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¡Había llegado el día! Era el tercer año de preparatorio y estábamos deseosos de tomar la prueba de aptitud. Los estudiantes queríamos saber el resultado para estar seguros de cuál carrera nos convenía elegir.

El béisbol era mi pasión y deseaba ser jugador profesional, pero ese sueño se esfumó por algunos requerimientos físicos que no cumplía. Así que necesitaba escoger una carrera, y por eso me causaba curiosidad conocer los resultados de aquella prueba.

Mi experiencia

Recuerdo cuando la psicóloga del colegio me entregó mi reporte. Me dijo: “Tus resultados arrojan una gran diversidad de opciones. Eres apto para estudiar ingeniería, arquitectura, administración, contabilidad, mercadeo, publicidad…”, y mencionó otras carreras.

Lo que se suponía que debía ayudarme a enfocarme, me dejó indeciso y confuso.

Cuando llegó el tiempo de escoger mi carrera, opté por administración de empresas… y la verdad es que mi decisión no fue basada en parámetros correctos.

Esa era la carrera de tendencia en el momento y la escogida por mis amigos cercanos. Pronto mis motivaciones erradas me llevaron a descubrir lo importante que es decidir correctamente cuando se trata de tu oficio de vida.

¿Cómo puede un joven escoger sabiamente una carrera profesional? Déjame compartir seis lecciones que he aprendido, como si yo estuviera aconsejando a mi “yo” indeciso:

1. Busca la dirección de Dios.

Buscar la dirección de Dios es reconocer que nuestras vidas están bajo su señorío.

Buscar la dirección de Dios es reconocer que nuestras vidas están bajo su señorío. Es recordarle a nuestra alma que no buscamos hacer nuestra voluntad sino la voluntad de Dios, y que nuestro propósito es glorificarle por medio de nuestra profesión.

Tristemente, cuando escogí la carrera de administración, busqué la dirección de Dios con timidez. No era mi prioridad. Tomé una decisión sin buscar la guía de Dios diligentemente y de eso me arrepiento.

2. Busca el consejo de tus padres.

Tus padres siempre desearán lo mejor para ti y es bueno escuchar un consejo sabio acompañado de una experiencia de vida. Los consejos de tus padres pueden traerte seguridad y confianza. Por algo la Biblia dice que en la multitud de consejos hay seguridad (Pr. 11:14). Ellos servirán de estímulo y dirección para ti.

3. Escucha el consejo de tus pastores, líderes, y mentores.

Si perteneces a una iglesia local, Dios ha puesto hombres y mujeres alrededor de ti que han caminado contigo y podrán validar tus aptitudes, dones, y cualidades. Ellos orarán contigo y te ayudarán a ver las trampas en el camino.

El consejo de ellos es importante y te ayudará a ver si la carrera que consideras te permitirá crecer en tu andar con Dios y compromiso con la iglesia.

4. Considera el propósito de tu carrera profesional.

Antes de iniciar tus estudios profesionales debes considerar el propósito de los mismos.

Ese propósito lo puedes descubrir pidiéndole a otros que te hagan las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué quieres dedicarte a esa carrera? ¿Cuáles son tus motivaciones?
  • ¿Tu deseo es solo acumular riquezas, o hacerte de un nombre, o alcanzar una posición en la sociedad?
  • ¿Está esa carrera alineada con los talentos que Dios me ha dado?
  • ¿Podrás honrar a Dios en ese ámbito laboral?
  • ¿Tendrás oportunidades de servir a las personas y testificar de Cristo?
  • ¿Podrás ser un referente de honestidad e integridad?
  • ¿Persigues una profesión con el fin de alcanzar a otros para el evangelio?
  • ¿Buscas la gloria de Dios en ese contexto de trabajo?
  • ¿Ves esta profesión como una oportunidad para servir a Dios?

Es valioso analizar las motivaciones de nuestros corazones. Ellas revelan al Dios (o dios) al que servimos.

5. Recuerda que Dios dirige tus pasos.

“La mente del hombre planea su camino, pero el Señor dirige sus pasos”, Proverbios 16:9.

Yo quería ser jugador de béisbol profesional, pero ese no fue el plan de Dios. Luego, mientras estudiaba administración a nivel de licenciatura y maestría, serví en la iglesia como líder juvenil, y durante esos años el Señor puso en mi corazón una pasión por el ministerio.

Tu identidad no está en tu carrera; tu identidad está en Jesús.

Dios me permitió enseñar en la universidad por más de una década, y allí pude compartir el evangelio con mis estudiantes y orientarlos con relación a su futuro académico. Ahora miro atrás y reconozco la mano de Dios en todos mis pasos (aún en mis errores), y puedo ver cómo cada etapa de mi vida profesional fue un escalón que Dios usó para acercarme a su propósito.

De igual manera, si eres creyente, puedes tener la certeza de que Dios es soberano sobre tu vida y hace que todo obre para tu bien (Ro. 8:28). Él dirige tus pasos.

6. No olvides que tu identidad no está en la carrera que estudies.

Si Dios dirige tus pasos para que seas emprendedor, abogado, ingeniero, maestro, doctor, arquitecto, odontólogo, bombero, deportista, científico, o lo que sea, recuerda que sobre todo eres hijo de Dios.

Tu identidad no está en tu carrera; tu identidad está en Jesús. Eres un discípulo de Él, eres un representante del reino de los cielos y embajador del evangelio. Tienes una misión clara y un llamado a proclamar las Buenas Nuevas de tu Salvador.

Todas las áreas profesionales necesitan seguidores de Jesús que usen sus dones y talentos para la alabanza de Cristo y la extensión de su reino. ¿Escogerás una carrera para su gloria?


Imagen: Lightstock.
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