mundo. Mi oración constantemente es que si Él nos ha puesto en el mundo, que Él nos guarde. Su respuesta siempre es que la Palabra nos santifica”, dice Pablo.

Aunque muchos cristianos prefieren escapar de la mentira y corrupción que abunda en el mundo y servir solo en la iglesia, permanecer en medio de la oscuridad le ha dado a Pablo muchas oportunidades de ser luz. Webketing busca siempre hacer un trabajo excelente con Cristo como su estandarte. Una campaña fue tan exitosa que el cliente quiso juntarse con Pablo. Él terminó regalándole una Biblia y comenzó a discipularlo.

Empresarios para la gloria de Dios

“Necesitamos más empresarios cristianos porque el evangelio necesita ser expandido. Necesitamos personas que entiendan que su rol es generar recursos para ello”, asegura Pablo. Cuando entendemos que somos llamados a ser un reflejo de la gloria de Dios, tomaremos las habilidades que Dios nos ha dado y las usaremos para que su Nombre sea conocido… aunque eso signifique estar en una oficina todo el día.

En Cristo, sabemos que nuestra vocación —sea cual sea— no es en vano. La madre que cambia pañales sabe que de entre sus monótonas tareas se levantará un hijo maduro y capaz. El profesor que revisa otro examen sabe que cada día siembra verdades en sus estudiantes. Y Pablo Moena —mercadólogo y líder de jóvenes— busca exponer el evangelio y glorificar a Dios con cada predicación, cada junta, cada consejería, y cada campaña de publicidad.


Imagen: Lightstock
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