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En la Biblia aprendemos que el corazón cumple varias funciones: siente, piensa, decide. También es el habitáculo del Espíritu Santo. Esta lista de versículos bíblicos contiene información valiosa sobre otras funciones que cumple en el ser humano y en el creyente. Te invitamos a leer estos versículos a la luz del evangelio.


“El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era solo hacer siempre el mal” (Génesis 6:5)

“Y al Señor le pesó haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en Su corazón” (Génesis 6:6)

El Señor percibió el aroma agradable, y dijo el Señor para sí: ‘Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la intención del corazón del hombre es mala desde su juventud. Nunca más volveré a destruir todo ser viviente como lo he hecho” (Génesis 8:21)

“Y se endureció el corazón de Faraón y no dejó ir a los israelitas, tal como el Señor había dicho por medio de Moisés” (Éxodo 9:35)

“No odiarás a tu compatriota en tu corazón; ciertamente podrás reprender a tu prójimo, pero no incurrirás en pecado a causa de él” (Levítico 19:17)

“Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos” (Deuteronomio 4:9)

“Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el Señor es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro” (Deuteronomio 4:39)

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” (Deuteronomio 6:5)

“Y te acordarás de todo el camino por donde el Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no Sus mandamientos” (Deuteronomio 8:2)

“Por tanto, debes comprender en tu corazón que el Señor tu Dios te estaba disciplinando, así como un hombre disciplina a su hijo” (Deuteronomio 8:5)

“‘Ahora pues’, les dijo Josué, ‘quiten los dioses extranjeros que están en medio de ustedes, e inclinen su corazón al Señor, Dios de Israel’” (Josué 24:23)

“Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón” (Salmo 7:10)

“Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Señor, roca mía y Redentor mío” (Salmo 19:14)

“Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor” (Salmo 27:14)

“En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11)

“Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos” (Proverbios 3:1)

“Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios” (Ezequiel 11:19-20)

“Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mateo 5:8)

“Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:21)

“Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que yo soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas” (Mateo 11:29)

“¡Camada de víboras! ¿Cómo pueden hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34)

“Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de mí” (Mateo 15:8)

“Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre” (Mateo 15:18)

“Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10)

“Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el Espíritu de Su Hijo a nuestros corazones, clamando: ‘¡Abba! ¡Padre!’” (Gálatas 4:6)

“Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:23)

“Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: ‘Si ustedes oyen hoy Su voz, no endurezcan sus corazones, como en la provocación’” (Hebreos 3:7-8)

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)

“Si alguien se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana” (Santiago 1:26)

“Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?” (1 Juan 3:17)

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