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John Wilkins, un obispo inglés del siglo XVII, narró esta historia en uno de sus libros:

En la recién descubierta América, un esclavo indigena fue enviado por su amo con una cesta de higos y una carta. Durante el camino se comió gran parte de su carga y llevó el resto al destinatario. Cuando este leyó la carta y no encontró la cantidad de higos de la que se hablaba, acusó al esclavo de habérselos comido, diciéndole lo que la carta alegaba contra él. Pero el indigena (a pesar de esta prueba) negó cándidamente el hecho y maldecía a la carta, por ser una testigo falsa y mentirosa.

Después de esto, el esclavo fue enviado de nuevo con una carga igual y con una carta que registraba el número preciso de higos que debían ser entregados. Según su práctica anterior, pensó en devorar otra vez gran parte de aquellos frutos, pero antes de tocarlos (para prevenir toda posible acusación), escondió la carta debajo de una gran piedra, tranquilizándose al pensar que si no lo veía comiéndose los higos, nunca podría referir nada de él. Sin embargo, ahora fue acusado con mayor fuerza que antes y, sin remedio, confiesa su error, admirando la divinidad del papel y para el futuro promete la mayor fidelidad en cada encargo.1

Aquel esclavo no sabía leer y tampoco entendía lo que significaba la escritura como medio de comunicación. Por eso no podía descifrar el mensaje que llevaba en sus manos y cómo le afectaría. Sin la capacidad de leer sería imposible que llegara a entender por qué su comportamiento lo dañaría. No obstante, las consecuencias le enseñaron la lección, pero bajo una comprensión errada que jamás le permitiría interpretar la vida de la manera correcta al deificar a un pedazo de papel con tinta.

Verdad para vivir

Verdad para vivir

Poiema Publicaciones. 384 páginas.

Si buscas luchar contra el desánimo por leer, te tengo una buena noticia y una propuesta. La noticia es que puedes promover este hábito por medio de pequeñas dosis de lectura diaria y la propuesta es que te animes a leer un devocionario y motives a otros a hacerlo también. Te recomiendo el libro Verdad para vivir: 365 devocionales diarios (Poiema Publicaciones, 2022), de Alistair Begg.

Poiema Publicaciones. 384 páginas.

Sin embargo, saber leer no es la solución para los problemas de una sociedad. De hecho, el porcentaje de alfabetización en América Latina llegaba a un 94% en adultos y 98% en jóvenes para el 2018. No obstante, hay dos retos que todavía debemos enfrentar: el hábito de leer y la comprensión lectora. ¿Cómo afecta este tema en la iglesia de Cristo?

Soy testigo del esfuerzo de muchos ministerios que se preocupan por desarrollar en los creyentes el hábito de la lectura de la Palabra de Dios. Aunque existen muchos recursos publicados en diferentes formatos que nos pueden ayudar a desarrollar este hábito, la verdad es que cada uno es responsable de cultivar la lectura a nivel personal (¡Y de paso podríamos leer con otros y hacer un grupo de lectura!).

Si buscas luchar contra el desánimo por leer, te tengo una buena noticia y una propuesta. La noticia es que puedes promover este hábito por medio de pequeñas dosis de lectura diaria y la propuesta es que te animes a leer un devocionario y motives a otros a hacerlo también. Te recomiendo el libro Verdad para vivir: 365 devocionales diarios (Poiema Publicaciones, 2022), de Alistair Begg.

Al leer la palabra «devocionario», podrías pensar que se trata de un libro más para nuevos creyentes que cada día deben leer un versículo con unos párrafos que narran una anécdota y nos animan a ser buenos cristianos. Aunque eso no está mal, creer que esto pasa con todo devocionario termina en un reduccionismo injusto, ya que Verdad para vivir tiene un formato muy parecido al de otros devocionarios, pero con un contenido selecto. No por nada autores como Carl Trueman, Tim Challies y Nancy Guthrie han leído este devocionario y lo recomiendan con entusiasmo.

Quizás te preguntes: ¿Qué ofrece este nuevo recurso? El autor toca temas que abarcan diferentes aspectos de la vida cristiana a nivel teológico, doctrinal y ministerial. Algo muy importante que veo a lo largo de estos devocionales es su centralidad en la Escritura:

La Palabra de Dios es la verdad que tú y yo necesitamos para transitar cada día de nuestra vida y para señalarnos hacia Aquel en quien podemos encontrar la vida que de verdad es vida. Por tanto, en este devocional, las palabras más importantes de cada página serán las que encontrarás en la parte de arriba, justo debajo de la fecha y del título. Estas son las palabras del Dios vivo y eterno que gobierna el universo. Mi objetivo en los comentarios debajo de esas palabras inspiradas por Él es simplemente explicarlas, animarte con ellas y reflexionar en cómo nos inspiran y equipan para disfrutar nuestra vida para Cristo en todas sus áreas (p. 7).

La Escritura marca una diferencia en nosotros (¡y debería ser así!). Con esto en mente, el autor usa tres íconos al final de cada devocional para llevar al lector a una reflexión más profunda y así afianzar el aprendizaje de lo leído.

Estos íconos son un recordatorio para que pienses en esto: «Ahora que he leído y considerado estos versículos…».

  • ¿Cómo me está llamando Dios a pensar diferente? (la cabeza).
  • ¿Cómo Dios está reordenando los afectos de mi corazón, las cosas que amo? (el corazón).
  • ¿Qué es lo que Dios me está pidiendo que haga mientras transcurre este día? (la mano).

El autor explica estos elementos:

Puede ser que la Palabra de Dios no te hable en estas tres áreas todos los días, pero aprender a hacerte estas preguntas asegurará que estás abierto a lo que el Espíritu de Dios pueda estar hablando a tu mente, corazón y vida. Y, también, serán recordatorios útiles para orar en respuesta a lo que has leído (p. 8).

Debo confesar que no me suelen llamar la atención esta clase de libros. Sin embargo, desde el primer día, Verdad para vivir me cautivó. Los temas que vas a encontrar no se presentan con una sola palabra clave, sino con títulos como los siguientes:

  • Cómo luchar contra la amargura (enero 8).
  • La alabanza en medio de la oscuridad (enero 11).
  • Descanso para días difíciles (enero 16).
  • Cómo contar nuestros días (enero 20).
  • Cuando nada sale como quieres (enero 26).
  • Protegido por Su presencia (enero 30).

Si así empieza enero, ¿qué otras sorpresas encontrarás? Puedes estar seguro de que no quedarás defraudado. Si esto te parece escaso para tu hambre de la Palabra, te tengo otra buena noticia. En el pie de página de cada devocional, Begg ha agregado un plan para leer la Biblia en un año. Así que encontrarás estos pasajes para leer la Biblia cada día.

Puedes regalarte o regalar a alguien más este hermoso recurso basado en la Palabra. Sea que leas esta reseña en Navidad, Año Nuevo u otra fecha, no olvides que un devocionario se puede empezar a leer en cualquier día del año.

No seamos ingenuos en nuestro entendimiento de la vida y la fe por desconocimiento de la Palabra, así como aquel esclavo lo fue por ser analfabeto. Algo más lamentable que una sociedad analfabeta es una sociedad que desperdicia la habilidad de leer.

Consumamos más y más la Escritura y promovamos que otros lo hagan para la gloria del Señor. Necesitamos la verdad para vivir que es la Escritura y eso no será posible si no somos intencionales en leerla y estudiarla con miras a interpretarla y vivirla de manera correcta.

Quiero terminar ofreciéndote una probadita de este libro. Te animo a leer este fragmento: Confía en que toda promesa de Dios ha sido cumplida.


1  Umberto Eco, Los límites de la interpretación (Barcelona: Editorial Lumen, 1992) p. 9.

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