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”¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales…  Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor” 1 Corintios 6:9, 11

Hace unos años, el influyente periódico New York Times publicó un artículo tratando un tema poco profundizado por las masas: el “patrón” de niños y jóvenes afeminados que luego son abiertamente homosexuales[1]. El artículo resume y comenta algunos puntos sobresalientes de un estudio realizado por el conocido analista sexual Dr. Richard Green, que también es profesor de psiquiatría en la Universidad de California. Unos 44 niños extremadamente afeminados fueron estudiados, y el 75% terminó siendo homosexuales o bi-sexuales.

En aquellos casos, cuando los padres activamente desalentaron tal conducta, las tendencias fueron aminoradas, pero no totalmente revertidas. La consejería profesional resultó menos productiva, aunque sí ayudó a aquellos que cambiaron la tendencia a sentirse cómodos con su conducta masculina. Pero no todos los niños extremadamente afeminados terminaron siendo homosexuales: el 25% maduró y abandonó sus tendencias. En conclusión, un niño extremadamente afeminado tiene altas probabilidades de caer en homosexualidad, aunque no necesariamente resultará un adulto homosexual.

¿Qué causas hay detrás de un niño afeminado o una niña con tendencias masculinas? Para un mundo crecientemente secular y de cosmovisión naturalista, la biología parece ofrecer la mejor respuesta. Sin embargo, no hay acuerdo entre los académicos, ni evidencias científicas de que los afeminados o los homosexuales son mero producto de su nacimiento. Tampoco hay evidencia concluyente de que la homosexualidad responda a la genética[2]. Otros proponen los efectos psicológicos de una crianza irregular. Un hogar donde la madre es dominante o de padres ausentes, o que simplemente la relación padre-hijo fue poco afirmada[3]. Pero los estudios indican que tales efectos tampoco responden a todos los casos.

Los estudios a la fecha señalan los factores psicológicos como los más importantes, y algunos factores biológicos asociados a la conducta como menos relevantes, pero no explican la causa. El mundo nos quiere decir que el problema está totalmente fuera de nosotros y que no tenemos decisión en el asunto, pero eso no es más que el desenlace de Romanos 1:19 que dice que “…los hombres restringen con injusticia la verdad”. La verdad es que toda conducta contraria al diseño de Dios responde a que le hemos dado la espalda a Dios.

¿Ser afeminado es pecado?

Es evidente en la Escritura que la práctica homosexual es pecado (Mt. 19:4-6; 1 Co. 6:9; 1 Ti. 1:10; Ro. 1:27). Pero, ¿es pecado que un hombre tenga una conducta afeminada o que una mujer tenga una conducta masculina? La respuesta más común es citar 1 Cor 6:9, donde dice claramente que los afeminados y homosexuales no tienen herencia en el reino de Dios. Sin embargo, y es desafortunado, aquí tanto la traducción en la Reina Valera como en La Biblia de las Américas es deficiente. Otras traducciones evitan usar el término afeminados (μαλακοι – malakoi), porque una traducción más explícita sería “afeminados por perversión y homosexuales”, o “catamitas y sodomitas”, o, como traduce la Nueva Versión Internacional, “ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales”.

La palabra aquí traducida como afeminado se refiere principalmente a hombres que se prostituyeron con otros hombres, tomando el rol de una mujer en el acto sexual. En el texto griego, así como es en otros idiomas, hay una terminología distinta para referirse al rol activo y al rol pasivo en relaciones sexuales entre homosexuales[4]. C. K. Barrett, en su comentario de 1 Corintios, dice: “ambas palabras describen la pareja pasiva (afeminado) y activa (homosexual) respectivamente en relaciones masculinas homosexuales”[5]. En conclusión, este texto no es una buena base para condenar una conducta afeminada.

Pero aun no hemos dado respuesta, ¿ser afeminado es pecado? ¿Qué es lo que esta pasando en el corazón humano?, y ¿qué dice la Biblia respecto a esto? Más arriba explicábamos que las causas naturales que provocan aquellos deseos de una conducta femenina en hombres o masculinas en mujeres, y luego la homosexualidad, no son evidentes. Pero, aun para experimentados profesionales seculares del área, es evidente que fuertes anhelos están detrás de tal conducta.

Según la Asociación Americana de Psicología[6], esto explica porqué los afeminados no son atraídos a otros afeminados, porque su propia conducta es fantasiosa, y anhelan profundamente los rasgos del masculino. Su conducta responde a fuertes deseos de aprobación. Su anhelo es alcanzar aquella medida de aceptación impuesta por otros que fundamentan sus relaciones más importantes[7].  Sus deseos de estar a la estatura de aceptación son fuertes, y no ser aceptado le es doloroso. Es una conducta que responde a un apetito profundo de ser aceptado. Algunos le denominan “inconformidad”[8], y otros lo consideran una respuesta a una fuerte necesidad emocional insatisfecha.

Es importante entender que el gran problema del corazón humano es que ha depositado la satisfacción de su alma fuera de Cristo. El alma fue diseñada por Dios para satisfacerse de su Creador, para que Cristo sea la medida de su aceptación delante de Dios. Para que sea afirmada por las promesas de Dios y para que descanse en el gozo del Señor. Y cuando un corazón hace lo contrario, el pecado florece.

Pero, ¿no enseña la Biblia que una conducta afeminada es pecado? Sí lo hace. En el principio Dios, “los hizo hombre y mujer”. En la ley vemos principios que hasta señalan aspectos de vestimenta afeminada cuando dice, “Una mujer no debe usar vestimenta de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer” (Deut 22:5). Ahora bien, no olvidemos que en el texto bíblico, en sentido general, no hay desconexión entre la conducta afeminada y la homosexualidad. Pero en nuestro contexto actual, diferenciamos entre la conducta afeminada y el acto homosexual. Alan P Medinger, experimentado consejero a homosexuales dice:

“La conducta femenina en hombres y la conducta masculina en mujeres, sin duda tiene relación con la homosexualidad. No todos los homosexuales dan evidencia de estas características, y muchos afeminados no son homosexuales, pero los rasgos son suficientemente comunes para crear un reconocimiento universal del esteriotipo”.[9]

En conclusión, la conducta externa afeminada no es el diseño de Dios, pero tampoco es la raíz del problema. La conducta afeminada no es una raíz, sino una señal. No es el fundamento, sino un efecto externo que señala el verdadero problema. Por tal razón no debemos enfocarnos con una prohibición para el afeminado, sino que debemos presentar una invitación abierta de la luz de Jesús, para que pueda ver que Cristo no es el gran anhelo de su corazón. Debemos ser pacientes, porque la conducta externa no determina si somos de Cristo, sino que señala áreas que deben ser rendidas a Su señorío. Seamos una ayuda para que identifiquen sus necesidades emocionales insatisfechas, y que en arrepentimiento estas necesidades sean clavadas sobre la cruz.

Es por eso que el rol de los Padres —y de todo aquel que los niños y jóvenes busquen imitar— es tan importante. Ellos mejor que nadie tienen la oportunidad de guiar a sus hijos para que su aceptación, confianza y esperanza estén depositadas en Cristo. Y cuando su profundo apetito de ser aceptado descanse en la persona y obra de Jesús, aun sus manierismos afeminados inconscientes podrán ser guiados por los consejeros naturales que Dios ha puesto en sus vidas. “Habiendo sido hechos aceptables delante de Dios (justificados), por medio de la fe tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo”, Romanos 5:1.


[1] http://www.nytimes.com/1986/12/16/science/boyhood-effeminancy-and-later-homosexuality.html
[2] Sección de NARTH, Born that way theory, http://www.narth.org/menus/born.html titulada, “Is There a “Gay Gene?” http://www.narth.org/docs/istheregene.html
[3] http://josephnicolosi.com/what-is-homosexuality-reorient/
[4] Entrada 88.281 de Greek-English Lexicon of the New Testament. También comentan lo mismo otros léxicos consultados.
[5] C. K. Barreto, Black’s New Testament Commentary. Comentarios en la sección de 1 Corintios 6:9.
[6] http://www.huffingtonpost.com/mike-alvear/is-effeminacy-in-gay-men_b_654188.html
[7] http://www.exodusglobalalliance.org/effeminatemenmasculinewomenp48.php
[8] Dr. Alan Bell, director del Kinsey Institute en la Universidad de Indiana.
[9] http://www.exodusglobalalliance.org/effeminatemenmasculinewomenp48.php
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