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“Aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más”, Filipenses 3:4.

Pablo traía una serie de “credenciales” impresionantes al ministerio. Su trasfondo familiar, sus estudios, su experiencia; todas eran cosas que podían ser útiles para la obra a la que Dios le estaría llamando una vez que se convirtió.

Sin embargo, ¡él más bien las consideraba como basura! ¿Son entonces en vano esos éxitos del mundo y experiencias pasadas? ¿Son inclusive “irredimibles” y debemos dejarlas atrás y olvidarnos completamente de ellas?

No necesariamente, pero sí debemos reconocer cuando éstas han  impedido la obra de Dios en nuestra vida y nos han cegado de nuestra verdadera necesidad espiritual.

Y es que son precisamente estas credenciales las que nos dan una estancia, postura y valor ante el mundo. Definen nuestra existencia, la manera en cómo otros nos ven, las puertas que se nos abren en la sociedad y el acceso que tenemos a las personas importantes.

Una evidencia de que hemos experimentado de gracia en nuestra vida es cuando nos damos cuenta de que en verdad estas credenciales han sido las cosas en que hemos confiado, como dice el versículo, y aun poniendo nuestra esperanza en ellas.

Han sido funcionalmente para nosotros nuestra “salvación” de una vida sin propósito, valor y seguridad. Hemos visto y probado sus efectos: arrogancia, auto suficiencia, justicia propia y ataduras en nuestro corazón. Es entonces que llegamos a aborrecerlas y considerarlas aun basura.

Reconocemos ahora que las únicas credenciales que importan ante Dios no son las nuestras, pero las de Su Hijo quien fue perfecto y sin pecado. Él sí vivió y agradó perfectamente a Dios en cada situación y Él al morir en nuestro lugar y en nuestro favor nos ha conferido Su justicia perfecta al poner nuestra fe en que esa obra fue completa y en nuestro favor.

Estas Buenas Noticias para ti y para mí nos liberan de vivir “atado” a nuestras credenciales, y sí, Dios muchas veces usará de esas experiencias y habilidades pasadas redimiéndolas en Su obra, pero solo cuando han perdido su fuerza sobre nuestro corazón. Además, Él en su gracia y misericordia usará cualquier medio, aun la desilusión, cuando éstas quieran volver a cobrar fuerza en nuestra vida.

Piensa en esto y encuentra tu descanso en Él.

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