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La semana pasada, Larry Sanger, el hombre que creó Wikipedia en 2001, publicó un extenso ensayo donde expone su viaje desde el escepticismo hasta el cristianismo. Durante la mayor parte de su vida adulta, Sanger fue un escéptico convencido, formado en filosofía analítica, un campo dominado por ateos y agnósticos. Aunque pasó 35 años como no creyente, nunca se consideró hostil hacia la fe, sino simplemente no convencido, y su testimonio está dirigido a aquellos que comparten ese escepticismo racional y de mente abierta.

Al leer la historia de Sanger, me llamaron la atención varios aspectos.

1. No responder bien a las preguntas honestas puede ser un catalizador para la incredulidad. 

Sanger creció en la Iglesia luterana del Sínodo de Misuri, pero a mediados de su adolescencia, su fe en Dios se estaba disipando, y su alejamiento de la fe se consolidó debido a la desafortunada respuesta de un pastor a sus preguntas:

En algún momento al final de mi adolescencia, recuerdo haber llamado a un pastor —no recuerdo cuál— para hacerle preguntas que cuestionaban la fe. Para un adolescente se sentía como algo atrevido, pero no estaba siendo simplemente rebelde. Realmente necesitaba ayuda para pensar en estas cosas. Pero el pastor no tenía respuestas claras ni contundentes. Parecía estar evadiéndome e incluso tratarme con desprecio. Me pareció que no le importaba y, si acaso, tuve la impresión de que se sentía amenazado por mí. Esto fue una sorpresa. El daño se hizo rápidamente: encontrarme con una indiferencia hostil por parte de alguien que esperaba que fuera, bueno, pastoral, me confirmó en mi incredulidad…

En retrospectiva, creo que mi fe se vio profundamente dañada cuando me dijeron que no debía hacer tantas preguntas. Es algo terrible para decirle a un niño, porque llegará a la conclusión (como me sucedió a mí) de que solo las personas dogmáticas, aquellas que carecen de curiosidad y son incapaces de responder preguntas difíciles, creen en Dios. Por lo tanto, tal creencia debe ser irracional. Eso es lo que yo pensaba. Qué equivocado estaba y cuánto tiempo me tomó descubrir mi error.

Esta historia debería reavivar en el corazón de cada ministro la pasión por estar lo suficientemente familiarizado con el campo de la apologética para saber dónde buscar y encontrar respuestas a las preguntas y objeciones que las personas puedan tener sobre el cristianismo. También debería fomentar un espíritu de compasión y cuidado pastoral, no de molestia o desprecio, hacia las personas que tienen preguntas.

2. La fuerza acumulativa de múltiples argumentos a favor de la existencia de Dios puede ser más persuasiva que cualquiera por separado. 

Aunque Sanger encontró que el argumento del ajuste fino, una versión del argumento del diseño, era el caso más convincente y emocionalmente conmovedor para la existencia de Dios, ni este ni los otros argumentos tradicionales le resultaron completamente convincentes.

Mi experiencia estudiando y enseñando los argumentos clásicos me había dado cierto respeto por ellos. Me parecía trivial encontrar agujeros en tales argumentos, agujeros lo suficientemente grandes como para justificar mi postura de negar la conclusión. Quizás la mayor queja que tenía sobre los argumentos era que ninguno de ellos se acercaba siquiera a establecer que Dios, especialmente el Dios de la Biblia, existe. Tal vez lograban un progreso parcial.

Ese progreso parcial tuvo más influencia cuanto más estudiaba, ya que el efecto acumulativo de la fuerza de los argumentos se hizo más fuerte de lo que me di cuenta al principio.

En lo que más pensé es en el hecho de que los argumentos tomados en conjunto son mucho más persuasivos de lo que había entendido. Individualmente, los argumentos pueden parecer relativamente débiles. Como dije, el argumento de la contingencia solo muestra que existe un ser necesario. El argumento de la causalidad muestra solo que el universo tuvo una causa fuera de sí mismo. El argumento del diseño muestra solo que el universo tiene algún tipo de diseñador u otro. Un argumento de la moralidad podría agregar que el diseñador es benevolente, hasta cierto punto, de alguna manera, pero no necesariamente personal. Pero ¿qué sucede cuando combinamos todos los argumentos para hacer un caso unificado de la existencia de Dios? No estoy seguro de que la idea se me haya ocurrido alguna vez, y ciertamente no con esta nitidez del momento…

Esta fue su conclusión:

¿Qué pasaría si estos argumentos se desarrollaran con rigor?, me pregunté. El resultado sería un argumento a la mejor explicación: considerar todas las premisas de todos estos argumentos como datos a explicar. ¿Podría ser «Dios existe» la mejor explicación? Podría ser, admití.

(Esto es similar al enfoque de Gavin Ortlund en Why God Makes Sense in a World That Doesn’t [Por qué Dios tiene sentido en un mundo que no lo tiene], donde ofrece un caso acumulativo de la existencia de Dios, mostrando cómo múltiples líneas de evidencia —el razonamiento filosófico, la belleza del universo y los profundos anhelos existenciales de la humanidad— convergen para hacer que la creencia en Dios no solo sea plausible, sino la explicación más convincente de la realidad).

3. El carácter de los cristianos, especialmente en internet, puede atraer a las personas o alejarlas.

Sanger señala la forma en que los cristianos se comportaban tanto en persona como en línea, mostrándose a sí mismos y a sus puntos de vista como dignos de respeto. Contrastó la actitud de los cristianos con los modales desagradables de los nuevos ateos, con quienes compartía al menos cierta afinidad en términos de escepticismo. Debido a que los cristianos que observó en línea eran serios y amables en su forma de interactuar, sus perspectivas ganaron credibilidad.

El nuevo ateísmo se volvió, si acaso, aún más desagradable, hasta el punto de que me preguntaba si alguna vez yo había sido así. Rara vez lo fui, de todos modos; tenía demasiado respeto por mis familiares y amigos cristianos. Del mismo modo, observé que los cristianos en las redes sociales a menudo (aunque no siempre) se comportaban con madurez y gracia, mientras que sus críticos a menudo actuaban como trolls desagradables. Algunas de mis personas favoritas también eran cristianas. Algunas de ellas eran extremadamente inteligentes. Extraño. La odiosidad del creciente sentimiento anticristiano en realidad me hizo defenderlos…

Quizás haríamos bien en reflexionar sobre la otra cara de esta conclusión: el daño causado a la credibilidad del cristianismo cuando los creyentes en línea actúan de manera desagradable y como trolls.

4. La Biblia es el mejor recurso para quien se está acercando al cristianismo, y las buenas herramientas marcan la diferencia.

El creciente interés de Sanger por el cristianismo se avivó con un estudio más profundo de la Biblia. Curioso y decidido, recurrió a todas las herramientas a su disposición: planes de estudio, comentarios, aplicaciones bíblicas y mapas, abordando las Escrituras con el mismo análisis meticuloso que una vez aplicó a la filosofía.

Cuando realmente busqué entenderla, encontré la Biblia mucho más interesante y —para mi sorpresa y consternación— coherente de lo que esperaba. Busqué respuestas a todas mis preguntas críticas, pensando que tal vez otros no habían pensado en los problemas que yo veía. Estaba equivocado. No solo habían pensado en todos los problemas, y más en los que yo no había pensado, sino que tenían posiciones bien elaboradas sobre ellos. No creía en sus respuestas, que a veces me parecían artificiales o improbables. Pero a menudo, eran sorprendentemente plausibles. La Biblia podía sostener el interrogatorio; ¿quién lo iba a saber?

Lentamente me di cuenta de que me estaba familiarizando con la tradición teológica de dos mil años. Me avergoncé al darme cuenta de que, a pesar de tener un doctorado en filosofía, nunca había entendido realmente qué es la teología. La teología es, descubrí, un intento de sistematizar, armonizar, explicar y, hasta cierto punto, justificar las muchas ideas contenidas en la Biblia. Es lo que hacen las personas racionales cuando intentan comprender la Biblia en toda su riqueza. La noción de que la Biblia en realidad podría ser capaz de sostener de manera interesante y plausible tal tratamiento es una proposición que nunca se me había pasado por la cabeza.

Considerando cuántas personas sienten curiosidad por la Biblia en estos días, el aumento en las ventas de la Biblia, el interés en varios filósofos y comentaristas que brindan sus opiniones sobre las Escrituras, nunca deberíamos ver las Escrituras como una fuente de vergüenza, sino como un tesoro inagotable. ¡La Biblia es lo mejor que tenemos a nuestro favor! ¡Dios nos ha dado su Palabra!

Nunca deberíamos ver las Escrituras como una fuente de vergüenza, sino como un tesoro inagotable

Ora por Larry Sanger

La historia de Larry Sanger está inconclusa. Él continúa leyendo, escribiendo y pensando. En este momento, está examinando las afirmaciones de diferentes denominaciones. Es claro que ve su necesidad de una iglesia local y la comunión de otros creyentes.

Podemos y debemos orar por él en los días venideros a medida que continúa creciendo en su nueva fe. Podemos aprender de su historia cómo interactuar mejor con las personas que consideran las afirmaciones de Cristo.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Eduardo Fergusson.
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