×

En su libro El caos dentro de mí: Consuelo bíblico para un corazón ansioso (B&H Español, 2025), Edyah Ramos comparte sobre su lucha con la ansiedad, hablando de cómo el caminar diario con Dios y el estudio de Su Palabra le han permitido encontrar descanso y confianza, incluso en medio del caos de la vida.

Recientemente conversé con ella sobre su experiencia y las lecciones que ha aprendido al vivir una vida que —según nos comparte— busca armonizar fe, obediencia y entrega al Señor.

En El caos dentro de mí hablas de la ansiedad como un desafío que pone a prueba nuestra confianza en Dios. ¿Cómo la Palabra de Dios nos enseña a enfrentar momentos donde nuestras fuerzas no son suficientes?

Pienso que uno de los errores más grandes que cometemos es buscar fuerzas y respuestas dentro de nosotros mismos. Si prestamos atención, podremos notar que a lo largo de la Biblia Dios siempre nos llama a depender de Él y a buscar fuerza y dirección en Él (Is 40:39-31; Jr 17:5-7; Pr 3:5-6; Jn 15:5).

Uno de los propósitos de las Escrituras es enseñarnos sobre el carácter de Dios. Es así como logramos ver nuestra insuficiencia como una invitación y oportunidad para descansar en Aquel que lo sustenta todo.

Cuando leemos las historias de diversas personas que fueron usadas por el Señor, podemos ver que todos tuvieron fallas: miedos, dudas y momentos vergonzosos. Sin embargo, fue precisamente por eso que la gracia y la misericordia de Dios actuaron con poder en sus vidas (2 Co 12:9-10).

Esto nos apunta a que nunca se trata de nosotros, sino que siempre se trata de nuestro Dios. Entre más entendemos el carácter omnipotente de Dios a la luz de la Palabra, más abrazamos la fortaleza que proviene de Él en medio de nuestra debilidad.

A menudo sentimos tensión entre nuestros propios deseos y lo que Dios quiere para nosotros. ¿Qué nos enseña la Escritura sobre cómo reconocer y aceptar la voluntad de Dios, incluso cuando implica soltar metas personales?

Las Escrituras lo muestran de una manera muy sencilla, pero profunda. Aunque nos cueste aceptarlo:

Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gá 2:20).

Cuando somos salvos, a veces nos quedamos en la mentalidad de que hemos sido librados de una eternidad en el infierno y nada más. Aunque esto es cierto, nuestra salvación no se queda allí. ¡También recibimos una nueva identidad, llamado y propósito! Esto significa que, en Cristo, ya no vivimos para perseguir nuestros deseos y anhelos egoístas, sino que buscamos alinearnos al propósito y la voluntad de Aquel que nos llamó y salvó.

Todo en la creación siempre se ha tratado del plan de redención de Dios y cuando comenzamos a ver nuestra vida a la luz de esa verdad, entonces, comenzamos a perseguir propósitos distintos a los que perseguíamos.

Llegamos a tener la convicción de que nuestro Padre es bueno y tiene planes más allá de lo que podemos imaginar. Podemos estar seguros de que Dios nos ayudará a confiar en que Él escribe las mejores historias y que podemos confiar en Su plan soberano.

Dices que conocer a Dios es clave para encontrar descanso. ¿Cómo profundizar en Su carácter, fidelidad y soberanía nos ayuda a confiar en Él incluso en tiempos de incertidumbre o miedo?

He llegado a la conclusión de que no podemos confiar en un Dios que no conocemos. ¿Cómo lo conocemos? Mediante Su Palabra.

Hay muchas opiniones, movimientos y enseñanzas sobre quién es Dios, pero no todas pueden estar en lo correcto, ya que muchas veces se contradicen. Por lo tanto, solo hay una manera de profundizar en nuestro conocimiento de Dios y es mediante Su Palabra. Entre más leemos y conocemos la Escritura, más estamos equipados para los momentos difíciles.

Por ejemplo, si constantemente sientes o piensas que Dios no te puede perdonar, que te ha abandonado o que no te escucha, significa que desconoces o desconfías que Él ha prometido ser fiel en Su Palabra (ver 1 Jn 1:9).

Cuando atesoramos la Biblia en nuestros corazones, el Espíritu Santo trae esa Palabra a nuestra memoria en los momentos de dificultad. Así podremos mantenernos firmes y vencer nuestros miedos y nuestras emociones desordenadas al someternos en obediencia al Señor. Sin embargo, esto no sucede de un día para otro, sino que es el resultado de vivir en las Escrituras día a día.

La Biblia nos enseña a depender de Dios, pero también nos llama a apoyarnos en otros creyentes. ¿Qué papel juega la comunidad cristiana para vivir con paz y enfrentar la ansiedad, según lo que compartes en tu libro?

La comunidad es crucial en la vida del creyente. Es inevitable que tendremos días o temporadas difíciles y, en ocasiones, podremos sentir debilidad en nuestra fe. Sin embargo, cuando tenemos a personas a nuestro alrededor que oran por y con nosotros, nos aconsejan y alientan, ¡hace una gran diferencia!

Me he encontrado en momentos en los que he estado perdida en mis emociones. En esos momentos no logro enfocarme en Cristo, pero el Señor ha usado tanto a mi esposo como a mis amigas para confrontarme y alentarme en amor y verdad.

Lo cierto es que la vida cristiana no fue diseñada para vivir en aislamiento, sino en comunidad. Así nos pulimos unos a otros, oramos unos por otros y nos exhortamos unos a otros, guiados por la Palabra que venció la ansiedad en la cruz.

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando