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Durante mi caminar en Cristo me he encontrado con muchas personas en busca de una nueva iglesia local. Personas que han salido de una congregación, quizá resentidas. Yo mismo me sentí así en algún momento, con el deseo de salir y buscar la iglesia perfecta. Claro, esta “perfección” era más de acuerdo a mis estándares que a los de la Biblia. Debemos admitir que muchas veces no distinguimos unos de otros.

Una iglesia conforme al corazón de Dios, escrito por el pastor Miguel Núñez, presenta un problema actual y una herramienta para solucionarlo. El problema se describe como “los errores por inmadurez de una iglesia durante su proceso de crecimiento y maduración” (p. 15). La herramienta para solucionarlo se compone de una serie de principios enfocados en la madurez de los miembros de la iglesia.

Una iglesia imperfecta, pero fiel

Para dar título a este libro, Núñez se inspiró en que Dios llamó a David “un hombre conforme a su corazón” a pesar de que el rey estaba muy lejos de la perfección. Esto nos desafía a ser una iglesia que, como David, busca vivir de acuerdo al estándar que Dios revela en su Palabra. 

Una iglesia conforme al corazón de Dios

Una iglesia conforme al corazón de Dios

B&H Español. 384 pp.
B&H Español. 384 pp.

El autor nos ayuda a entender que las iglesias cometen errores por inmadurez durante su proceso de crecimiento. Núñez también nos recuerda que la perfección es inalcanzable en este momento de la historia de redención. Sería ingenuo pensar que una iglesia compuesta por pecadores pudiera estar exenta de fallas, errores, y actitudes y prácticas pecaminosas. Esta iglesia solo la veremos en la consumación de los tiempos.

Por supuesto, la iglesia es llamada a la madurez. Precisamente esto es lo que este libro nos brinda: herramientas para madurar, entendiendo que la madurez es más que mero conocimiento, aunque no es menos que eso.

Cuatro temas clave

El libro se desarrolla en cuatro partes:

  1. La iglesia y su función en un mundo caído. En cuatro capítulos, el pastor Miguel nos lleva a amar a la iglesia de Cristo al descubrir su propósito e invitarnos a ser parte de ella en este mundo caído.
  2. La iglesia en nuestros días. ​Esta es la sección más grande del libro. Sus seis capítulos nos hablan de la condición de la iglesia, su labor en evangelización y consejería, e incluso de la apostasía que encontramos en nuestros días. En esta sección, la segunda edición de este libro incluye un capítulo adicional que toca el tema del “evangelio” de la prosperidad.
  3. Cómo sanar a la iglesia hoy. Esta sección nos habla de la división, el descontento, y el legalismo en la iglesia, y de la importancia de ser una iglesia de “los unos a los otros”.
  4. La iglesia y su liderazgo. Con solo 3 capítulos, esta es la sección más pequeña pero no menos importante. Recordando el llamado de Timoteo a fortalecerse en la gracia del Señor (2 Ti. 2:1-6), se hace un llamado a un liderazgo que esté preparado para estos tiempos. Líderes más interesados en su carácter que en sus talentos y dones. Se desarrollan los temas de ancianos y diáconos, haciendo hincapié en la importancia de la vida en santidad. También se habla a la iglesia en general y sus responsabilidades como ovejas, la membresía, y de cuidar de la iglesia local con el amor sacrificial de Cristo.

A lo largo de todo el libro encontramos las verdades de las Escrituras plasmadas en principios que nos ayudan a crecer en madurez. En ningún momento pareciera que el autor domina todo esto a la perfección en su propia vida o en su iglesia, sino que se puede escuchar el latido agitado de su corazón como quien corre a tu lado la misma carrera.

No debemos ignorar la importancia de estos temas. Muchos siguen buscando una iglesia perfecta que nunca encontrarán en este lado de la eternidad. Estas personas se pierden la oportunidad de encontrar a hermanos y hermanas que caminen a su lado mientras llega ese tiempo glorioso.

Algo que me gustó de la estructura del libro es que al final de cada capítulo se encuentra una reflexión que resume el material estudiado. Esto sirve muchísimo, especialmente cuando se busca una consulta sobre los temas abordados. Basta leer la reflexión final para saber cómo adentrarse de nuevo en el capítulo de interés.

También disfruté la adición del capítulo sobre el evangelio de la prosperidad. Este tema es de gran importancia para nuestros días. Núñez no aborda el tema solo de manera intelectual, sino que habla al corazón de quien aún está siendo expuesto a este “evangelio” de la prosperidad día a día.

Conclusión

La lectura de Una iglesia conforme al corazón de Dios ha sido de gran beneficio para mi vida en comunidad. Hoy vemos que todo mundo habla de sana doctrina y corrientes teológicas, y nos dividimos en bandas de autores o predicadores favoritos. Se nos ha olvidado la importancia de vivir una vida que agrade a Dios en comunidad. Nos hemos vuelto cristianos individualistas y se nos ha olvidado que somos parte de un Cuerpo. 

“La iglesia debe regresar a donde comenzó: debajo de la cruz y centrarse en la Palabra de Dios” (p. 54).

Por toda la ciudad buscaba una iglesia y me olvidé de ser la iglesia. ¿Estamos actuando conforme a la iglesia que Dios tiene en su corazón, junto con nuestros hermanos?

Recomiendo la lectura de este libro con el propósito de buscar ser esa iglesia que Dios tiene en su corazón, no para juzgar otras iglesias locales. Animaría a leerlo en grupos pequeños, sobretodo en el liderazgo de las congregaciones.

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