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Es incómodo empezar este artículo con una estadística alarmante, pero Dios puede usarla para despertar a nuevos obreros para su mies. Según Thom S. Rainer, quien fue el presidente de la editorial cristiana LifeWay, solo en los Estados Unidos, entre 6 y 10 mil iglesias cierran sus puertas cada año. Eso significa que esta semana cerrarán entre 100 y 200 iglesias. ¡Alarmante!

Estados Unidos tiene una población aproximada de 308 millones de habitantes, y se estima que al menos 210 millones no reconocen a Cristo como Señor y Salvador, de los cuales 38 millones son latinos. Esto quiere decir que los cristianos hemos avanzado con el evangelio a un ritmo mucho menor que el crecimiento demográfico. Ciertamente la cosecha es mucha, pero los obreros pocos (Lc. 10:2).

El rol del pastor bivocacional

La mayoría de los pensadores sobre el ministerio coinciden en que el método más efectivo para el cumplimiento de nuestra misión de hacer discípulos es la plantación de iglesias. Es el diseño divino a través del cual proclamamos el evangelio, discipulamos, y enviamos a creyentes para testificar y establecer nuevas obras para la gloria del Señor (Mt. 28:18-20; Hch. 1:8).

El pastor bivocacional tiene una participación fundamental frente a esta necesidad. Tiene un llamado a servir, una pasión por predicar a Cristo y discipular, pero se sustenta mayormente con su trabajo, y parcialmente o en nada por la iglesia, por lo menos al principio de su ministerio.

Este es el modelo que vemos en Pablo. Cuando llegó a Corinto, él trabajó haciendo tiendas y se desempeñaba en este oficio mientras predicaba y fundaba la iglesia allí (cf. Hch. 18:1-11). Más tarde les escribió una carta a estos hermanos diciéndoles que el testimonio de Cristo estaba siendo confirmado por medio de ellos (1 Co. 1:6).

Verdades bíblicas sobre el pastor bivocacional

Habiendo dicho eso, si tienes la madurez y la preparación bíblica necesaria, un llamado interno en tu corazón al ministerio pastoral, y la confirmación externa de ese llamado por parte tu iglesia, estas son algunas verdades importantes al considerar ejercer el pastorado mientras sustentas a tu familia con un trabajo aparte de la iglesia:

  1. El pastor bivocacional debe tener un testimonio de piedad, sumisión a la iglesia local, y una pasión por alcanzar a los perdidos para Cristo (1 Ti. 3:1-13, Ti. 1:5-9). Lamentablemente, hoy tenemos a hombres que se sienten llamados a esta forma de ejercer el ministerio pero no cumplen con estos requisitos bíblicos. ¿El resultado? Deshonran al Señor dentro y fuera de la iglesia.
  2. El llamado de un hombre al ministerio demanda que su cónyuge esté de acuerdo con él. Ella debe ser su ayuda idónea (cp. 1 Ti. 3:4-6). Los retos del pastor bivocacional son múltiples, y necesita la asistencia y comprensión de su esposa en medio de ellos. “¿Andan dos hombres juntos si no se han puesto de acuerdo?” (Am. 3:3).
  3. El pastor bivocacional, al tener responsabilidades aparte de servir a su iglesia local, corre el serio riesgo de descuidar a su familia. Dios es primero, pero todo pastor tiene un ministerio que debe cuidar y proteger antes que otros: su hogar (Mt. 6:33; 1 Ti. 5:8). Un pastor, con rol bivocacional o no, debe ser alguien “que gobierne bien su casa… (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?)” (1 Ti. 3:4).
  4. El tiempo se administra con sabiduría, y las prioridades deben estar en el orden correcto: relación con Dios, familia, obra del Señor, y trabajo, pero también el descanso. Jesús mismo se apartaba para descansar. Todo tiene su tiempo (Ro. 13:11; Ef. 5:16; Col. 4:5; 2 Ti. 4:2; Mt. 14:13; Ecl. 3:1).
  5. Lo que eres y lo que tienes, tus talentos y tu profesión, son parte de la preparación que Dios te ha dado para la obra que tiene para ti. Indaga y úsalos para su gloria (Mt. 18:14-23). ¿Recuerdas la pregunta que Dios le hizo a Moisés? “¿Qué es eso que tienes en la mano? (Éx. 4:2). Tú podrías responderle: “mi profesión, Señor”.
  6. Dios no necesita gente famosa, ni busca multitudes. Más bien busca anónimos que sean fieles. Él te dará la recompensa conforme a tu labor hecha por gracia (Hch. 11:19-21; 1 Co. 3:8, 4:2). Ten eso en cuenta cuando, debido a tu rol bivocacional, tu trabajo por la iglesia a menudo no sea tan visible para otros.
  7. Si has sido llamado a ser un pastor bivocacional, con un llamado probado y confirmado por tus pastores y tu iglesia, no seas desobediente y endurezcas tu corazón. No desperdicies el enorme privilegio de servir al Señor de la mies (cp. Est. 4:14).

Oremos que el Señor levante a más hombres aptos para el ministerio y capaces de servirlo a Él, mientras ejercen las profesiones que el Señor en su soberanía les dio.


Imagen: Lightstock.
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