La historia
La Corte Suprema de EE. UU. se negó, por ahora, a intervenir en una ley de Texas que prohibe casi todos los abortos en el estado y permite que cualquier persona en EE. UU. la haga cumplir.
Antecedentes
La legislatura del estado de Texas aprobó la “Ley de los latidos del corazón” el pasado mes de julio. Esta ley prohíbe la práctica del aborto pasado el punto en que se puede detectar los latidos del corazón, que puede ser tan temprano como seis a siete semanas después de la concepción.
Los médicos en Texas están obligados por ley a realizar una prueba de latidos del corazón y tienen prohibido realizar o inducir un aborto a una mujer embarazada si detectan latido del corazón fetal.
Las leyes de latidos del corazón fetal no son nuevas. Pero esta es la primera ley que no ha sido bloqueada por los tribunales. Se han aprobado leyes similares en cuatro estados (Arkansas, Iowa, Kentucky y Dakota del Norte), pero todas fueron bloqueadas antes de entrar en vigencia. Las leyes sobre el latido del corazón fetal tampoco se han aprobado en una docena de estados y se han propuesto o vuelto a proponer en 13 estados. Hasta se llegó a proponer al Congreso una Ley federal de protección de los latidos del corazón en 2017, pero nunca salió del comité.
El hecho de que esta ley no haya sido bloqueada es digno de atención por sí misma. Pero la ley contiene una característica de aplicación única: prohíbe la aplicación de la ley por parte de los funcionarios del gobierno y depende de los ciudadanos privados para hacerla cumplir a través de un litigio civil.
La forma en que la ley funciona es que cualquier persona, aun alguien que no viva en Texas, puede interponer una demanda civil contra:
- Cualquier persona que realice o induzca un aborto en violación de esta ley;
- Cualquier persona que, a sabiendas, participe en una conducta que ayude o incite a la realización o la inducción de un aborto;
- Cualquier persona que pague o reembolse los costos de un aborto a través de un seguro o de alguna otra forma.
La demanda se puede interponer sin importar si la persona que ayuda a la realización del aborto tenga conocimiento de que ha incurrido en la violación de esta ley. El tribunal tiene la orden de obligar al acusado a pagar los costos y los honorarios del abogado, pagar daños legales por una cantidad no menor de $10,000 dólares por cada aborto que el acusado haya realizado o inducido y otorgar medidas cautelares suficientes para evitar que el acusado viole esta ley o participe en actos que ayuden o inciten a infringir esta ley.
“La Ley de latidos del corazón de Texas tiene un enfoque novedoso que permite a los ciudadanos responsabilizar a los abortistas a través de demandas privadas”, dijo Rebecca Parma, asociada legislativa senior de Texas Right to Life. “Ninguna ley de latidos del corazón aprobada por otro estado ha adoptado esta estrategia. Además, el proyecto de ley no castiga a las mujeres que se practican un aborto”.
Debido a que la Corte Suprema no bloqueó la ley, la misma entró en vigencia el 31 de agosto.
Por qué es importante
A pesar de la retórica de los activistas pro-aborto, esta ley de Texas no anula Roe vs. Wade. Pero sí muestra cómo se vería una legislación provida en un Estados Unidos “pos-Roe”.
La Corte Suprema emitirá un fallo en Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization (La organización para la salud de las mujeres de Jackson) el próximo año, un caso que podría ser la sentencia de muerte de Roe vs. Wade. El tribunal ni siquiera tendría que anular directamente a Roe para que esta tenga un profundo impacto. Un fallo que establezca que se consideran constitucionales las prohibiciones del aborto antes de la viabilidad (la etapa de desarrollo en la que un feto es capaz de sobrevivir, en condiciones normales, fuera del útero), socavaría casi todos los precedentes legales existentes sobre el aborto. La eliminación del “estándar de viabilidad” permitiría que las futuras prohibiciones a la práctica de un aborto previo a la viabilidad del feto, como la legislación sobre los latidos del corazón propone, resistan ser impugnadas en los tribunales federales.
Sin embargo, al no bloquear la nueva ley de Texas antes de la decisión de Dobbs, la corte ha permitido que el estado lleve a cabo un gran experimento. Es probable que las clínicas de aborto y los proveedores de servicios de aborto en Texas se vean inundados de demandas, lo que los obligará a reconsiderar su modelo de negocio. Los proveedores de servicios de aborto que desafían la ley ya han dicho que prohibirá al menos el 85% de los abortos en el estado y probablemente provocará el cierre de muchas clínicas abortistas. También obligará a otros a no ayudar a matar a un feto, desde la persona que motiva a una mujer a practicarse un aborto o un miembro del personal de la línea directa de abortos.
Hay muchas personas que estaban dispuestas a “ayudar, incitar a realizar o inducir un aborto” cuando no representaba ningún riesgo para ellas. Pero ahora que corren el riesgo de ser responsabilizados financieramente por sus acciones, es probable que lo reconsideren.
Si bien aún no está claro qué efectos duraderos tendrá este experimento legal, por ahora podemos estar agradecidos de que probablemente se salvarán las vidas de unos cuantos miles de bebés en Texas debido a esta legislación innovadora.
