La humanidad considera el dolor como algo malo y que se debe evitar. Sin embargo, en las Escrituras leemos que Dios tiene tal poder que puede hacer de toda experiencia, aún de las dolorosas, algo que resulte para Su gloria y para nuestra bendición.
Reflexiona en estos versículos bíblicos a la luz del amor de Dios y su plan de redención revelado en el evangelio.
“En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos. Con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti” (Génesis 3:16)
“Todos sus días el impío se retuerce de dolor, y contados están los años reservados para el tirano” (Job 15:20)
“Muchos son los dolores del impío, pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará” (Salmo 32:10)
“Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia, y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor” (Eclesiastés 1:18)
“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:7-8)
“Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto” (Romanos 8:22)
“Digo la verdad en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo, de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón” (Romanos 9:1-2)
“Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes” (Gálatas 4:19)
“Porque escrito está: ‘Regocíjate, oh estéril, la que no concibes; prorrumpe y clama, tú que no tienes dolores de parto, porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido’” (Gálatas 4:27)
“Cuando estén diciendo: ‘Paz y seguridad’, entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán” (1 Tesalonicenses 5:3)
“Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores” (1 Timoteo 6:10)
“Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado” (Apocalipsis 21:4)
