Nuestro Dios no es un dios que se deleita en ocultar Su voluntad a sus hijos, esperando que resuelvan acertijos o descubran un código secreto en la Biblia para saber qué dirección tomar. Nuestro Señor ha mostrado el camino de santidad en su Palabra, y espera que confiemos en que Él tiene cuidado de los detalles que no ha revelado.
Si alguna vez tenido preguntas acerca de cómo descubrir “la voluntad de Dios para tu vida”, te invito a leer Haz algo, de Kevin DeYoung. Aquí hay 20 frases notables de este recurso:
“Muchos de nosotros decimos que nuestra inestabilidad, inconstancia e introspección interminable se deben a que estamos ‘buscando la voluntad de Dios’, como si la indecisión y el andar divagando por la vida indicaran sensibilidad espiritual” (116).
“Quisiera que consideráramos que tal vez se nos hace difícil descubrir el plan maravilloso de Dios para nuestra vida porque, honestamente, a Él no le interesa que sepamos cuál es. Y tal vez está mal esperar que Él nos lo diga” (136).
“Dios no es una bola mágica que podemos sacudir y consultar cada vez que tengamos que tomar una decisión. Él es un Dios bueno que nos dio cerebros, nos muestra Su camino de obediencia y nos invita a tomar riesgos por Él” (245).
“La mejor manera es la manera bíblica: Buscar primero el Reino de Dios y confiar en que Él se hará cargo de nuestras necesidades, aun antes de nosotros saber cuáles son y hacia dónde vamos” (250).
“Si piensas que Dios te ha prometido que este mundo será un hotel cinco estrellas, tu vida será miserable cuando enfrentes los problemas cotidianos de la vida. Pero si recuerdas que Dios te ha prometido que estás de paso y que este mundo se sentirá más como una prisión o un desierto, podrías sorprenderte de lo feliz que pudieras llegar a ser” (282).
“No anhelamos la recompensa en la otra vida porque la estamos esperando en esta vida” (319).
“Nuestro gran deseo por conocer la voluntad de Dios no suele ser una marca de corazones desesperados por conocer a Dios, sino de mentes desconcertadas con todas las decisiones que hay que tomar” (396).
“Debido a que podemos confiar en la voluntad de Dios en Sus decretos, podemos comprometernos radicalmente a obedecer la voluntad de Dios en Sus deseos, sin preocuparnos por la voluntad de Dios respecto a una dirección que Él no nos ha prometido” (439).
“Nos obsesionamos con cosas que Dios no ha mencionado y tal vez nunca mencione, y pasamos muy poco tiempo en las cosas que Dios ya ha revelado en la Biblia” (477).
“Nuestra fascinación por la voluntad de Dios a menudo revela nuestra falta de confianza en las promesas y las provisiones de Dios” (500).
“Queremos saber qué nos deparará el mañana en lugar de enfocarnos en obedecer durante el recorrido” (504).
“La pasividad es una plaga entre los cristianos. No es solo que no estamos haciendo nada; es que nos sentimos espirituales por no hacer nada” (563).
“No esperes las maripositas en el estómago. Si estás buscando primeramente el Reino de Dios y Su justicia, estarás haciendo la voluntad de Dios, ¡así que simplemente ve y haz algo!” (692).
“La decisión más importante que tenemos que tomar cada día es la de vivir para Cristo y morir a nosotros mismos” (703).
“Al no hacer nada por estar siempre tratando de encontrar el momento perfecto, cuando llegue el momento de mostrar lo que hemos hecho para Dios, no tendremos nada” (872).
“Debemos guardarnos de no poner nuestra confianza en textos que leemos fuera de contexto, buscando respuestas a preguntas que la Biblia no estaba tratando de responder” (959).
“Tenemos más información que nunca antes, pero nuestra sabiduría no está a la par de nuestro conocimiento” (1019).
“Dios quiere que bebamos tan profundamente de las Escrituras que nuestras mentes y corazones sean transformados para que podamos amar lo que Él ama y odiar lo que Él odia” (1081).
“No es solo que estamos siempre inquietos y llenos de temor, sino que hemos espiritualizado nuestra inquietud y cobardía, tratando de hacer que parezca piedad en vez de pasividad” (1418).
“Dios concede a Sus hijos la voluntad de caminar en Sus caminos, no revelándonos los próximos pasos que debemos dar, sino dándonos un corazón que se deleita en Su ley” (1430).
