¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

La lujuria es el deseo sexual que deshonra a Dios. Este pecado sexual deambula en nuestras escuelas secundarias, hace alardes en medio de nuestras universidades y se esconde en nuestras iglesias.

La lujuria no es ser atraídos por alguien o fijarse en que él o ella sea bien parecido. La lujuria no es tener un fuerte deseo sexual. La lujuria no es excitarse por el sexo en el matrimonio. La lujuria no es notar inadvertidamente a una mujer que se baña en un techo. El pecado es quedarse viéndola y comenzar a maquinar ideas en la cabeza. Aviva el fuego de la pasión lujuriosa y ella dará a luz muerte. Pregúntale al rey David.

El mandamiento “no cometerás adulterio” (Éx 20:14; cp., Mt 5:27-28) no solo se rompe en nuestros días; está siendo hecho añicos. El pecado sexual no es solo un problema “allá afuera”. Cualquier pastor te contará historias sobre cómo el pecado sexual ha destruido gente en su congregación. Ninguno de nosotros es inmune a los peligros de la inmoralidad sexual.

El mandamiento de Éxodo 20:14 no solo prohíbe el adulterio y la pornografía. Prohíbe toda acción, vista, conversaciones, pensamiento o deseo que incita a la lujuria y a la inmundicia.

Así que, ¿cómo podemos obedecer este mandamiento en este mundo y con nuestros corazones saturados de sexo? Permíteme sugerir quince pasajes de la Escritura que pueden ayudar a combatir la lujuria y la tentación de la inmoralidad sexual, junto a un breve comentario sobre cada pasaje.

1) Proverbios 5:18-19. El sexo es bueno, la intimidad es buena, los cuerpos juntos en el matrimonio son buenos.

2) Lamentaciones 3:25-27. El Señor te ha dado gracia para este día y te dará gracia para cada día que le sigas en medio de tus deseos no satisfechos.

3) 1 Pedro 3:15. La sensualidad embota los sentidos espirituales y nos hace testigos menos valientes y eficaces para Cristo.

4) 2 Pedro 3:10-14. ¿Quisieras estar engañando a tu cónyuge, masturbándote o viendo Game of Thrones cuando Cristo regrese?

5) Santiago 1: 14-15. Sentirse tentado no es necesariamente lo mismo que pecar. La tentación nos atrae a hacer lo que no debemos hacer. Eso no es pecado. Cuando se alimenta el deseo, este concibe y da a luz el pecado. Entonces el pecado crece, madura y conduce a la muerte. 

6) Hebreos 2:17-18. Jesús fue tentado. No como nosotros somos tentados debido a una naturaleza pecaminosa. En nuestros momentos de tentación sexual, tenemos que pensar: “La carne no me sostiene, Jesús lo hace”.

7) Romanos 14:21. Como cristianos, queremos ayudar a los demás a evitar el pecado, no conducir a otros con coqueteos, chistes groseros o vestimenta indecorosa.

8) Mateo 5:27-30. Necesitamos una acción más decisiva: evita las películas, no beses antes del matrimonio, haz lo que sea sabiamente necesario para combatir la lujuria.

9) Gálatas 6:7. A menudo hay consecuencias temporales por la desobediencia. Podrían ser enfermedades de transmisión sexual, cargas en el matrimonio, una conciencia culpable, quedar sumergido en una adicción más profunda, la destrucción de su familia, matrimonio o ministerio. También hay consecuencias eternas si te entregas a este pecado (Gá 6:8).

10) 1 Corintios 6:15-20. Necesitamos una teología del cuerpo: el cuerpo es bueno, pero no es tuyo. Jesús no murió solamente para rescatar nuestras almas. Él también murió por nuestro cuerpo. Ciertamente, no queremos emplear el cuerpo de Cristo en alguna aventura sexual o su mente en fantasías pecaminosas.

11) 2 Corintios 5:17. La Biblia dice: “Tú eres una persona nueva por la gracia de Dios, ahora vive como tal”. “Sé quien verdaderamente eres” es la motivación del evangelio para la santidad.

12) Hebreos 10: 24-25. Nadie pelea una guerra por sí mismo y nadie tendrá la victoria sobre el pecado sexual por su propia cuenta. Tienes que hablar con otros sobre tus luchas y también escuchar. Arrepiéntete y cambia. No te limites a simpatizar, amonesta. Ora y recuérdale a los demás el evangelio.

13) Santiago 4:6. Dios siempre da más gracia. Así que sigue viniendo a Él con tu pecado y todas las violaciones contra Sus mandamientos. Confiesa como David lo hizo en el Salmo 51 que has pecado contra Dios. Entonces podrás decir como David: “¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto! ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad!” (Sal 32).

14) Mateo 5:8. Este ha sido el versículo más útil para mí en la lucha contra la lujuria y la tentación de la inmoralidad sexual. Tenemos que luchar contra el deseo con el deseo. La Biblia nos da muchas armas para luchar contra la tentación. La lucha por la pureza sexual es la batalla de la fe.

15) Efesios 1:19-21. El gran poder que creó al mundo, nos salvó y resucitó a Jesús de entre los muertos, ese mismo poder ahora es el que obra en ti.

Debemos creer que Dios es más fuerte que la tentación sexual, que el pecado y que la adicción. Si crees que Dios trajo un muerto de nuevo a la vida, debes creer que puedes cambiar. Generalmente no sucederá de la noche a la mañana, sino de un grado de gloria a otro. Ejercita tu salvación del pecado sexual con temor y temblor, porque el poder de Dios ya está obrando dentro de ti.


Una versión de este artículo en español fue publicada primero aquí. Traducido por Carlos Franco y adaptado para la serie Preguntas bíblicas por el Equipo Coalición.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando