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Hebreos 12 es un capítulo que en muchas maneras aumenta nuestro conocimiento sobre Jesucristo, nuestro salvador. El versículo 2, en particular, describe a Jesucristo de una manera que no sucede en ningún otro pasaje en toda la Biblia. Dice así: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (énfasis agregado).

Me gustaría a continuación explicar ambos términos, su relevancia, y las implicaciones en su uso para describir a Jesucristo.

Jesús: autor de la fe

El término autor (ἀρχηγός) contiene gran riqueza semántica en el griego clásico, refiriéndose a alguien que tiene prominencia por ser fundador, guardián, y superior de algo.[1] Dicho título simboliza heroísmo, y en la Septuaginta[2] se usa con respecto a príncipes, capitanes, superiores, y líderes políticos. También habla de algo como fuente o causa primaria, en ocasiones traducido como pionero o precursor.[3] Cinco veces es utilizado el término para describir a un líder que sirve como ejemplo para aquellos que le siguen.[4]   

En el Nuevo Testamento, Jesucristo es el ἀρχηγός. Este término es utilizado solo cuatro veces en el Nuevo Testamento, específicamente para referirse a Jesús:

  • Pedro y los apóstoles hablaron de Él como el “autor de la vida” (Hch. 3:15), y “príncipe-fundador y salvador” (Hch. 5:31, traducción mía).
  • Dos veces en Hebreos, Jesús es el héroe salvador: el “fundador de la salvación” (He. 2:10) y “pionero” de la fe (He. 12:2).

El contexto común de cada uso de ἀρχηγός es la muerte sacrificial de Jesús, lo cual demuestra que el camino de la salvación está fundamentado por medio del sufrimiento y muerte de Cristo. Otro tema recurrente a través de estos pasajes es la obediencia y la santificación resultante de todos los verdaderos creyentes que miran al ἀρχηγός como el “ejemplo” de extrema fidelidad, y por lo tanto su “precursor”.

Jesús: consumador de la fe

El segundo término en la designación cristológica de Hebreos 12:2 es “consumador/perfeccionador” (τελειωτής). Esta es la única vez que este término aparece en toda la Biblia, y solo se ha descubierto una referencia en el griego clásico del mismo.[5]

Aunque no se puede probar que el escritor de Hebreos conociera su uso singular anterior, la referencia clásica parece corroborar la idea de que τελειωτής es lo opuesto de ἀρχηγός. Al aplicarse a Hebreos 12:2, “consumador / perfeccionador” se refiere a la conclusión del camino de la fe, y “autor / pionero / fundador” se refiere antitéticamente a su iniciación. Los dos términos, por lo tanto, parecen funcionar como una unidad cristológica, de tal manera que Jesús es “el iniciador y el ejecutor de la fe”. Él es el “prototipo”, pero no uno que pueda ser superado, ya que también es el perfeccionador de la fe.

Hay pocos usos de términos en el Nuevo Testamento que tengan la raíz τέλος / τελειόω y que sean contextualmente aplicables a Cristo; Hebreos, por cierto, contiene la mayor parte de ellos.[6] Al examinar el lenguaje con respecto a la palabra consumador en la carta, encontramos que nos revela a Cristo, quien fue perfeccionado para perfeccionar a los creyentes. ¿Dónde vemos esta verdad? En varios lugares.

  • La tentación terrenal de Jesús, y la obediencia resultante, lo convirtieron en la fuente perfecta de la salvación eterna (5:8-9).
  • Su sufrimiento y muerte proporcionaron a aquellos que le siguen la promesa de compartir su gloria eterna, además de los recursos divinos para ayudarlos a perseverar hasta el final (2:10-11; 5:10; 7:24-28).
  • El acto de expiación de una vez por todas hecho por Jesús fue completo (9:11, 26), y siendo Cristo el eterno sumo sacerdote, limpió la conciencia del creyente de una vez por todas ante Dios (9:9; 10:1, 14).
  • La obediencia terrenal de Jesús, su muerte, y su ministerio, sirven por lo tanto no solo para convertirlo en el perfecto autor de la salvación, sino también en el perfeccionador de todos los que ahora están siendo santificados en la fe.

Jesús: el perfecto autor y consumador de la fe

El escritor de Hebreos usó la designación “autor y consumador” para puntualizar el papel supremo de Jesucristo al iniciar y terminar la fe genuina. Un breve estudio de la cristología de Hebreos muestra por qué la fe salvadora depende necesariamente de la superioridad de Jesús a todas las otras formas de fe, siendo el soberano Hijo de Dios.

Él es superior a los ángeles (1:5-4:13) y supera el sistema de sacrificio terrenal (4:14-10:18), habiéndose convertido en un Sumo Sacerdote superior (4:14-8:2) por la ofrenda de su propia sangre (8:3-10:18). Es por su causa que los creyentes ahora reciben acceso a la presencia de Dios (9:11-12) y un reino inquebrantable (12:28). Jesús como autor también debe funcionar como perfeccionador, trayendo esperanza confiada después de la muerte a aquellos que viven en la nueva era de fe en el Hijo de Dios (1:2). Entonces, Jesús no puede ser perfeccionador si no es el primer autor, ya que Hebreos enfatiza que no existe una verdadera fe en Dios aparte de su Hijo.

La implicación teológica de esta designación cristológica es por lo tanto doble. Primero, la fe en Cristo resultará en una salvación segura; segundo, ninguna forma de creencia aparte de Cristo dará como resultado la salvación. El título “autor y consumador” refuerza la cristología de Hebreos, la cual enseña que creer en el Hijo de Dios asegura la recompensa celestial del creyente; pero nos da la terrible advertencia de que aquellos que no creen serán castigados eternamente. Vayamos a contar esta gran verdad.


  1. William Arndt, Frederick W. Danker, Walter Bauer, et al., A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature (Chicago: University of Chicago Press, 2000), 138–139.
  2. Gerhard Delling, “Ἀρχηγός,” in Theological Dictionary of the New Testament, 10 volumes, ed. G. Kittel, G. W. Bromiley, G. Friedrich (Grand Rapids: Eerdmans, 1964): 1:487–488.
  3. Julius J. Scott, Jr., “Archēgos: the salvation history of the Epistle to the Hebrews,” Journal of the Evangelical Theological Society 29, no. 1 (March 1986): 51.
  4. Delling, 488.
  5. Clayton N. Croy, “A Note on Hebrews 12:2,” Journal of Biblical Literature 114, no. 1 (Spring 1995): 117-119.
  6. David Peterson, Hebrews and Perfection: An Examination of the Concept of Perfection in the ‘Epistle to the Hebrews’ (Cambridge, UK: Cambridge University Press, 1982): 47-48. Peterson  provee una lista considerable de connotaciones religiosas y morales en Lucas 13:32 y Filipenses 3:12, pero entiende que todos esos usos fuera de Hebreos son formales, y que rara vez se refieren a la culminación del hombre en relación con Dios como para marcar un precedente del término en el uso del NT. Con excepción del uso a formal en 5:14 y 9:6, Hebreos presenta 23 apariciones con una connotación moral o religiosa.
Imagen: Lightstock
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