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“¡Ya no sé qué hacer con este niño!”, me dijo una mamá con los ojos llenos de lágrimas. “Leo todo sobre la maternidad —desde artículos cristianos hasta neurociencia— y no veo ningún cambio en él”.

El sentimiento es comprensible; los padres vivimos saturados de información sobre la crianza, esperando el libro o la técnica que será una poción mágica para tener hijos bonitos y bien educados. En medio del estrés de los pañales o las tareas escolares, se nos olvida que el evangelio es lo único que tiene poder para cambiar los corazones de nuestros hijos.

En La crianza de los hijos, Paul David Tripp, pastor, autor, y conferencista internacional, nos ayuda a mirar la crianza desde la perspectiva del evangelio. El autor cuenta que, en sus charlas sobre la paternidad, personas de todas partes del mundo preguntan constantemente por estrategias efectivas para educar a sus hijos. Así que, con este recurso, Tripp busca enseñarnos que lo que más nos hace falta son los principios del evangelio, no meramente una biblioteca llena de principios prácticos.

La crianza de los hijos

La crianza de los hijos

Publicaciones Faro de Gracia. 235 pp.

En La crianza de los hijos, Paul David Tripp, pastor, autor, y conferencista internacional, nos ayuda a mirar la crianza desde la perspectiva del evangelio. El autor cuenta que, en sus charlas sobre la paternidad, personas de todas partes del mundo preguntan constantemente por estrategias efectivas para educar a sus hijos. Así que, con este recurso, Tripp busca enseñarnos que lo que más nos hace falta son los principios del evangelio, no meramente una biblioteca llena de principios prácticos.

Publicaciones Faro de Gracia. 235 pp.

“Cuando crías con lo que el evangelio dice de Dios, de ti, de tu mundo, no solo enfrentas la crianza de los hijos en nuevas formas, sino que llevas el peso de la crianza de una manera muy diferente” (p.12).

En la introducción, Tripp quiere que pensemos sobre nuestro rol como padres: ¿Somos propietarios de nuestros hijos o embajadores de parte de Dios para ellos? El autor describe cómo se ven estas dos posturas en la cotidianeidad y finalmente nos dice que “la crianza no se trata de lo que queremos para nuestros hijos o de nuestros hijos, sino de lo que Dios, en su gracia, ha planeado hacer a través de nosotros en nuestros hijos” (p. 14).

El resto del libro está dividido en 14 capítulos, cada uno con los principios del evangelio: Llamado, Gracia, Ley, Incapacidad, Identidad, Proceso, Perdido, Autoridad, Necedad, Carácter, Dioses falsos, Control, Descanso, y Misericordia. El autor inicia cada capítulo con una serie de historias… ¡algunas hacen parecer que te estuvo observando durante el día! Es como si Tripp te escribiera para mostrarte el error que cometiste, y para enseñarte cómo cambiar tu perspectiva y centrarte en el evangelio.

Embajadores del evangelio

Tripp nos dice que los padres son embajadores, explicando que “el embajador no tiene autoridad en sí mísmo. Él tiene autoridad solamente porque representa a un rey que tiene autoridad” (p. 113). Después de mostrarnos el rol que tenemos como representantes de Dios en la vida de nuestros hijos, el autor continúa definiendo la tarea: evangelizar. 

“Esto significa que cada ocasión en la que ejerces la autoridad en la vida de tus hijos, debes ser una hermosa imagen de la autoridad de Cristo. En la vida de tus hijos, eres la mirada del rostro de Dios, eres el toque de su mano y el tono de su voz” (p. 113).

A lo largo de las páginas de este libro, me sentí confrontada por mi incapacidad para reflejar el evangelio a través de mi crianza. Con todo, al aprender cómo aplicar la palabra de Dios en diferentes circunstancias, Tripp también me ofreció esperanza.

El autor, apasionado por compartir el evangelio de manera práctica, provee ejemplos que van desde cómo manejar los berrinches de un niño pequeño hasta abordar los problemas de conducta en un adolescentes. En cada capítulo, Tripp nos anima a vivir el evangelio en la crianza con una mentalidad de proceso, entendiendo que nuestros hijos son pecadores igual que nosotros, y que todos necesitamos un pastor que nos dirija para centrar nuestras vidas en la obra del Señor Jesucristo.

“Tu esperanza como padre no se encuentra en tu poder, tu sabiduría, tu carácter, tu experiencia o tu éxito, sino solo en esta cosa: la presencia de tu Señor. El creador, Salvador, Todopoderoso, Rey soberano está contigo” (p.185). 

Conclusión

La crianza de los hijos es un recurso clave para entender de forma práctica la centralidad del evangelio conforme educamos a nuestros pequeños. Lo primero que nos hace entender es que la crianza no trata de nosotros, pero la crianza sí trata con nosotros. La crianza trata de Cristo y el poder del evangelio. Nos hace ver a nuestros hijos como Dios nos ve, amándolos como Él lo hace, y atesorando a Cristo como lo más valioso; solo así podremos descansar en Su plan y misericordia.

Recomiendo a los padres leer este libro con frecuencia, ya que nos olvidamos muy fácilmente de vivir el evangelio en la crianza. También lo recomiendo si eres maestro, pastor, o estás involucrado en algún ministerio de niños. Estos principios te ayudarán a tener la perspectiva correcta ante las actitudes de los pequeños. Dejarás de centrarte solo en el exterior para enfocarte en el corazón, siendo un verdadero medio de gracia transformadora en sus vidas.

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