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Nota del editor: 

Este es un fragmento del libro El gozo verdadero de la Navidad (Poiema Publicaciones, 2015), por John Piper.

Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es Mi carne, que daré para que el mundo viva (Juan 6:51).

No encontramos en el Evangelio de Juan la historia navideña tradicional del nacimiento de Jesús. Juan comienza diciendo: «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios» (Jn 1:1). En vez de contar la historia de la Navidad desde el principio, Juan entreteje la historia de la Navidad con el propósito de la Navidad en todo su evangelio.

Por ejemplo, después de decir que el Verbo «era Dios», Juan declara: «Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre […] de Su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia» (Jn 1:14-16).

Entonces, la eterna Palabra de Dios tomó forma humana, y así, el divino Hijo de Dios —quien no tiene origen, y nunca comenzó a existir, y era Dios, pero también estaba con Dios— se hizo humano. Al hacer esto manifestó la gloria de Dios como nunca antes se había visto. Esta gloria divina, manifiesta únicamente en el Hijo de Dios, estaba llena de gracia y verdad. Y de esa plenitud recibimos gracia sobre gracia. 

Ese es el mensaje de la Navidad en el evangelio de Juan. Dios el Hijo, quien es Dios y quien estaba con Dios, vino a revelar a Dios en una forma jamás vista antes. En esa revelación, el tema dominante es la gracia: de la plenitud de la revelación de la gloria divina recibimos gracia sobre gracia.

Dios el Hijo, quien es Dios y quien estaba con Dios, vino a revelar a Dios en una forma jamás vista antes

Como afirma Juan 3:16-17: «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito [esto es la Navidad y el Viernes Santo en conjunto], para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a Su Hijo al mundo para condenar al mundo [la Navidad no es para condenación], sino para salvarlo por medio de Él [la Navidad es para salvación]».

Jesús estaba de pie ante Pilato al final de Su vida y Pilato le preguntó: «¿Así que eres Rey?». Jesús respondió: «Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo [este es el propósito de la Navidad]: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha Mi voz» (Jn 18:37).

¿Cuál fue el efecto de la verdad que Jesús atestiguó con Sus palabras y Su persona? Él mismo nos describió en Juan 8:31-32: «Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». Entonces, el significado de la Navidad es este: el Hijo de Dios vino al mundo para ser testigo de la verdad en una forma jamás antes vista.

Desde un principio, la Navidad fue una preparación para el Viernes Santo

Él es el camino, la verdad y la vida (Jn 14:6). El propósito de darse a Sí mismo al mundo es la libertad. Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Libres de la culpa y del poder del pecado. Libres de la muerte, la ceguera y el juicio. 

¿Cómo sucede esta liberación? Recuerda Juan 6 cuando Jesús planeó morir al descender del cielo. Vino a morir. Vino a vivir una vida perfecta y sin pecado, y después a morir por los pecadores. «Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es Mi carne, que daré para que el mundo viva» (Jn 6:51).

El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros con el fin de dar Su carne por la vida del mundo. Nosotros, como pecadores, podemos recibir gracia sobre gracia de Su plenitud debido a que vino a morir por nosotros. Desde un principio, la Navidad fue una preparación para el Viernes Santo.

Entonces, a lo largo del Evangelio de Juan, el significado de la Navidad es claro. El Verbo se hizo carne. Jesús nos reveló la gloria de Dios como nadie más lo ha hecho. Murió de acuerdo a Su propio plan. Debido a Su muerte en nuestro lugar, Él es nuestro pan. Él es la fuente de perdón, justicia y vida. Este es el gran significado de la Navidad en el evangelio de Juan. Este es el significado para el mundo de hoy.


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