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El descanso que los padres primerizos y agotados necesitan

Nota del editor: 

Este es un fragmento adaptado del libro De camino a ser padres: Una guía cristocéntrica para parejas esperando hijos (Poiema Publicaciones, 2023), por Rob Green y Stephanie E. Green.

En los primeros días y semanas, los bebés demandan gran parte de tu tiempo, atención y energía, ya que dependen de otra persona para todo. Las mamás que amamantan sentirán esa carga de una forma especial. Parece que nunca termina el ciclo de alimentar, cambiar pañales, tiempo de juego y calmar a un bebé. Con frecuencia, las nuevas mamás se sienten agotadas, abrumadas y solas, y los papás experimentan una emoción similar al ir al trabajo luego de haber dormido poco o nada.

Hay momentos en que es posible que los nuevos padres anhelen los viejos tiempos. Tal vez recuerden esos días en que podían comer, dormir y reunirse con sus amigos cuando querían. Esos días en que era muy fácil tener tiempo para ducharse sin prisa o leer la Palabra de Dios.

En un momento u otro, la mayoría de los nuevos papás y mamás piensan en que quieren algo de «tiempo para mí». He escuchado muchas veces entre las mamás y reconozco que fui culpable de pensarlo y decirlo algunas veces cuando mis hijos eran pequeños.

¿Hay alguna esperanza? ¿Hay alguna prioridad del evangelio que les pueda ayudar a los nuevos padres que luchan con el deseo de tener tiempo para ellos mismos? Comencemos por preguntar si está bien desear ese tiempo para mí, ya que no podemos abordar la respuesta a esta pregunta sin pensar en las motivaciones del corazón. ¿Por qué es tan valioso el «tiempo para mí»? Para nosotros, el descanso físico y espiritual son muy importantes.

El descanso físico

Una nueva mamá tiene mucho que hacer cuando su bebé llega a casa. Es posible que papá tenga algunos días libres del trabajo, pero pronto tendrá que volver a trabajar a tiempo completo. Cuando él tiene responsabilidades laborales normales, algunos de los deberes de la casa le corresponderán a mamá, además de cuidar de muchas de las necesidades del nuevo bebé.

Aunque las nuevas responsabilidades son gratas, también pueden ser agotadoras. Con el paso de los años, he escuchado a varias nuevas mamás que definen un buen día como uno en el que pudieron darse una ducha tranquilamente. Esto es especialmente cierto en las primeras semanas, mientras se están recuperando y ajustando a un nuevo horario. Es claro que es necesario descansar. Dios le dio a Su pueblo el descanso del día de reposo como un medio para cuidar de ellos (Éx 20:8) y Jesús también tuvo momentos de descanso (p. ej., Mr 6:31).

Con todas las nuevas responsabilidades, es bueno que mamá tome una o dos siestas en el día. No es fácil tomar una siesta, pero el mejor momento es mientras el bebé está durmiendo o cuando tu esposo está en casa cuidando al niño. Después de todo, es difícil funcionar cuando uno ha dormido poco.

Es la actitud de siempre mirar al Señor la que da descanso al cansado, fortaleza al débil y esperanza al que no tiene esperanza

La falta de sueño suele ser un factor que contribuye a que una persona esté enojada, irritable o que sea poco amable con los demás. Esta misma idea podría aplicar para papá. Tal vez ayudaste con algunos deberes en la noche y luego tuviste que salir a trabajar después de dormir solo un poco. En tu caso, un fin de semana puede ser el mejor momento para descansar. Nuestro punto es que es posible trabajar juntos para que ambos puedan descansar y prepararse para las oportunidades de servicio del día siguiente.

Sin embargo, el descanso físico no es el único tipo de descanso que necesita un nuevo papá y una nueva mamá. De hecho, algunas veces es imposible tener ese descanso físico que tanto deseamos. Aun en esos casos existe otro tipo de descanso.

El descanso espiritual

Un tiempo de descanso puede ser refrescante no solo para el cuerpo, sino también para el alma. Durante las temporadas ocupadas de la vida, las personas tienden a acortar su tiempo con el Señor. Al pensar en algunas de mis temporadas ocupadas en la vida, recuerdo estar sentada en el sofá tratando de leer la Palabra u orar. En mis débiles esfuerzos, lograba más quedarme dormida que leer. En esos momentos de muchas ocupaciones, los creyentes necesitan estar aún más en la Palabra. Necesitan estar comunicándose con el Señor con frecuencia.

El descanso espiritual no depende del descanso físico. Habrá momentos en que una siesta no te pueda quitar el estrés o la preocupación. Habrá momentos en que no encontrarás descanso físico y seguirás enfrentando noches en vela. Papá, puede que te sientas como un zombi en el trabajo. Mamá, tal vez sientas que no puedes amamantar una vez más. En estos momentos, Dios nos ofrece otro tipo de descanso.

En medio de estos momentos es cuando Dios se muestra fuerte en nuestra vida. Es en estos momentos en que nos da poder para hacer Su voluntad. En estos momentos es que desarrollamos un amor más grande por nuestro hijo mientras experimentamos, en la debilidad, el gran amor de Dios. Es en estos momentos que vemos que Dios nos usa en la vida de otra persona. Una de nuestras amigas llama a este tiempo «el campamento de entrenamiento de bebés». Es un tiempo en que experimentamos la fuerza de Dios en nosotros en un tiempo de debilidad.

La Escritura dice que Jesús se retiraba a lugares solitarios para descansar, para pasar tiempo a solas y hablar con Su Padre. Jesús se alejó de Sus discípulos mientras le oraba a Su Padre en el huerto de Getsemaní (Lc 22:39-42). Después de escuchar que Juan el bautista había sido asesinado, Jesús se retiró a un lugar solitario (Mt 14:13). Lucas describe a Jesús diciendo: «con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba» (5:16). Ronald A. Beers comentó sobre este pasaje:

La gente se estaba amontonando para escuchar la predicación de Jesús y para ser sanos de sus enfermedades, pero Jesús se aseguraba de retirarse frecuentemente a lugares tranquilos y solitarios para orar. Muchas cosas demandan nuestra atención y, por lo general, terminamos agotados atendiéndolas. Sin embargo, como Jesús, debemos tomar el tiempo para retirarnos a un lugar silencioso y solitario a orar. La fuerza viene de Dios y solo podemos ser fortalecidos pasando tiempo con Él.1

El Señor no es como los demás. Él nunca se cansa ni se agota, sino que le da fuerza al que está agotado y poder al cansado

A veces, lo que los nuevos padres necesitan sobre todas las cosas es tiempo con el Señor. Puede ser leyendo algunos versículos mientras alimentas a tu hijo o leerle la Biblia en voz alta a tu bebé durante el tiempo de juego o escuchar audios de la Biblia mientras terminas algo en casa. Es la actitud de siempre mirar al Señor la que da descanso al cansado, fortaleza al débil y esperanza al que no tiene esperanza. Considera lo que dijo el Señor por medio de Isaías:

¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído?
El Dios eterno, el SEÑOR, el creador de los confines de la tierra
No se fatiga ni se cansa.
Su entendimiento es inescrutable.
Él da fuerzas al fatigado,
Y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.
Aun los mancebos se fatigan y se cansan,
Y los jóvenes tropiezan y vacilan,
Pero los que esperan en el SEÑOR
Renovarán sus fuerzas.
Se remontarán con alas como las águilas,
Correrán y no se cansarán,
Caminarán y no se fatigarán (40:28-31).

Isaías profetizó el juicio que el Señor traería sobre la nación de Israel, pero el capítulo 40 es el comienzo de la sección sobre la redención. Dios iba a disciplinar a Su pueblo, pero también iba a redimirlos. El Señor no es como los demás. Él nunca se cansa ni se agota, sino que le da fuerza al que está agotado y poder al cansado. Incluso los muchachos llegan a un punto en que su fuerza les falla, pero no los que esperan en el Señor. Isaías 40 no se trata del descanso físico sino del descanso espiritual. Los nuevos padres necesitan ese descanso, poder y fuerza que Dios provee. El Señor es fiel con los nuevos padres. Ellos tendrán una fuerza que no sabían que podían tener. El tiempo a solas con Dios es una buena forma de «tiempo para mí».


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1 Ronald A. Beers, ed. Life Application Study Bible (Grand Rapids: Zondervan, 1983), p. 1803.
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