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La adoración, según la Biblia, es definida como una ofrenda privada o pública que incluye, entre otras cosas, alabanza a Dios de acuerdo con su voluntad. Los creyentes a nivel individual reservan tiempos especiales para expresar su amor y gratitud a Dios, al mismo tiempo que lo honran a través de una vida fiel y obediente.

La adoración corporativa del nuevo pacto ocurre cuando la iglesia, “pueblo adquirido para posesión de Dios”, se reúne para anunciar “las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable” (1 P 2:9). La adoración pública implica que los pastores se ocupen en “la lectura, la exhortación y la enseñanza” de las Escrituras y prediquen “la palabra” a fin de que el siervo “amoneste, reprenda, exhorte con mucha paciencia e instrucción” (1 Ti 4:13; 2 Ti 4:2).

Puesto que la adoración demanda una vida fiel y obediente, esta incluye dejar que “la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes” por medio del Espíritu, “enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones” (Col 3:16). Involucra orar “con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18).

La adoración también involucra la práctica fiel de las ordenanzas y sacramentos que Jesús dio a la iglesia: el bautismo y la Cena del Señor. Se les denomina ordenanzas porque se refiere al hecho de que Dios los ha ordenado. Sacramento significa “señal sagrada”. Estos incluyen la circuncisión y la Pascua en el Antiguo Testamento, y el bautismo y la Cena del Señor en el Nuevo Testamento. Jesús dio sólo dos ordenanzas a su iglesia: el bautismo y la Cena del Señor.

Jesús quería que la iglesia recordara siempre el evangelio, por lo que ordenó que se predicara (Mt 28:19–20; cp. 2 Ti 2:2), e instituyó el bautismo (Mt 28:19) y la Cena del Señor (Mt 26:26–29). Dios nos predica el evangelio en el bautismo (Hch 2:38) y en la Cena del Señor (1 Co 11:26). Desde el principio, la iglesia está dedicada a adorar a Dios por medio de cumplir lo que Jesús enseñó: hacer discípulos a través de ir, bautizar y enseñar.

Nota del editor: 

Este artículo es un fragmento adaptado del libro Diccionario conciso de términos teológicos, escrito por Christopher W. Mordan y Robert A. Peterson. Este recurso será publicado próximamente en nuestro idioma por B&H Español. Te animamos a visitar el sitio web de la editorial para estar atento a su publicación.

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