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Como predicador, tu objetivo es agradar a Dios y solo a Dios. Pero eso no significa que no sea útil considerar qué preguntas puede tener tu audiencia cuando te escucha predicar. Esto es especialmente cierto para los nuevos predicadores o cuando predicas a una audiencia por primera vez. Tener en cuenta las preguntas que pueden formular tus oyentes te ayudará a conectarte mejor con ellos.

Se ha escrito mucho sobre las preguntas a considerar al preparar sermones, pero he visto poco sobre las preguntas que tus oyentes tendrán cuando te escuchen predicar. Los predicadores tienden a pensar en términos de exégesis, la relación adecuada entre el texto y Cristo, la contextualización, etc. Todo esto es muy importante. Pero la mayoría de tus oyentes no estarán al tanto de estos elementos; en cambio, tendrán cosas mucho más simples y prácticas en sus mentes.

Habiendo predicado y escuchado muchos sermones, a continuación encontrarás algunas preguntas que creo pueden surgir en la mente de tus oyentes. Esta lista, como la mayoría de las listas, no es exhaustiva. Estas preguntas están destinadas a ser útiles principalmente (pero no exclusivamente) para los nuevos predicadores o para aquellos que están predicando a una nueva audiencia.

1. ¿Puedo confiar en ti?

Lo que la gente más quiere saber cuando te escucha predicar es si pueden confiar en ti; si eres una persona sincera o si estás tratando de actuar como alguien que no eres. Sí, la competencia homilética es extremadamente importante, pero las personas pueden ignorar algunas debilidades en las habilidades del predicador si están delante de uno que es piadoso y genuino. Al contrario, poseer grandes habilidades de comunicación no compensan una falta de confianza.

La credibilidad está en el tope de las características deseadas en un predicador

Sin duda, algunas personas son lobos y no confiarán en ti bajo ninguna circunstancia. No solo quieren que te caigas, sino que tratan de pensar activamente en cómo pueden ser parte de la trama. Pero, para un creyente genuino que quiere crecer en piedad, la credibilidad está en el tope de las características deseadas en un predicador.

¿Es esta persona genuina? ¿Puedo confiar en ella? ¿Siento que él se preocupa por mí? Esto es lo que se preguntarán tus oyentes.

2. ¿Por qué debería escucharte?

Con esto no quiero decir que debas hacer alarde de tus credenciales teológicas o tu plan de estudios. En cambio, me refiero a decirle a la gente por qué lo que estás a punto de decir es importante para ellos.

La introducción y consideraciones iniciales de un sermón son cruciales. No las desperdicies. Si bien debemos evitar usar trucos, no es una mala idea considerar cómo captar rápidamente la atención de tu audiencia. Esto es menos importante si ya tienes capital relacional con tus oyentes, pero aún puede ser útil. La gente a menudo se pregunta: “¿Y qué gano yo con esto?”. No deberían hacerlo, pero lo hacen. Diles por qué es importante lo que estás a punto de decirles.

3. ¿De qué estás hablando?

Es difícil sobreenfatizar la importancia de la claridad en el púlpito. Algunas personas son más talentosas que otras, pero con frecuencia se ayuda a la claridad en el púlpito al conocer el tema excepcionalmente bien, escribir un manuscrito palabra por palabra, practicar o leer cada palabra del sermón en voz alta múltiples veces y a través de la experiencia. Requiere esfuerzo. Algunos de nosotros estamos más avanzados que otros o tenemos diferentes mecanismos internos. Así que puedes desarrollar tu propio sistema. Pero todo predicador debe considerar cómo ser absolutamente claro.

Cómo enseña un viejo refrán: dile a la gente lo que vas a decir, díselo y luego diles lo que acabas de decirle. Esto no siempre es posible en la predicación, pero no es de ayuda a las personas si no comprenden lo que estás diciendo. Si bien la repetición por escrito es monótona, en el púlpito es poderosa.

Estas son algunas frases claves que a veces uso en mis sermones para captar la atención y promover la claridad:

  1. “La idea principal de este texto es…”
  2. “Este es el tema de este pasaje…”
  3. “¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida? Te mostraré cuatro formas de hacer esto de acuerdo con este texto. Primero, …” 
  4. “Permíteme contarte una historia que ilustra esto”.
  5. “¿Cómo podemos saber que la idea central de este texto es la adoración? Veamos juntos el versículo dos …”

No debemos subestimar ni insultar a las personas, pero es fundamental encontrar formas de decir las cosas con claridad.

4. ¿Estás tratando de jactarte?

Por supuesto que nadie discutiría que explicar el significado de redención, salvación y propiciación, cuando estos temas aparecen en el texto, es crucial en la predicación cristiana. Pero esto debe hacerse de una manera clara, accesible y fácil de entender. Ser inteligente es bueno, pero no ayuda si tu conocimiento no se transmite a otros. Peor aún, es un signo de orgullo cuando intentas jactarte de lo que sabes. La gente suele oler un predicador que se preocupa más por verse inteligente que por ayudar a sus oyentes.

El objetivo de tu trabajo arduo en el estudio no es que la gente quede impresionada contigo, sino que puedas explicar, ilustrar y aplicar el texto de una manera accesible

Uno de los peores cumplidos que puedo recibir como predicador es: “Vaya, eres todo un erudito”. Me alienta que mi trabajo arduo haya sido reconocido, pero me desanima que quizás no hice un buen trabajo en ser accesible. Por otro lado, lo mejor, o una de las mejores cosas que la gente me puede decir es que me entiendan, que soy claro. El objetivo de tu arduo trabajo en el estudio no es que la gente quede impresionada contigo, sino que puedas explicar, ilustrar y aplicar el texto de una manera accesible.

5. ¿Por qué no me miras?

Algunos predicadores apenas miran al público cuando predican. Creen correctamente que la eficacia del sermón no es el resultado de participar con la multitud, sino de que el Espíritu use la Palabra. Otros que están de acuerdo con esto también se esfuerzan por mantener el contacto visual ya que es una señal de afecto. ¿Qué debes hacer? Este es el dilema al recibir consejos de predicación.

Pertenezco al grupo de personas que creen que el contacto visual es importante. Esto es especialmente cierto durante la introducción, conclusión, al relacionar el texto con Jesús y cuando hay una o dos frases que realmente quieres que se queden en la mente de tu audiencia. No creo que sea necesario memorizar todo el manuscrito del sermón, pero ciertamente las personas están más conectadas cuando realmente las miramos. El contenido del sermón es más importante que la entrega del sermón, pero la entrega es crucial.

Estas son algunas de las cosas que la gente puede preguntarse cuando te escuchan predicar. Debes desear ser fiel al texto a toda costa. Sin embargo, comprender lo que sucede en la mente de tus oyentes te ayudará en este esfuerzo.


Publicado originalmente en Gospel Relevance. Traducido por Michelle Lago.
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