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El aborto en Argentina: Lo que debes saber sobre el resurgir del debate

El debate por la legalización del aborto vuelve al Congreso argentino mediante sesiones extraordinarias, a raíz del anuncio del presidente Alberto Fernández, quien el pasado 17 de noviembre envió el proyecto al Congreso. Así el mandatario confirmó una de las promesas de su campaña electoral del año pasado.

En este marco, ACIERA (la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina) y diversas organizaciones provida y religiosas, convocaron a una marcha el próximo sábado 28. La convocatoria tendrá su punto de encuentro frente al Congreso, pero tendrá su réplica en distintas provincias y distritos del país, para reclamar a los legisladores la defensa de los derechos del niño por nacer.

La invitación conlleva la premisa bíblica: “Libra a los que son llevados a la muerte, y retén a los que van con pasos vacilantes a la matanza” (Pr. 24:11). Esto nos recuerda que la lucha a favor de la vida no ha terminado en Argentina y el resto de América Latina.

¿La prioridad en el país?

Según ACIERA, el proyecto legal a favor del aborto es inoportuno debido al contexto pandémico que atraviesa el mundo y en especial el país, presentando malos resultados en lo que respecta al número de contagios y muertes. Un estudio de la agencia Bloomberg presenta a Argentina como el segundo peor país para vivir la pandemia (entre 53 naciones). Otro tema crítico es el de la crisis económica, en especial cuando el país alcanzó recientemente uno de los peores índices semestrales de pobreza e indigencia en su historia.

En Latinoamérica existen fuertes presiones internacionales para legalizar el holocausto moderno del aborto

A su vez, ACIERA destaca que “hay una gran mayoría celeste [provida] por sobre el movimiento verde [proaborto] que se concentra [en] Buenos Aires. 16 de 24 provincias son mayoría celeste, convirtiéndose en el 70% de la conformación federal del país”.

Presiones internacionales

La discusión vuelve a poner sobre la mesa un tema que dividió a los argentinos en el 2018. Ese año, luego de un arduo debate y de que la Cámara de Diputados diese media sanción al proyecto, los senadores manifestaron su rechazo a la ley de aborto por 38 votos contra 31, con 2 abstenciones. Así Argentina se convertiría en un modelo de lucha para los países que debían dar la misma batalla.

Sin embargo, a pesar de la manifestación de rechazo del Senado, la búsqueda de legislar a favor se mantiene. Es bastante conocido que la campaña por la “Interrupción Voluntaria del Embarazo” (IVE) es financiada por organizaciones internacionales y nacionales divorciadas de la cosmovisión cristiana.

Tanto en Argentina, como en distintas regiones de Latinoamérica, existen fuertes presiones internacionales y financiación por organismos para legalizar el holocausto moderno del aborto. Entre ellas están el Banco Mundial, IPPF (International Planned Parenthood Federation), la ONU (Organización de Naciones Unidas), la OMS (Organización Mundial de la Salud), Amnistía Internacional, y diversas embajadas.[1]

La Biblia reconoce a cada individuo como una criatura con dignidad innata, pues es creado imagen y semejanza de Dios

Asimismo, esta agenda está relacionada con la ideología de género, ya que obedece a un programa global de control poblacional. De hecho, el propio proyecto de IVE que se tratará en el Congreso argentino, en su artículo 12 promueve la capacitación en Educación Sexual Integral (ESI) con perspectiva de género, lo cual es un mero eufemismo para una ideología impuesta. No solo Argentina, sino también toda la región, necesita estar al tanto de las agendas ideológicas más amplias que van de la mano con las leyes abortistas.

Por qué oponernos al aborto

En su libro ¿Por qué en favor de la vida?, Randy Alcorn señala que “ahora la gente grande ha decidido que los pequeños son lo bastante insignificantes como para no tener derechos”.  La Biblia reconoce a cada individuo como una criatura con dignidad innata, pues es creado imagen y semejanza de Dios (Gn. 1:26-27), de manera única e irrepetible. El Salmo 139 brinda una descripción precisa del diseño de Dios desde la formación embrionaria hasta el nacimiento: “Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre” (v. 13). Más allá de haber sido deseado o no por sus padres, el Señor se ocupa de formarlo en el vientre materno. El salmista es coherente y elocuente cuando alaba a Dios al meditar en esta obra admirable: “Te daré gracias, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien” (Sal. 139:14).

La agenda abortista representa una batalla espiritual, la cual convoca al pueblo de Dios a orar y defender al inocente

Es por eso que la agenda abortista representa una batalla espiritual, la cual convoca al pueblo de Dios a orar y defender al inocente (Pr. 31:8-9). En esta batalla, el evangelio de Jesucristo debe proclamarse abiertamente. Solo Dios tiene el poder para cambiar los corazones y las naciones. Esta una lucha en la cual se contrapone la naturaleza de Cristo como la fuente y el dador de la vida (Jn. 14:6), y la naturaleza homicida del diablo (Jn. 8:44).

Defendamos la vida

Es evidente que esta crisis moral trae una sana preocupación a los creyentes, pues además de naturalizar el genocidio intrauterino, conlleva un entramado de ataques a la verdad de Dios, a las libertades humanas debido a la imposibilidad de objeción de conciencia de médicos, y a la intolerancia y persecución religiosa, ya que algunas iglesias de Argentina han sido atacadas por el feminismo radicalizado y grupos de izquierda. El mundo está atravesando un programa de control natal que, lejos de ser algo novedoso y progresista, existe desde los tiempos de Faraón y Herodes.

Los creyentes debemos defender la vida y estar alertas ante la injusticia del aborto. Este es uno de los mayores desafíos de nuestra época, lo cual demanda mucha oración, evangelización, y repensar nuestro llamado de ser la voz de los que no tienen voz. Mientras atendemos el llamado, recordemos que el evangelio de Jesucristo, que fue poderoso para transformar al apóstol Pablo (1 Ti 1:12-16) y cambiarnos a nosotros, también puede librar y cambiar a los que promueven el aborto en Latinoamérica.


[1] Arturo Quarracino, Geopolítica y aborto (Buenos Aires: Círculo Rojo, 2018).

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