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Muchos libros presentan varios métodos de evangelismo que pueden servir como herramientas ministeriales en la iglesia. No obstante, pareciera que muchos de los proponentes de estos métodos están más preocupados por el método que por la persona a la que se evangeliza. Sin embargo, apenas leí la introducción del libro, del cual te hablaré en un momento, pude ver que su autora comprende cómo compartir el evangelio sin priorizar el método por sobre los necesitados.

El amor a las personas con las que se comparte el evangelio es lo que explica, a mi parecer, el éxito de Jesús al proclamar las buenas nuevas de salvación. Por eso concluyo que no es un método lo que nos va a ayudar a evangelizar, sino mostrar de manera adecuada el amor genuino del evangelio con el que fuimos amados por Dios en Cristo.

Sal: en un mundo cambiante, el evangelio sigue siendo relevante

Sal: en un mundo cambiante, el evangelio sigue siendo relevante

Editorial Andamio. 264 páginas.

En Sal: en un mundo cambiante, el evangelio sigue siendo relevante (Editorial Andamio, 2021), su autora, Rebecca Pippert, tiene como objetivo recuperar la expresión verbal del evangelio, ya que los creyentes «parecen estar mucho más interesados en vivir el evangelio y dar testimonio sirviendo a los necesitados de su ciudad que en cualquier expresión verbal de la fe» (p. 11). No es que la autora esté buscando que dejemos de vivir el evangelio, sino que sumemos la expresión verbal; es decir, el mensaje verbal del evangelio debe ser predicado.

Editorial Andamio. 264 páginas.

La expresión verbal en la iglesia

De eso habla con claridad el libro Sal: en un mundo cambiante, el evangelio sigue siendo relevante (Editorial Andamio, 2021). Su autora, Rebecca Pippert, tiene como objetivo recuperar la expresión verbal del evangelio, ya que los creyentes «parecen estar mucho más interesados en vivir el evangelio y dar testimonio sirviendo a los necesitados de su ciudad que en cualquier expresión verbal de la fe» (p. 11). No es que la autora esté buscando que dejemos de vivir el evangelio, sino que sumemos la expresión verbal; es decir, el mensaje verbal del evangelio debe ser predicado.

La autora publicó su primer libro llamado Fuera del salero en 1979, en el que llamaba a la iglesia a este mismo tema. Cuando se publicó este primer libro, fue en un contexto distinto. El desafío a la iglesia en aquel libro fue que los creyentes salieran de su burbuja cristiana e hicieran amistad con no creyentes para compartir el evangelio en medio de una relación cultivada de manera intencional.

Hoy la situación que presenta el mundo nos despierta a «aprender de nuevo a compartir nuestra fe con confianza, compasión y de forma convincente en este nuevo mundo poscristiano» (p. 13). El libro está dividido en una lectura muy clara: Los medios, el mensaje y el método. Las sencillas preguntas de reflexión al final de cada capítulo hacen que obtengas mayor provecho de este libro, ya sea a nivel individual o grupal.

Pippert presenta en tres partes las razones que explican las posibles causas del problema por el cual muchos creyentes tememos evangelizar: (1) Los creyentes nos sentimos incapaces, (2) pensamos que no sabemos lo suficiente y (3) nos falta confianza. La autora responde a esto con un «tres de tres», es decir, tres respuestas a tres problemas internos por los cuales no evangelizamos.

Tres propuestas a tres problemas que impiden evangelizar

1) Los medios

Esta sección es la propuesta al problema de sentirnos incapaces. La autora reconoce que aprendió a ser capaz de compartir el evangelio, pero que esto no fue por su capacidad, sino por su pequeñez, por su dependencia de Dios y del Espíritu Santo (Jn 15:5). Esta es una sección de verdadera confrontación. «Reconocer nuestra incapacidad y dependencia de Dios no es deshonroso. ¡Es lo que nos hace libres! Ser criaturas no es una porquería, como Satanás quiere que creamos. Ser criaturas que aman a Dios, le obedecen y dependen de Él sin avergonzarse es algo glorioso» (p. 43).

2) El mensaje

Es la propuesta que responde al pensamiento que nos dice que no sabes lo suficiente. Por medio de seis capítulos, Pippert desglosa uno a uno los puntos del evangelio, pero no solo de manera teológica, lo cual en verdad es maravilloso, sino que también habla como una persona que ama y conoce de manera íntima a nuestro Señor y Salvador.

Esta sección está cargada de una teología edificante que muestra el fruto de un gran corazón lleno de Dios. No puedes evitar enamorarte más del Señor al ser expuesto a estos capítulos. La lectura de esta sección en grupos pequeños sin duda estará llena de alabanzas al Señor. Lo anterior me hizo recordar una frase que leí: «Los escépticos captan si tan solo estamos recitando un conjunto de creencias o si estamos enamorados de Aquel a quien proclamamos» (p. 81).

3) El método

Es la propuesta a la falta de confianza al exponer el mensaje, pero no habla de equis cantidad de pasos, sino que se enfoca en fortalecer la confianza tanto a extrovertidos como a introvertidos. «Jesús nos llama a relacionarnos con el mundo como Él lo hizo: identificándonos con las personas sin comprometer nuestra identidad como pueblo de Dios» (p. 181).

Al final del libro podemos encontrar dos cosas más que son dignas de mencionar: una conclusión y un llamado a los líderes.

En la conclusión se nos recuerda que la misión es algo en lo que debemos ser proactivos más que reactivos. El mundo necesita que los creyentes vivamos el evangelio a través de nuestros hechos y también de nuestras palabras. La evangelización es a la vez más fácil de lo que pensamos y más difícil de lo que imaginamos. Es por ello que se nos llama a ser sal en todo lo que hacemos y todo lo que decimos.

En el llamado a los líderes, la autora recuerda la estrategia de los apóstoles: «proclamaban el evangelio (palabras); amaban y servían a su comunidad (hechos); y llamaban a la gente al arrepentimiento y a poner su confianza en Jesús (invitación)» (p. 241).

¿Qué harás ahora?

Leer este libro me llevó a conversar con el liderazgo de mi iglesia e iniciar su lectura y acción con un grupo pequeño, que a la vez luego pueda hacer esto mismo con otros grupos. Con esto busco disolver la idea de limitarnos solo a «eventos evangelísticos» y formar en la iglesia local el evangelismo como un estilo de vida.

Sal: en un mundo cambiante, el evangelio sigue siendo relevante me ha confrontado y sé que también lo hará con el resto de la iglesia. Muchos buscamos más libros de doctrina, otros algo más práctico. Sin embargo, este es un recurso que mantiene un equilibrio de ambas cosas que nos impulsan a la vida misional para dar honra al Señor que nos enseñó cómo ser sal en esta tierra. ¡Sigamos siendo sal!

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