Hasta hace unas semanas, Richard Dawkins —biólogo reconocido por, entre otras cosas, ser uno de los ateos más famosos del mundo— se enorgullecía de pertenecer a la junta directiva de Freedom From Religion Foundation (FFRF): la «Fundación de Libertad de la Religión». No es una organización a favor de la libertad religiosa —el derecho de que cada quien profese el credo que desee sin ser perseguido—, sino una organización que pretende liberar a la gente de las «opresivas» garras de cualquier religión.
Los miembros de esta organización se consideran librepensadores, personas «que forma[n] sus opiniones de la religión sobre la base de la razón». El problema es que la «razón» de la que hablan parece que lleva a un lugar muy particular: solo incluye a «los ateos, agnósticos y a los racionalistas».
¿Qué tan “religiosa” debe ser la religión?
Dawkins y otros dos científicos prominentes —Steven Pinker y Jerry Coyne— abandonaron su alianza con la FFRF después de que esta decidiera eliminar de su página web un texto titulado «La biología no es intolerancia». En este artículo de opinión, el Dr. Coyne explica que el sexo es biológico y binario. Coyne escribió su pieza en respuesta a un artículo escrito por Kat Grant (que todavía está en el sitio web de la FFRF), quien afirma que «cualquier intento de definir la feminidad en términos biológicos es inadecuado» y que «una mujer es lo que sea que ella diga que es».
Necesitamos fundamentos que van más allá de la experimentación y el razonamiento sobre los cuales construir nuestras vidas
El artículo de Coyne aparentemente resultó demasiado controvertido para la audiencia de la FFRF. A pesar de que la presidenta de la fundación había aprobado el ensayo antes de su publicación, se decidió agregar una advertencia al inicio: «El miembro honorario de la junta de FFRF, Jerry A. Coyne, solicitó que esta columna fuera escrita como un blog invitado. Las opiniones expresadas en esta columna son del autor y no necesariamente reflejan las de la Freedom From Religion Foundation».
Con todo y la advertencia, no pasó mucho tiempo antes de que la FFRF eliminara por completo el artículo de su página web y enviara un correo electrónico disculpándose por el error de publicarlo y afirmando su compromiso con los derechos de la comunidad LGBTQIA+. Ante la censura, Dawkins, Pinker y Coyne (los tres, ateos liberales) dimitieron de la junta. El Dr. Pinker —psicólogo cognitivo canadiense— expresó que la FFRF «ya no [es] una defensora de la libertad frente a la religión, sino imponente de una nueva religión, completa con dogma, blasfemia y herejes».
Dawkins, Pinker y Coyne desean que el mundo sea libre de la religión. Los que permanecen en la FFRF también. ¿Cuál es el problema, entonces? Que no pueden ponerse de acuerdo sobre qué tan religiosa tiene que ser la religión a la que se oponen.
Todos tenemos un credo
La FFRF define religión como «los sistemas de creencias que incluyen un dominio sobrenatural, una deidad, fe en escrituras sagradas y conformidad con un credo absoluto». Para Dawkins, Pinker y Coyne, la ideología de género está demasiado cerca de esa definición, exigiendo a sus adherentes que nieguen la realidad biológica de la binaridad e inmutabilidad del sexo y castigando a cualquiera que piense lo contrario. Para la FFRF, por otro lado, abrazar el concepto del género es una cuestión de derechos humanos, que están siendo violentados por «nacionalistas cristianos» y otros grupos religiosos.
No podemos escapar de profesar una religión. Pero podemos tratar de que la nuestra sea lo suficientemente sólida para aguantar el peso de la vida entera
Es irónico que una organización tan antagónica a la religión y los dogmas no parece darse cuenta de lo dogmática que es en sus afirmaciones. «No puede ser un librepensador el que exige conformidad a una Biblia, credo o Mesías», escriben. Pero ¿no es esto un credo? «La verdad es el grado con que una afirmación corresponde a la realidad. La realidad está limitada a lo que uno puede percibir directamente a través de los sentidos o indirectamente a través del uso adecuado de la razón», señalan. Pero ¿no es esto una afirmación imposible de comprobar a través de los sentidos o la razón? «Los individuos son libres de elegir, dentro de los límites de la moralidad humana», afirman. Pero ¿quién decide los límites de la moralidad humana?
La imposibilidad de ser “libres de la religión”
La realidad es que los «librepensadores» de la FFRF, Richard Dawkins, tú y yo necesitamos fundamentos que van más allá de —¡no en contra de!— la experimentación y el razonamiento sobre los cuales construir nuestras vidas (y nuestras organizaciones para el activismo social). Eso, nos guste o no, es una especie de religión. No podemos escapar de ella.
A Dawkins no le gusta esto. Le parece un completo absurdo, a pesar de que ha dicho ser un «cristiano cultural». Harto de que le digan que, por culpa de su ateísmo militante, ha dejado un vacío en el corazón humano que la ideología de género ha venido a llenar, escribió:
Qué condescendiente, qué insultante insinuar que, si se le priva de una religión, la humanidad debe recurrir ignominiosamente a algo igualmente irracional. Si tengo que profesar una fe aquí, es una fe en la inteligencia humana lo suficientemente fuerte como para dudar de la existencia de un agujero con forma de Dios.
Nada de esto es nuevo bajo el sol: «Todo su pensamiento es: “No hay Dios”» (Sal 10:4). Para Dawkins no hay Dios, pero sí hay dios: la inteligencia humana revelada en la ciencia y la razón. Eso, según él, es lo que provee el fundamento sobre el cual debe levantarse la humanidad entera. Ese se supone que era el fundamento de la FFRF.
El problema es que no parece ser un fundamento muy estable. La FFRF se está desmoronando.
No, no podemos escapar de profesar una fe, un credo, una religión, un fundamento. Lo único que podemos hacer es tratar de asegurarnos de que el nuestro sea lo suficientemente sólido para aguantar el peso de la vida entera. Cristo es, Cristo es.