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Luces de colores, árboles decorados, trineos, Santa Claus, villancicos, pesebre, tráfico pesado, mucho dinero gastado en compras, controversias en redes sociales, vacaciones, días de fiestas… Todo esto y mucho más nos recuerda que estamos en época de Navidad.

Es la época que más me gusta del año por la oportunidad de estar en familia y amigos. Sin embargo, es un tiempo donde debemos estar alertas para manejar santamente el tiempo y los recursos que el Señor nos da.

Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte a honrar a Dios en la temporada navideña:

1. No olvides de qué se trata la Navidad.

Puedes estar o no de acuerdo en celebrar esta fiesta por razones teológicas o tradicionales. Sin embargo, independientemente de si pones árbol de Navidad y luces en casa, esta época no deja de ser una excelente oportunidad para recordar a Jesús y darle gloria a nuestro Dios por su llegada. Recuerda las palabras del ángel Gabriel a María:

“Concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo, y Le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios Le dará el trono de Su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su reino no tendrá fin”, Lucas 1:31‭-‬33.

2. Invierte bien tu tiempo.

Es común que en muchos países existan días feriados alrededor de esta época. Algunas personas aprovechan las vacaciones y visitan a familiares dentro o fuera de su nación. Por lo general, el tiempo de ocio aumenta.

Al reunirte con familiares y amigos, invítalos a venir en arrepentimiento y fe a la cruz donde el pecador encuentra la verdadera luz.

No desaproveches los días. Invierte bien tu tiempo: lee la Biblia, en particular sobre la historia de Jesús, y dedicate a la oración (un consejo es tomar Mateo o Lucas y leer cada día dos capítulos, o Marcos y leer uno); también puedes mirar algún documental que nutra tu crecimiento, leer un libro edificante, etc. Si tienes menos ocupaciones formales, en un buen tiempo para invertir en lo espiritual. Pablo escribe a los Efesios:

“Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Así pues, no sean necios, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor”, Efesios 5:15‭-‬17.

3. Vive como creyente.

Ante tantos componentes emocionales que producen estos días, es natural que la tentación a deshonrar a nuestro Dios aumente. ¡Cuidado! Antes de ser “alguien” que celebra la navidad, eres un cristiano que celebra la navidad. Compórtate como tal. El apóstol nos insta:

“Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados”, Efesios 4:1.

4. Invita a otros.

Al reunirte con familiares y amigos, invítalos a venir en arrepentimiento y fe a la cruz donde el pecador encuentra la verdadera luz de esperanza eterna y vida solo por medio del sacrificio perfecto del Salvador eterno. ¡Estos no son tiempos para ser cobardes! Una tierna invitación de parte del profeta es apropiada en esta época cuando presentes el evangelio:

“‘Vengan ahora, y razonemos’, Dice el Señor, ‘Aunque sus pecados sean como la grana, Como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, Como blanca lana quedarán’”, Isaías 1:18.

5. Da con generosidad.

Para muchos, esta época se ha convertido en un periodo de tristeza debido a sus necesidades materiales. Por tanto, comparte ropa, comida, dulces, Biblias, material sobre el nacimiento de Jesús y el evangelio, o cualquier otra cosa que consideres con aquellos que están en necesidad. Sé generoso. Abre tu casa al necesitado. Dios dio a su hijo. Ahora nosotros debemos mostrar, con nuestro desprendimiento, esa gracia recibida. La generosidad debe ser una práctica cristiana.

Los hermanos de las iglesias de Macedonia son un recuerdo y estímulo para nosotros:

“Ahora, hermanos, les damos a conocer la gracia de Dios que ha sido dada en las iglesias de Macedonia. Pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aun más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad, suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos”, 2 Corintios 8:1‭-‬4.

6. Ama a tu prójimo.

No solo eres llamado a amar a tu prójimo con tus bienes materiales mostrando el amor que has recibido de Dios. También eres llamado a amar a otros dando de tu tiempo.

No te detengas solo en leer un pequeño devocional alusivo a la navidad. Profundiza en tu relación y comunión con Cristo.

Es seguro que el Señor pondrá a personas en tu camino para que las escuches y seas instrumento del Espíritu Santo para ministrarle a través de exhortación o consuelo. Dios abrirá oportunidades para eso en el tren, el autobús, un avión, el pasillo de un supermercado, o el patio de tu casa. Mantente abierto a esa posibilidad. Ora que Él te permita ver esos momentos y sé obediente testificando de la grandeza del Señor. Medita en este texto y ora que Dios te conceda amar así: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante” (1 Co. 13:4)

7. Dedica este tiempo.

A veces se nos pasan los días y no vemos un impacto del evangelio en nuestra vida diaria, y la causa de eso es que no estamos siendo expuestos a la presencia de nuestro Dios.

Busca experimentar comunión con Dios. El Salvador debe ser la prioridad de la vida. Así que no te detengas solo en leer un pequeño devocional alusivo a la época. Busca profundizar en tu relación y comunión con Cristo. En esta navidad, dedica tiempo exclusivamente para buscar al Señor. “Busquen al Señor y Su fortaleza;  Busquen Su rostro continuamente” (Sal. 105:4).


Imagen: Lightstock.
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