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«Mantente conectado a la iglesia global si quieres conservar la ortodoxia… y si quieres conservar tu cordura».

Este es el consejo que di recientemente en una reunión de pastores y líderes de la Iglesia Evangélica Libre, en la zona central de los Estados Unidos. Se había planteado la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos hacer frente a las divisiones en la iglesia? La segunda pregunta fue: ¿Cómo podemos centrarnos en lo esencial de la fe cuando tantos debates hacen que el acuerdo político sea esencial?

Es posible que hayas visto las estadísticas (en inglés). Hoy en día, a la mayoría de los estadounidenses les molestaría más ver a un hijo o hija casarse con alguien de otro partido político que de otra religión. Esa encuesta muestra no solo el declive de la afiliación religiosa como señal de importancia para los estadounidenses, sino también el aumento de la política como una identidad casi religiosa.

Encuestas recientes (en inglés) muestran que algunos musulmanes se identifican a sí mismos como «evangélicos», muy probablemente porque adoptan el significado político de esa etiqueta.

Considera también el ambiente tóxico de las redes sociales, la calumnia desenfrenada y el giro tribalista en línea. Luego añade una pizca de urgencia tipo fin de los tiempos a cada ciclo y temporada electoral.

Se han creado las condiciones para que las personas abandonen sus iglesias porque no están de acuerdo con sus hermanos y hermanas en cuanto a las prioridades políticas, las vacunas, las mascarillas o la mejor manera de luchar contra la injusticia racial, etc. Un pastor se lamentaba de su lucha por mantener la amistad con pastores que están de acuerdo en lo esencial de la fe, pero que parecen estar dispuestos a separarse por cuestiones menores. «Ahora todo es esencial», me dijo.

La iglesia global

Lo que me lleva de nuevo a la iglesia global. Una de las mejores maneras de preservar la sana doctrina y ganar perspectiva en algunos de los debates más acalorados de nuestra sociedad es mantener contacto estrecho con los cristianos de otras partes del mundo. Las peculiaridades culturales y las distinciones teológicas te ayudarán a discernir qué es lo esencial y en qué aspectos los cristianos pueden «estar de acuerdo con estar en desacuerdo».

Una de las mejores maneras de ganar perspectiva sobre muchos de los debates actuales es mantener contacto estrecho con cristianos de otras partes del mundo

Estos son dos ejemplos de los varios años que pasé como estudiante haciendo labor misionera en Rumanía.

El rapto

En primer lugar, me sorprendió descubrir que casi nadie allí había oído hablar del «rapto». La visión premilenial dispensacional de la escatología, la cual llegó a ser algo así como la posición por defecto en la última parte del siglo XX entre los evangélicos conservadores, era prácticamente desconocida en muchas partes del mundo (aunque ahora conozco a un puñado de rumanos que adoptan esa visión).

Como adolescente, suponía que la perspectiva dispensacional de la escatología —en sus líneas generales, si no en todos los detalles que se leen en Dejados atrás— era la posición cristiana.* Era la ortodoxia. Cualquier otra cosa era un grave error o al menos se consideraba sospechoso. La relación con cristianos fieles de otros países me reveló que lo que yo creía que era un aspecto no negociable de la fidelidad teológica no era un elemento esencial de la fe cristiana.

Nuestra escatología es importante, por supuesto (¡escribí un libro titulado Eschatological Discipleship [Discipulado escatológico]!), pero los detalles de cómo se producirá el regreso de Cristo es algo sobre lo que los cristianos que creen en la Biblia y aman a Jesús han discrepado durante mucho tiempo y seguirán haciéndolo. Mi encuentro con la iglesia mundial me ayudó a poner en perspectiva los debates sobre el fin de los tiempos.

La pena de muerte

Otro ejemplo está relacionado con un tema de sabiduría ética: la pena de muerte. Cuando era adolescente, asumí que la posición cristiana era apoyar la pena de muerte y que solo los cristianos radicalmente aberrantes se opondrían a ella. Pero conocí a muchos cristianos en Europa que afirmaban el principio bíblico, pero no la práctica política. Desconfiaban de que los funcionarios del gobierno tuvieran tal autoridad, cuando en realidad se puede abusar de ella con tanta facilidad y aplicarla injustamente (salir de una dictadura comunista seguramente tuvo algo que ver con esta convicción). Descubrí que basaban su resistencia en la misma doctrina (la imago Dei), la cual yo creía que era el apoyo bíblico para la práctica (Gn 9:6).

Para ser claros, en estos casos, alguien tiene razón y alguien está equivocado. No estoy diciendo que todos los puntos de vista sobre el fin de los tiempos sean iguales y no estoy restando importancia a la pena de muerte. Estoy poniendo estos debates en perspectiva. Hay cristianos fieles que no están de acuerdo en estos puntos y podemos tener un debate sólido sin que afecte nuestra comunión o unidad en Cristo.

El cristianismo es grande

Podría enumerar muchos ejemplos. Si conoces a los cristianos de otras partes del mundo, te sorprenderá ver que algunos adoptan posturas más conservadoras que las tuyas, hasta el punto de que pueden parecer legalistas a los ojos de los estadounidenses. Luego encontrarás cristianos cuyas afiliaciones políticas parecen «de izquierda» cuando intentas encajarlas en el sistema bipartidista de Estados Unidos. ¿Por qué se da esto? Porque el cristianismo es más grande que los marcos políticos de cualquier país.

El cristianismo es más grande que los marcos políticos de cualquier país

La respuesta no es encogernos de hombros y decir: «Nunca sabremos lo que es realmente cierto». No es volverse apolítico. Soy un conservador político en la mayoría de las áreas, pero no elevo mi cálculo político al nivel de «ortodoxia» cuando se trata de la fe cristiana.

En cambio, reconozco que muchas personas que se someten a la autoridad de la Palabra de Dios tienen desacuerdos sobre las formas más sabias de interpretarla y aplicarla en diferentes contextos culturales. Puede que yo piense que un sistema de salud universal es una mala idea para los Estados Unidos desde el punto de vista de la sabiduría y la prudencia, pero me doy cuenta de que muchos hermanos y hermanas de todo el mundo llegan a la conclusión contraria cuando tratan de aplicar sus convicciones cristianas en la plaza pública.

Una perspectiva más amplia

La iglesia global coloca muchas disputas en perspectiva. Muchos de nosotros hemos sido discipulados por expertos políticos hasta el punto de confundir verdades no negociables, inmutables y fundamentales del cristianismo con cualquier otro asunto. Empezamos a pensar que incluso la más mínima desviación de una perspectiva política partidista es una señal segura de que no se puede confiar en alguien en cualquier área de doctrina o práctica. Todo es una pendiente resbaladiza hacia la apostasía. Si eres patriótico, debes ser un nacionalista cristiano. Si crees en la injusticia sistémica, debes ser un guerrero de justicia social «woke». Esto es ridículo y la iglesia global expone esta necedad. Es más, las iglesias de otras partes del mundo, cuando están en contacto con nosotros, son más capaces de ver sus propios puntos ciegos y áreas de rendición a las expectativas culturales.

A todo el mundo le gusta esa frase: «en lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; en todo, caridad». Pero eso solo funciona si se conoce la diferencia entre lo esencial y lo no esencial. Por eso le digo a las personas que se mantengan conectadas con la iglesia alrededor del mundo. Nada pone nuestras disputas en perspectiva y nos ayuda a discernir lo que es más importante que leer la Biblia junto a nuestra familia de la fe mundial.


*Nota del traductor: Dejados atrás es una novela famosa sobre los tiempos finales que desarrolla esa corriente teológica.

Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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