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Nota del editor: 

Este es un fragmento adaptado de El Catecismo de la Nueva Ciudad: La verdad de Dios para nuestras mentes y nuestros corazones (Poiema Publicaciones, 2018), editado por Collin Hansen. Puedes descargar una muestra gratuita visitando este enlace.

¿Todos seremos salvos por medio de Cristo así como nos perdimos por medio de Adán?

No, solo los elegidos por Dios y unidos a Cristo mediante la fe. Sin embargo, Dios, en Su misericordia, muestra gracia común aun a los que no son elegidos, al refrenar los efectos del pecado y permitir obras de cultura para el bienestar de la humanidad.

Romanos 5:17: “Pues, si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo” (NVI). 

Esta respuesta del catecismo nos proporciona un balance que es de mucha ayuda. Por un lado, aprendemos que no todos los seres humanos serán salvados. Esto se enseña tan claramente en tantos lugares de la Biblia que es imposible enumerar todos los textos. Pero permíteme mostrarte dos de ellos.

En Juan 6, Jesús dice: “Y esta es la voluntad del que me envió: que Yo no pierda nada de lo que Él me ha dado, sino que lo resucite en el día final” (Jn. 6:39). Jesús está diciendo que vino por un número específico de personas que le fueron entregadas, y que las resucitaría en el día final. No todos serán resucitados en el día final.

Romanos 8:28-30 nos enseña algo similar, Pablo dice en el versículo 30: “A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó”. Notemos que el número se mantiene en todo el versículo. No dice que algunos de los que llamó, justificó, como si existiera un número de llamados y otro número de justificados. No. A todos los que llamó —y solo a ellos— también justificó. A todos los que justificó —y solo a ellos— también glorificó. Es un número específico. No todas las personas serán salvadas.

Por otro lado, este catecismo nos habla de la gracia común. En uno de sus libros, Richard Mouw pregunta sobre este tema: “¿Existe una gracia no salvadora que esté operando en los alcances de la interacción cultural humana, una gracia que muestre un deseo de parte de Dios de otorgar ciertas bendiciones a todos los seres humanos —elegidos y no elegidos por igual, bendiciones que proveen la base para que los cristianos cooperen con los incrédulos y aprendan de ellos?”.

Y la respuesta bíblica, en textos como Romanos 1 y 2, es sí. Aunque no todas las personas serán salvadas, Dios distribuye Sus dones de sabiduría y perspectiva a través de toda la raza humana. A través de las artes, de las ciencias, de un buen gobierno y de muchas otras maneras, Dios está hacien­do que este mundo sea mucho mejor de lo que sería si solo los cristianos tuvieran esos dones.

Así que aquí volvemos a encontrarnos con ese balance que es de mucha ayuda y que deberíamos de procurar. Por un lado, no, no todos serán salvados. No, no todos reciben la gracia salvadora de Jesucristo en sus vidas. Pero, por otro lado, debemos apreciar la gracia común que Dios da a toda la raza humana. Debemos percatarnos de que Dios está ayudándonos y ayudando al mundo a través de personas que no creen. Debemos apreciarlas. Debemos estar agradecidos por ellas y debemos respetarlas. Ese es el balance que debemos procurar.

Oración: Soberano Salvador, solo hay salvación en Ti, y Tú salvas a todos aquellos que invoquen tu nombre. No habríamos clamado a Ti si no nos hubieras dado vida. No comprendemos completamente tu elección amorosa, pero confesamos que ni nosotros ni nadie más la merece. Amén.


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