Según Hebreos 11, «la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (v. 1). Pero siendo honestos, en un mundo que depende de respuestas, a veces nos cuesta tener esta determinación frente a las cosas que enfrentamos todos los días: enfermedad, falta de empleo, preocupaciones, familia, ministerio, carrera, etc.
A veces pensamos que si nuestra fe no se ve «perfecta», entonces no es fe. Pero gracias sean dadas a Dios, que en Su Palabra encontramos esperanza. Los Salmos son un buen lugar para encontrar la confianza de que la fe verdadera no depende de qué tan fuerte nos sujetamos a las promesas de Dios, sino de qué tan fuerte Él nos sujeta a Sí mismo.
A lo largo de toda la Escritura encontramos a creyentes que se acercaron a Dios temerosos, dudosos e incluso con un reclamo en la boca. Y aún así fueron justificados por medio de su fe, porque cada palabra estaba dirigida al Único que podía hacer algo al respecto: Dios mismo.
Este poema es una invitación a buscar el rostro de Aquel que está presente. Porque está presente, puedes estar seguro de que tu fe no faltará.
A veces se ve como súplicas
Con las manos levantadas
Otras como susurros
Con las ganas apagadas
La fe es convicción, es certeza;
El que no lo ve, todavía lo espera.
Pero para confiar, hace falta preguntar.
Así que ven y mira en este Libro
Las historias de muchos que no recibieron lo prometido,
pero sonrieron ante Aquel que está vivo.
Y la fe nunca es perfecta.
Quisiéramos caminar en línea recta,
Pero no se puede en este mundo oscuro.
Entonces, ¿cuál es el apuro?
¿No es fe volver con palabras de protesta
Aunque un silencio aún sea la respuesta?
¿No es fe estirar la mano para tocar Su manto
O esperar para ver aunque ha pasado tanto?
Porque aunque no tenemos datos de la ciencia,
Aunque se acabe la paciencia,
Tenemos una certeza:
Su Presencia.
«Y todos estos, habiendo obtenido aprobación por su fe, no recibieron la promesa, porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros» (He 11:39-40).