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Generalmente entendemos la hospitalidad como una disposición a recibir, alimentar, y entretener a un invitado. Esto es algo que todos hacemos, especialmente con nuestros amigos. Sin embargo, el término bíblico tiene un significado mucho más profundo. El término griego que a menudo se traduce como “hospitalidad” es la palabra filóxenos. La palabra es una combinación de dos conceptos, que se desglosan de la siguiente manera:

  • Filó es una de varias palabras para “amor” en griego. Al ser un idioma más preciso que el español, el griego clásico tiene algunas formas diferentes de expresar la palabra “amor”. En este caso, esta palabra significa “amor fraternal” o “amar como un hermano”, y así es como recibimos el nombre de Filadelfia, la ciudad del amor fraternal.
  • Xenos, que constituye la segunda mitad de la palabra, en realidad significa “extranjero” o “inmigrante”, y es donde obtenemos la palabra xenofobia, que es el temor de los extranjeros o inmigrantes.

A la luz de la combinación de estas dos palabras, la hospitalidad —como se entiende comúnmente—, no es exactamente la mejor manera de expresar esta verdad bíblica. En lugar de simplemente “entretener a los invitados”, podríamos definir la palabra como refiriéndose a “alguien que ama a los extranjeros o inmigrantes como a su propio familiar”.

Cualquier cristiano que diga que ama a Jesús, también debe demostrar este amor a través de la hospitalidad a los inmigrantes, documentados e indocumentados.

Sin embargo, hoy en día, la hospitalidad bíblica es algo que muchos cristianos luchan por aplicar a sus vidas debido a la xenofobia (temor a los inmigrantes), o simplemente porque no sienten la necesidad de hacerlo, o no tienen tiempo para mostrar hospitalidad a los inmigrantes.

Sin embargo es una orden, y cualquier cristiano que diga que ama a Jesús, también debe demostrar este amor a través de la hospitalidad a los inmigrantes, documentados e indocumentados.

Entonces ¿cómo mostramos hospitalidad a los inmigrantes?

1. Estudia las Escrituras. La Palabra de Dios es inerrante e infalible; está viva y activa, y debe ser nuestra fuente número uno para analizar los problemas complejos, incluyendo la hospitalidad hacia los inmigrantes. Comencemos con lo que dice la Biblia acerca del amor de Dios por el inmigrante.

2. Ora. La oración es estar en comunión con el Dios que nos salvó por gracia a través de la fe. Tómate un tiempo para orar por los inmigrantes, que conozcan a Jesús como Salvador, pero también que sean vistos como seres humanos creados a la imagen de Dios. Esto sería un buen inicio (ver Gn. 1:26-28; Jn. 3:16).

3. Ayuda como voluntario en una organización de inmigración local. Una de las mejores formas en que se puede mostrar la hospitalidad es simplemente buscar en Internet la organización de inmigración cerca de ti e ir. Esto te permitirá estar en proximidad con los inmigrantes.

4. Invita a una familia de inmigrantes a cenar. Comer con otros siempre es una bendición, no solo para los invitados sino también para la persona que invita. He invitado a cenar a inmigrantes indocumentados muchas veces y nunca me he arrepentido. Si invitas a una familia de inmigrantes, tampoco te arrepentirás.

5. Recuerda que tienen un nombre. Los inmigrantes no son tan solo “inmigrantes”, ya sean documentados o indocumentados. En realidad tienen un nombre por el que Dios los llama, como José Rodríguez, Jessica Martínez, o Seo Joon. Tienen un nombre, y si Dios sabe su nombre, nosotros también deberíamos saberlo si somos cristianos.

6. Usa un Uber. Cada vez que viajo, disfruto tomar un Uber porque, en los Estados Unidos, siete de cada diez veces mi conductor es un inmigrante. El viaje de diez minutos que me da es una oportunidad para demostrar hospitalidad a través de una conversación sobre la vida y Jesús.

Jesús les mostró a sus discípulos que amar al prójimo se trata de salirte de tu camino para estar cerca de aquellos que son diferentes a ti y necesitan a Jesús.

7. Visita un parque en un barrio de inmigrantes. Jesús, en el capítulo 4 de Juan, hizo todo lo posible por recorrer Samaria, un lugar que los judíos odiaban. Sin embargo, Jesús les estaba mostrando a sus discípulos que amar a su prójimo se trata de salirte de tu camino para estar cerca de aquellos que son diferentes a ti y necesitan a Jesús. Cuando nos tomamos el tiempo de salirnos de nuestro camino para visitar un vecindario de inmigrantes, tenemos la oportunidad de estar cerca de ellos y compartirles el evangelio.

8. Come en un restaurante de inmigrantes. A todos los cristianos les encanta comer, y sé que a muchos les encanta comer comida latina, o asiática. Una excelente manera de mostrar hospitalidad a los inmigrantes es comprando comida de auténticos restaurantes latinos o asiáticos, y conocer a quienes trabajan allí.

9. Múdate a un barrio de inmigrantes. Jesús se mudó al mundo desde el cielo y nos amó incondicionalmente. Como cristianos, para amar a los inmigrantes podemos, si Dios nos llama, mudarnos a un vecindario de inmigrantes, y tener el privilegio de demostrar hospitalidad diariamente. He vivido en un vecindario de inmigrantes por cinco años, y Dios ha abierto puertas providenciales para amar a los inmigrantes.

A medida que nuestras ciudades, pueblos, y vecindarios continúan llenándose de inmigrantes, es importante entender qué significa la hospitalidad bíblica, y cómo debemos aplicarla en nuestras vidas hacia estos grupos vulnerables que necesitan el evangelio, tanto de palabra como de hecho. Demostremos hospitalidad a los inmigrantes y refugiados.


Imagen: Lightstock.
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