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A principios del siglo XX, el exégeta francés Alfred Loisy afirmó que “Jesús predicó el reino de Dios y vino la Iglesia”. Esta afirmación lamentable y desdeñosa tiene un enorme y abigarrado trasfondo histórico de discusiones exegéticas y teológicas sobre quién es el verdadero fundador de la iglesia: Jesús o Pablo de Tarso.

Mientras los creyentes aceptamos que —en el Nuevo Pacto— la voluntad de Jesucristo fue la instauración de la Iglesia, la mayoría de teólogos liberales afirman que Pablo fue el verdadero fundador del cristianismo e insisten en que a él se debe el salto entre un Jesús que fue solo un gran maestro a un Cristo o Mesías, Hijo de Dios. En otras palabras, ellos afirman que fue Pablo quien fundó y dio forma a las doctrinas del cristianismo tal y como las conocemos hoy. Pero ¿esta afirmación es verdad? ¿Qué dicen la Biblia y la historia al respecto?

Si estás buscando una biografía que te presente una historia sobre las discusiones teológicas en torno al papel de Pablo en el cristianismo y una presentación ordenada de su vida y ministerio de principio a fin, te recomiendo leer Apóstol para las naciones, del estudioso César Vidal.

Apóstol para las naciones

Apóstol para las naciones

B&H Español. 390.

En Apóstol para las naciones encontrarás una exposición profunda y accesible que explica por qué Pablo es un personaje clave a quien el Espíritu Santo usó para darnos a entender los misterios relacionados con la tarea ministerial de la Iglesia en el mundo. Sin embargo, la fundación de la Iglesia no podía quedar en manos de un hombre, sino del Dios hecho Hombre.

B&H Español. 390.

Una biografía de Pablo que empieza con Jesús

Pienso que es un gran acierto que Vidal inicie este libro con un análisis sobre la actitud de los religiosos del primer siglo sobre Jesús, para después analizar la actitud de los mismos sobre Pablo. La religión judía del primer siglo no solo despreció el mensaje del Mesías, sino al Mesías mismo y lo crucificó, tal como estaba escrito (Lc 26:46). Aunque Jesús fue despreciado por muchos, hay ciertos círculos donde es aceptado; pero Pablo es completamente rechazado. Me refiero, por ejemplo, a los musulmanes, quienes ven en Cristo un profeta de Dios; algunos judíos, que vieron en Jesús a un maestro ejemplar; y algunos académicos que ven a Jesús como un personaje histórico. Sin embargo, cuando se habla de Pablo, lamentablemente, en esos mismos círculos solo lo ven, de manera errónea, como un farsante. Por eso el aporte de este libro es adecuado.

Después de este análisis sobre el debate académico en torno al papel de Pablo en la instauración del cristianismo, el Dr. Vidal desarrolla la vida de Pablo de manera biográfica y ordenada de acuerdo con la descripción del orden de los eventos históricos de la Biblia.

César Vidal desarrolla en dos partes la vida de Pablo. La primera parte habla sobre Saulo, el fariseo. Son ocho capítulos sobre el desarrollo histórico de las credenciales religiosas que Pablo mismo mencionaría en sus cartas, aunque de manera más ampliada con datos históricos de muchas otras fuentes contemporáneas (p. 3-104). La segunda parte —en catorce capítulos— desarrolla la vida de Pablo después de su conversión y analiza cada etapa de su ministerio. También registra el recorrido de Pablo por las diferentes ciudades que visitó como apóstol y misionero (p. 105-371). En este recorrido podrás aclarar las dudas que tengas sobre estas ciudades y dónde estaba cuando escribió cada una de sus cartas. Sin embargo, algunos datos sobre fechas son solo estimaciones.

Un documento histórico y exegético

El autor presenta su libro así:

“El presente libro no es una obra de teología ni un comentario de los Hechos o de las cartas paulinas —aunque las referencias a ambas áreas resulten ineludibles— sino de historia… Con todo, a pesar de su carácter histórico, estas páginas, con seguridad, pueden servir de instrumento auxiliar para las personas que se dedican a esa disciplina. He decidido por eso que determinadas cuestiones de carácter dogmático y exegético sean examinadas en estas páginas porque habría resultado imposible abordar la figura de Pablo a cabalidad sin tener en cuenta estos aspectos” (p. 12).

Las grandes doctrinas de la Biblia fueron descubiertas por los estudiosos con una acción muy básica, pero esencial: La observación del Texto Sagrado. En este recurso, el Dr. Vidal también evidencia una capacidad desarrollada de observación en el texto. Dicha acción produce comentarios claves sobre los diversos personajes que se mencionan a lo largo del ministerio de Pablo, registrados tanto en el libro de Hechos como en sus cartas.

Cuando lees ciertas secciones de este recurso, encuentras información sobre los diferentes grupos religiosos que atacaron visceralmente a Pablo. Esta información la encuentras en fuentes como el Talmud y el Midrash, libros de exégesis rabínica judía que discutieron en algún momento la visión sobre Pablo. No suelo encontrar en libros en español tanta información de inestimable valor como la que encontrarás en el libro de Vidal sobre aspectos culturales, históricos y de literatura extrabíblica contemporánea de Cristo y especialmente de Pablo. Toda esta información permite que conozcas y comprendas por qué creemos que es incorrecto afirmar que Pablo fue el fundador de la Iglesia. Además, podrás identificar el verdadero sentido en el que muchos teólogos liberales usan esta afirmación.

Una breve recomendación

Procura conocer mejor la historia de la iglesia junto con la historia universal. Este libro te puede adentrar en esas áreas, en caso de que estés empezando a estudiar la Biblia. Sin embargo, para quienes ya estamos más familiarizados con este estudio, podemos aprender aún más.

En Apóstol para las naciones encontrarás una exposición profunda y accesible que explica por qué Pablo es un personaje clave a quien el Espíritu Santo usó para darnos a entender los misterios relacionados con la tarea ministerial de la Iglesia en el mundo. Sin embargo, la fundación de la Iglesia no podía quedar en manos de un hombre, sino del Dios hecho Hombre. La importancia del origen de la Iglesia no estriba en la fecha, sino en la acción divina que se evidencia en el libro de Hechos y sin la cual, esa iglesia no podría permanecer para gloria de Dios. Es importante reconocer que Pablo está junto a los demás escritores bíblicos que, en mayor o menor grado, fueron usados por Dios para dejar registro escrito de la voluntad de Dios para la creación, la humanidad y la Iglesia fundada por Él.

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