¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

En este poema, el autor reconoce los beneficios del silencio como medio necesario para la intimidad con Dios y como medio de prudencia para no pecar de palabra.


Es silencio, un buen amigo,
que prudencia me ha enseñado.
De mil males me ha librado,
de mañana está conmigo.

Me mostró que en lo que digo
hay orgullo y mucha prisa.
Que mi lengua no es sumisa,
que estar quieto es necesario.

Ven silencio, ven a diario,
que mi alma de Él precisa.

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando