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Definición

El concepto del rapto se refiere al acontecimiento escatológico de los creyentes muertos y vivos que juntos serán tomados en un abrir y cerrar de ojos para encontrarse con Jesús en el aire.

Sumario

La creencia en el rapto es ampliamente sostenida entre la mayoría de los evangélicos. La base bíblica para el rapto se encuentra principalmente en 1 Tesalonicenses 4:17 y 1 Corintios 15:52. Estos versículos se usan con respecto a la esperanza de los creyentes de una futura resurrección de sus cuerpos. Esta resurrección ocurrirá en los últimos días o cerca del tiempo en que Jesús regrese a la tierra. La pregunta es si el rapto es o no un evento separado y distinto de la segunda venida de Cristo o si ocurre simultáneamente cuando Cristo regrese a la tierra al final de la tribulación. Aquellos que afirman la pre-tribulación, mid-tribulación y pre-ira del rapto lo ven como un retorno separado o secreto de Cristo para la iglesia que ocurre mucho tiempo antes de que regrese a la tierra de manera pública. Aquellos que afirman la post-tribulación ven que el rapto ocurre de manera simultánea con el regreso de Cristo, al final de la Tribulación. Este artículo examinará algunos de los argumentos para el rapto como un evento separado y también como un evento simultáneo con la Segunda Venida de Jesucristo.

Introducción

El concepto de “rapto” se refiere al acontecimiento escatológico de creyentes muertos y vivos que juntos serán “arrebatados”, “en un abrir y cerrar de ojos” (1 Ts 4:17; 1 Co 15:52) para encontrarse con Jesús en el aire. El término “rapto” proviene del uso que hace la Vulgata latina de la palabra rapiô que significa “apoderarse, arrebatar”, que es equivalente al significado de la palabra griega harpazô en 1 Tesalonicenses 4:17 (“arrebatado”). El rapto, entonces, es la esperanza de la resurrección para todos los creyentes que han muerto y la transformación para los creyentes que aún están vivos en un cuerpo glorificado al regreso de Jesús. Mientras que la resurrección de los creyentes es una doctrina establecida desde hace mucho tiempo en la fe cristiana y está firmemente arraigada en las Escrituras, la terminología específica de un rapto entró en lenguaje popular en el siglo XIX con el surgimiento del premilenialismo y la teología dispensacional.

El problema más común centrado en el rapto tiene que ver con el momento en que sucedería. Hay cuatro puntos de vista principales:

  1. El rapto pre-tribulacional: Este punto de vista afirma que el rapto ocurrirá cuando Jesús venga en secreto para reunir a la Iglesia antes de la Gran Tribulación de siete años, que precede al regreso de Cristo a la tierra.
  2. El rapto mid-tribulacional: Esto es similar a la visión pre-tribulacional, excepto que localiza al rapto después de los primeros tres años y medio, el momento en que el Anticristo asume el poder.
  3. El rapto de la pre-ira: Esta posición argumenta que el rapto ocurrirá hacia el final de la tribulación antes de que la ira de Dios se derrame con los juicios de las copas (Ap 16) antes del regreso de Cristo.
  4. Post-tribulación: Esta visión dice que el rapto ocurre al mismo tiempo que el regreso de Cristo, al final de la Tribulación.

Aunque hay enormes diferencias entre los tres primeros puntos de vista del rapto, todos comparten la misma perspectiva de que el rapto es un evento separado de la segunda venida de Cristo. Como tal, este artículo abordará la pregunta si el rapto es o no un evento separado y distinto de la segunda venida de Cristo o si ocurre al mismo tiempo que cuando Cristo regresa a la tierra al final de la tribulación.

Punto de vista 1: El rapto y el regreso de Cristo son eventos escatológicos separados y distintos

La escatología premilenial se distingue por su énfasis en una lectura literal de la profecía bíblica, así como la creencia en un futuro para la nación de Israel, un futuro período de tribulación antes del regreso de Cristo a la tierra para establecer su reino milenial y un juicio final posterior. La escatología premilenial busca integrar y armonizar toda la profecía bíblica en un esquema integral, que se basa principalmente en Daniel, Ezequiel y Apocalipsis. El premilenialismo también le dio origen a los conceptos del rapto, un retorno en dos etapas de Cristo y una separación estricta entre Israel y la Iglesia. Estos puntos de vista son todos integrantes de una escuela teológica de pensamiento llamada dispensacionalismo, que surgió a partir del movimiento Brethren (de los Hermanos) y de los escritos de John Nelson Darby, que fueron popularizados en América por C. Larkin, D. L. Moody, C. I. Scofield, y L. S. Chafer. Aunque no todos los que afirman una escatología premilenaria son dispensacionalistas, todos los dispensacionalistas son premilenialistas. Argumentan que la iglesia es un paréntesis insertado entre los tratos de Dios con Israel y, por lo tanto, también lo están la tribulación y el enfoque milenario en el futuro de la nación y gente israelita. En el libro de Apocalipsis, el término “iglesia” (ekklēsia) no ocurre después de Apocalipsis 4:1, sino hasta Apocalipsis 22:15, por lo que los dispensacionalistas concluyen que la razón de esto es porque Dios rapta a la iglesia al comienzo de la tribulación para que pueda volver a tratar con Israel. Este entendimiento particular del rapto es la parte central del rapto previo a la tribulación.

La enseñanza dispensacional del rapto pre-tribulacional forma parte de una serie de eventos de los tiempos finales en los cuales Cristo regresará por su iglesia en dos etapas distintas. Primero, Cristo regresará en las nubes para raptar a todos los verdaderos creyentes.  Esto se entiende comúnmente como el retorno secreto de Cristo por la iglesia y sucederá de manera inminente, como un ladrón en la noche. Los creyentes desaparecerán de forma repentina y sin ninguna advertencia, y los que se quedan atrás no sabrán lo que les pasó. El rapto marcará el comienzo de la Gran Tribulación de siete años centrada alrededor de la nación de Israel y contará con una serie de juicios devastadores. Después de la Tribulación, Cristo regresará de manera visible a la tierra para establecer su reino milenario. Esta segunda etapa del regreso de Cristo es la “segunda venida”, a pesar de haber llegado una vez por sus santos. Ambas etapas del regreso de Cristo se agrupan a menudo bajo el título de la “Segunda Venida”.

Los dispensacionalistas típicamente interpretan 1 Tesalonicenses 4:13-18 (junto con 1 Co 15:51-52) para sostener su creencia en un rapto previo a la tribulación. Ellos argumentan que el rapto es la resurrección de todos los verdaderos cristianos desde el tiempo de Pentecostés hasta el tiempo del rapto. Esta resurrección difiere y es única comparada a la resurrección descrita en el Antiguo Testamento, al igual que la descrita al final de Apocalipsis.[1] Además, encontrarse con Cristo en las nubes significa que el rapto es distinto al regreso visible de Cristo a la tierra. Los dispensacionalistas correlacionan esto con Juan 14:1-3 para argumentar que si el rapto ocurre al final de la tribulación, entonces los discípulos de Jesús regresan a la tierra en lugar de volver a la casa de su padre como Él lo prometió.[2] Una vez en el cielo, la iglesia es presentada al Padre, se enfrenta ante el tribunal de Cristo (2 Co 5:10), y se casará con el novio, Cristo.[3] El rapto debe ocurrir antes de la tribulación para permitir el tiempo suficiente para estos eventos.

Los dispensacionalistas argumentan que el rapto y el retorno de Cristo son eventos separados porque se centran en las diferencias entre los llamados pasajes de rapto y pasajes de retorno. Cuando contrastan los pasajes que describen el regreso de Cristo para su iglesia con el regreso de Cristo a la tierra en juicio, intentan sostener la idea de las dos fases distintas de la segunda venida de Cristo. Como dispensacionalistas, ellos han aportado una extensa investigación para distinguir al menos veintidós referencias a pasajes de rapto y al menos veintidós pasajes de la venida. La razón por la cual el regreso de Cristo se divide en dos fases o etapas es porque muchas de las referencias con el regreso de Cristo son positivas y esperanzadoras para los creyentes, pero muchas referencias son también negativas e irascibles para los incrédulos. Apocalipsis 6:16 describe los juicios cataclísmicos de los tiempos finales como la ira de Cristo. Mientras que Apocalipsis 19:7-9 representa a la Iglesia como la novia del Cordero que no está sujeta a su ira, la cual será derramada sobre un mundo incrédulo.

Ellos pretenden librar a la Iglesia de la ira divina, de la cual la Iglesia será liberada por el rapto. El concepto del rapto pretribulacional (así como los puntos de vista de la tribulación media y pre-ira) implica que la iglesia cristiana será eliminada físicamente de la tierra antes que surjan cualquiera de los problemas asociados con la Gran Tribulación. También sostienen que la Gran Tribulación se refiere al regreso de Dios para tratar con Israel como su pueblo elegido y por eso la iglesia debe ser removida primero. Ellos argumentan que la Gran Tribulación es la ira del Cordero (Ap 6:17-17; 11:18; 14:10; 15:1,7; 16:1; 19:15). Debido a que esta tribulación es igualada a la ira de Dios, es muy distinta a cualquier otro tipo de tribulación que la iglesia hubiera podido vivir durante la “era de la Iglesia”. Sin embargo, el rapto de la pretribulación no es necesario para que la Iglesia sea librada de la ira de Dios. Para estar seguros, los que están en Cristo nunca necesitan temer la ira de Dios (1 Ts 1:10). Los cristianos nunca recibirán la ira de Dios porque Cristo ha asumido esa ira en su lugar. Sin duda, los creyentes son salvados de la ira de Dios, pero este hecho no requiere que sean removidos de la tierra durante la tribulación para que puedan ser protegidos de los juicios de Dios (2 P 2:5-9). Dios es perfectamente capaz de proteger/sellar (Ap 7) a su pueblo de su ira (p. ej., plagas egipcias y Gosén; Éx 8:22; 9:26).

Punto de vista 2: El rapto y el retorno de Cristo ocurren simultáneamente al final de la tribulación

Otro punto de vista sostiene que solo hay un retorno de Cristo y en su regreso los creyentes, tanto los que ya han muerto como los que aún están vivos, se levantarán para encontrarse con Él en el aire mientras Él desciende. Este punto de vista se llama post-tribulación porque pone el rapto al final de la tribulación. Aquellos que afirman este punto de vista rechazan la noción de un retorno en dos etapas o de un retorno secreto separado de Cristo por su iglesia antes de la tribulación. En cambio, este punto de vista sostiene que Cristo solo regresa una vez y prefiere identificar al rapto (la resurrección de los santos) como un acontecimiento público. Hasta el surgimiento del dispensacionalismo premilenial, este ha sido el entendimiento tradicional de la iglesia y algunas variaciones son encontradas en lecturas escatológicas amilenial, post-milenial e históricas premilenialistas de las Escrituras.

Mientras que el término rapto deriva de una lectura de 1 Tesalonicenses 4:13-18, lo que a menudo se llama el rapto es en realidad una referencia a la doctrina de la resurrección corporal de los santos. El enfoque en el término rapto ha desplazado y confundido el significado de la resurrección corporal de los creyentes al introducir otra categoría escatológica de un retorno secreto de Cristo en dos etapas, que no se enseña explícitamente en el Nuevo Testamento. Como tal, hay varias razones por las cuales podemos rechazar nociones de un retorno de Cristo en dos etapas y en su lugar afirmar que lo que se llama el rapto ocurre simultáneamente con el único retorno de Cristo al final de los tiempos.

Mientras que en el arrebatamiento de los creyentes —para encontrarse con el Señor en el aire según 1 Tesalonicenses 4:17— se puede sugerir una especie de rapto, es importante recordar que, en su contexto, Pablo está hablando de la resurrección de los creyentes que han muerto antes del regreso de Cristo y no está hablando acerca de remover a la iglesia antes o durante la tribulación. Pablo explica que los creyentes que han muerto resucitarán al regreso de Cristo y los que están vivos durante ese tiempo recibirán automáticamente sus cuerpos glorificados cuando Jesús descienda del cielo (1 Ts 4:16). Pablo probablemente se refiere al mismo acontecimiento en 1 Corintios 15:51-52, cuando dice: “No todos moriremos, pero todos seremos transformados, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados” (NVI). Una vez más, esto viene en el contexto de la enseñanza más comprensiva de Pablo con respecto a la resurrección corporal de los muertos.

El momento de la resurrección de los santos o del rapto es mejor entendido como la venida visible de Cristo y no en un retorno secreto algunos años antes, porque Pablo así lo indica en 1 Tesalonicenses 4:15-17. En este pasaje, la palabra griega parousia —la cual significa “presencia”, “llegada” o “venida”— se usa para referirse a la segunda venida de Cristo a lo largo del Nuevo Testamento (Mt 24:27; 1 Co 15:23; Stg 5:8; 1 Jn 2:28). En 1 Tesalonicenses 4:15, el pasaje del rapto, Pablo indica que los que quedaron vivos “hasta la venida del Señor” serán arrebatados junto con los que han resucitado de entre los muertos para encontrarse con el Señor en el aire. El término específico que usa en el versículo 15 es parousia. Aquellos que afirman un retorno secreto de Cristo en dos etapas para raptar a la Iglesia —antes o durante la tribulación— ven esta parousia como una primera etapa distinta a su segundo regreso. El problema con esta interpretación es que en todos los pasajes en donde ocurre la palabra parousia —en la correspondencia de Tesalónica— se refiere sin duda alguna al regreso visible de Cristo a la tierra (1 Ts 2:19; 3:13; 5:23; 2 Ts 2:1, 8). En 1 Tesalonicenses 3:13, se refiere a “la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos”, la cual indica claramente la segunda venida. Además, parousia se usa en 2 Tesalonicenses 2:8, cuando Pablo declara que el Señor Jesús derrotará al hombre impío con “el espíritu de su boca y lo destruirá con el resplandor de su venida”. Si ambos ejemplos se refieren a su segunda venida real a la tierra, no hay absolutamente nada en el contexto que sugiera que 1 Tesalonicenses 4:16-17 debiera ser tomado de manera diferente a las demás instancias de la parousia en Tesalonicenses. Como tal, Pablo claramente parece concebir la resurrección de los santos y el arrebatamiento de los creyentes para encontrarse con el Señor en el aire ocurriendo al mismo tiempo que Cristo está visiblemente regresando a la tierra, y no un robo reservado para la iglesia varios años antes de que realmente regrese al final de los tiempos.

Una tercera razón para ver el rapto como algo simultáneo al regreso de Cristo a la tierra es porque, en el discurso del monte de los Olivos (Mt 24), Jesús indica que los creyentes pasarán por el período conocido como la Gran Tribulación y serán reunidos para encontrarlo cuando regrese. Jesús afirma que aquí habrá una “Gran Tribulación” (Mt 24:21-22), y el hecho de que los creyentes estarán en la tierra durante ese tiempo es evidente cuando dice que esos días serán acortados “por causa de los elegidos” (Mt 24:22). No hay mención de nada remotamente similar al rapto hasta que Jesús dice: “Y al sonido de la gran trompeta mandará a sus ángeles, y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, de un extremo al otro del cielo” (24:31 NVI), justo después de que la señal del Hijo del Hombre aparezca en el cielo y venga sobre las “nubes” (24:30). Esta reunión de los elegidos ocurre en el regreso visible de Cristo en Mateo 24:30. Jesús dice claramente que su parousia ocurrirá después de la Gran Tribulación en el versículo 29 (”inmediatamente después de la tribulación de aquellos días”). El hecho de que este retorno será de manera visible es enfatizado cuando dice que será como el relámpago visible tanto en el este como en el oeste (Mt 24:27), y vendrá con gran poder en las “nubes” (Mt 24:30). Curiosamente, Jesús describe su regreso y la reunión de los elegidos usando términos notablemente similares a los de 1 Tesalonicenses 4:16-17 en los que ambos textos hacen referencia a una explosión de “trompeta” y Jesús viniendo en las “nubes” (1 Co 15:52, también menciona una “trompeta”). Parece más probable, entonces, que Pablo basó su enseñanza escatológica de 1 Tesalonicenses 4:16-17 en su conocimiento de la enseñanza de Jesús en el discurso del monte de los Olivos. Algunos argumentan que el lenguaje de los tomados y dejados atrás encontrado en Mateo 24:40-41 da evidencia del rapto: “Estarán dos hombres en el campo: uno será llevado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo: una será llevada y la otra será dejada”. Sin embargo, la imagen de “ser tomado” típicamente no se usa para referirse a la salvación, sino que el ser tomado en juicio y ser “abandonado” se refiere a aquellos salvados de la destrucción (Is 3:1-3; 4:2-4; Sof 3:11 -12; Mt 13:41-43; 24:38-39).[4] Las enseñanzas del discurso del monte de los Olivos no apoyan la noción de un retorno secreto de Cristo para raptar a la iglesia antes o durante la tribulación.

Por último, a menudo se supone que aquellos santos que estaban vivos o que han sido resucitados regresarán al cielo con Jesús. Sin embargo, el punto de vista de que los santos regresarán con Jesús a la tierra tiene más apoyo en la evidencia del Nuevo Testamento. Leemos que 1 Tesalonicenses 4:17 dice que los creyentes iremos a “encontrarnos” (apantēsis) con el Señor en el aire. La palabra griega apantēsis, en el mundo antiguo, se usaba cuando el dignatario hacía una visita oficial (parousia) a una ciudad y los ciudadanos de esa ciudad salían a “encontrarse” con él, escoltado a la ciudad en una procesión. Tal vez este concepto se relaciona con Mateo 25:6, en donde la fiesta nupcial es convocada para salir “a recibir” (apantēsis) al novio para que con sus lámparas lo acompañen a la sala de banquetes. O bien, en Hechos 28:15, cuando los cristianos de Roma “salieron hasta el Foro de Apio y Tres Tabernas a recibirnos (apantēsis)” a Pablo y sus compañeros para escoltarlos en su viaje a Roma. Así, en lugar de un rapto secreto al cielo, 1 Tesalonicenses 4:13-18 sugiere un regreso visible del Hijo del Hombre a la tierra con gran fanfarria y gloria. La iglesia sufrirá a través de la persecución (como lo ha hecho a lo largo de la historia) pero los elegidos de Dios permanecerán fieles y se reunirán con el Señor en el aire para llevarlo de vuelta a la tierra como el gran Rey.

Conclusión

¿Enseña claramente la Biblia el concepto de un rapto previo a la tribulación o el de un retorno de Cristo en dos etapas? Probablemente la mejor respuesta a estas preguntas es “realmente no”. Sin embargo, muchos fieles cristianos creyentes en la Biblia sostienen la opinión de que la iglesia será removida antes o durante la tribulación para evitar la ira de Dios. Su punto de vista es apoyado por una serie de argumentos bíblicos y teológicos que sí tienen mérito. Sin embargo, si el retorno en dos etapas de Cristo y el rapto solo pueden ser corroborado por el sistema teológico y la práctica hermenéutica del dispensacionalismo tradicional, entonces hay razones para dudarlo. Por otro lado, existen amplias razones históricas, teológicas y bíblicas para ver la venida de Cristo como un acontecimiento singular en lugar de ser dividido en dos etapas. El concepto de un retorno en dos etapas no se enseña explícitamente en las Escrituras y es una doctrina relativamente nueva en la teología cristiana. Además, la doctrina de la resurrección de los creyentes y su transformación a un cuerpo glorificado está bien establecida en la teología cristiana, pero a menudo ha sido reemplazada por una teología del rapto que puede minimizar la gran esperanza de una futura resurrección corporal. Independientemente de lo que uno cree sobre el rapto, o de su momento, no es un asunto de ortodoxia y herejía si los creyentes no están de acuerdo. La fidelidad de una persona a Cristo y la ortodoxia teológica no dependen de la creencia en un retorno de Cristo en dos etapas o en un retorno singular. Cuando Cristo regrese y la iglesia esté con Él en gloria, nadie se decepcionará ni discutirá acerca de cómo o cuándo ocurrió todo.

Notas al pie

1Walvoord, John F. Walvoord, The Prophecy Knowledge Handbook (Wheaton: Victor, 1990), 481–84.
2Ibid., 421.
3Pentecost, Things to Come, 219–228.
4Benjamin L. Merkle, “Who Will Be Left Behind? Rethinking the Meaning of Matthew 24:40–41 and Luke 17:34–35,” WTJ 72, no. 1 (2010): 169–79.

Lecturas adicionales

  • Archer, Gleason L., Paul D. Feinberg, Douglas J. Moo, y Richard R. Reiter. Three Views on the Rapture (rev. ed.; Counterpoint Series; Stanley N Gundry ed.; Grand Rapids: Zondervan, 1996).
  • Bandy, Alan and Benjamin Merkle. Understanding Prophecy: A Biblical-Theological Approach (Grand Rapids: Kregel, 2015).
  • Baxter, Irwin. “Why We Believe in a Post-Tribulation Rapture.” (consultado el 12/30/2019).
  • Benware, Paul N. Understanding End Times Prophecy (Chicago: Moody, 1995).
  • Blaising, Craig A. and Darrell L. Bock, Progressive Dispensationalism (Grand Rapids: Baker, 1993).
  • Millard J. Erickson, Contemporary Options in Eschatology: A Study of the Millennium (Grand Rapids: Baker, 1977).
  • John S. Feinberg, “Arguing for the Rapture: Who Must Prove What and How?,” in When the Trumpet Sounds: Today’s Foremost Authorities Speak Out on End-Time Controversies (ed. Thomas Ice and Timothy Demy; Eugene: Harvest House, 1995).
  • Gundry, Robert H. The Church and the Tribulation: A Biblical Examination of Posttribulationism (Grand Rapids: Zondervan, 1999).
  • Edward E. Hindson, “The Rapture and the Return: Two Aspects of Christ’s Coming,” in When the Trumpet Sounds: Today’s Foremost Authorities Speak Out on End-Time Controversies, ed. Thomas D. Ice and Timothy Demy (Eugene: Harvest House, 1995), 157-159.
  • Hoekema, Anthony A. The Bible and the Future (Grand Rapids: Eerdmans, 1979).
  • Ice, Thomas, The Pre-Trib Research Center. Pre-trib.org (accessed 12/30/2019).
  • George Eldon Ladd, The Blessed Hope (Grand Rapids: Eerdmans, 1965).
  • George Eldon Ladd, The Last Things: An Eschatology for Laymen (Grand Rapids: Eerdmans, 1978).
  • Merkle, Benjamin L. “Who Will Be Left Behind? Rethinking the Meaning of Matthew 24:40–41 and Luke 17:34–35,” WTJ 72, no. 1 (2010): 169–79.
  • Pentecost, J. Dwight. Things to Come: A Study in Biblical Eschatology (Grand Rapids: Zondervan, 1958).
  • Schreiner, Thomas R. New Testament Theology: Magnifying God in Christ (Grand Rapids: Baker, 2008).
  • Taylor, Justin. “9 Reasons We Can Be Confident Christians Won’t Be Raptured Before the Tribulation” (consultado el 8/5/2014). Walvoord, John F. Walvoord, The Prophecy Knowledge Handbook (Wheaton: Victor, 1990).