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¿Qué es la Iglesia ortodoxa de Oriente? Una perspectiva y respuesta reformada.

La Iglesia ortodoxa comprende una serie de iglesias autónomas, entre las que destacan la rusa y la griega. Durante el primer milenio de la iglesia, el Occidente latino y el Oriente de habla predominantemente griega se distanciaron a nivel lingüístico, cultural y teológico. Las pretensiones de Roma de tener jurisdicción universal y su aceptación de la cláusula filioque llevaron a la ruptura de relaciones en 1054. Muchos países de Oriente, invadidos por los musulmanes, vieron limitada su libertad. Constantinopla cayó en manos de los turcos en 1453, mientras que en el siglo XX, la Ortodoxia en Rusia y Europa del Este perduró bajo el régimen comunista, sufriendo intensas persecuciones.

La Iglesia ortodoxa no debe identificarse con la Iglesia católica romana. A nivel eclesiástico, no tiene una jerarquía unificada, ni papa, ni magisterio. Carece del sinfín de dogmas de la Iglesia católica romana. Su base doctrinal, tal como es, son los siete concilios ecuménicos, referidos principalmente a la Trinidad y la Cristología, la gran mayoría de los cuales abrazan los protestantes. Aunque a nivel popular se aceptan algunos dogmas marianos, no se les concede carácter oficial. Tampoco se exige a los conversos del protestantismo que renuncien a la justificación por la fe sola. Es especialmente característico su culto predominantemente visual; los iconos llenan sus iglesias. Su antigua liturgia, arraigada en el siglo IV, es fundamental para su teología y su vida.

Si la Iglesia ortodoxa difiere tanto del catolicismo, ¿en qué medida se parece al protestantismo? Un breve vistazo general a la ortodoxia revela varios puntos de coincidencia, algunos malentendidos significativos y algunos desacuerdos importantes con el protestantismo.

Lecciones de la Iglesia ortodoxa

En primer lugar, los protestantes pueden aprender de muchos elementos positivos de la Iglesia ortodoxa.

Para empezar, la liturgia ortodoxa está llena de oraciones, himnos y doxologías trinitarias. La Trinidad es una parte vital de su creencia y adoración. Esto tiene un precedente bíblico, ya que Pablo describe nuestra relación con Dios en términos trinitarios: «Porque por medio de Cristo… tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu» (Ef 2:18).

Las declaraciones de los concilios ecuménicos sobre la Trinidad y Cristo muestran el amplio acuerdo entre la ortodoxia y el protestantismo clásico

Otro elemento positivo en la Ortodoxia es su enseñanza sobre la unión con Cristo y Dios. Para la teología ortodoxa es crucial la deificación, en la que los seres humanos son habitados por el Espíritu Santo y transformados por la gracia divina. La teología ortodoxa se ha centrado en la unión de las tres personas en Dios, la unión de la deidad y la humanidad en Cristo, la unión de Cristo y la iglesia, y la unión del Espíritu Santo y los santos. En algunas formas, el enfoque ortodoxo de la deificación entra en el terreno del misticismo. Pero en otras corrientes, ejemplificadas por los alejandrinos, Atanasio (295-373) y Cirilo (378-444), equivale a la regeneración, adopción, santificación y glorificación vistas como un proceso constante.

Además, a diferencia de la Iglesia occidental, la Iglesia ortodoxa ha disfrutado de libertad frente a las preocupaciones planteadas por la Ilustración. Debido a su aislamiento histórico y cultural, la Iglesia ortodoxa no ha vivido ni la Edad Media, ni el Renacimiento, ni la Reforma, ni la Ilustración. Hasta hace poco, no le preocupaban los ataques críticos de incredulidad, los cuales, en Occidente, a veces han dado lugar a un enfoque académico y desapegado de la teología, divorciado de la vida de la iglesia. Esto es evidente en la firme creencia de la Iglesia ortodoxa en la segunda venida de Cristo, el cielo y el infierno, temas a menudo marginados en Occidente debido a la posible vergüenza.

Por último, la Iglesia ortodoxa mantiene unidas la teología y la piedad. El ascetismo y el monasticismo han tenido un carácter contemplativo. El conocimiento de Dios se recibe y se cultiva en la oración y la meditación en la batalla contra las fuerzas de las tinieblas. Desde la Ilustración, la teología occidental se ha centrado en instituciones académicas ajenas a la iglesia. La ortodoxia ha integrado profundamente liturgia, piedad y doctrina.

Puntos comunes

Más allá de estos elementos positivos de la Iglesia ortodoxa de los que los protestantes pueden aprender, existen muchas áreas de acuerdo entre el protestantismo y la Iglesia ortodoxa.

Las declaraciones de los concilios ecuménicos sobre la Trinidad y Cristo muestran el amplio acuerdo entre la ortodoxia y el protestantismo clásico, a pesar del desacuerdo sobre la filioque.

Con diferentes énfasis, los ortodoxos y los protestantes evangélicos están de acuerdo en la autoridad de la Biblia, el pecado y la caída (aunque los ortodoxos no aceptan la doctrina agustiniana del pecado original), la muerte y resurrección de Cristo (aunque la expiación se considera más como una conquista de la muerte que como un pago por el castigo de la ley quebrantada), el Espíritu Santo, el regreso de Cristo, el juicio final, el cielo y el infierno.

Aunque las controversias de la Reforma pasaron de largo en Oriente, ocasionalmente los padres ortodoxos hablan de la salvación y de la fe como dones de la gracia de Dios, mientras que la liturgia ortodoxa pide repetidamente al Señor misericordia para con nosotros como pecadores, como hace la famosa oración de Jesús. En el fondo, la justificación no ha sido un tema de debate. Del mismo modo, hay ecos en Occidente de la deificación —en Agustín, Aquino, Calvino y algunos puritanos— porque, entendida del modo en que lo hicieron Atanasio y Cirilo, la deificación no es más incompatible con la justificación por la fe de lo que lo son la santificación y la glorificación.

Además, la doctrina ortodoxa de la iglesia destaca su unidad, la paridad de los obispos y de todos los miembros de la iglesia, lo que fundamenta su oposición a Roma. Se trata de un modelo cercano al anglicanismo.

Malentendidos importantes

Históricamente, los creyentes protestantes y ortodoxos se han malentendido mutuamente.

Para empezar, los protestantes tienden a malinterpretar la concepción oriental de los iconos. Nicea II (787 d. C.) negó rotundamente que los iconos fueran objeto de adoración. Siguiendo a Juan de Damasco (675-749), el concilio distinguió entre el honor (proskunēsis) dado a los santos y a los iconos, y la adoración (latreia) debida solo a la Trinidad indivisible. Los iconos son vistos como ventanas al reino espiritual, indicando la presencia en la adoración de la iglesia en la tierra de los santos en el cielo. Además, la idea de imagen (eikon) ocupa un lugar destacado en la Biblia. Toda la creación revela la gloria de Dios (Sal 19:1-6; Ro 1:18-20). La teología reformada, en la revelación general, considera al mundo entero como un icono.

No existe ningún problema con la intercesión entre los santos como tal, pues todos oramos por y con los santos vivos; tenemos reuniones de oración. Sin embargo, la Biblia no nos anima a orar a los santos que han fallecido, pues no hay motivos para suponer que nos escuchen. Más bien, la Escritura dirige nuestra esperanza a Cristo, a Su regreso y a la resurrección (1 Ts 4:13-18).

La Biblia enseña tanto la soberanía absoluta de Dios como la plena responsabilidad del hombre

En cuanto a las Escrituras y la tradición (la enseñanza de la iglesia), ambos bandos apelan a ambas fuentes. En la liturgia ortodoxa hay un énfasis bíblico abrumador, mientras que la Reforma tenía una visión elevada de la enseñanza de la iglesia. El tema no es la Biblia frente a la tradición, sino cuál tiene la voz decisiva. Para el evangelicalismo, la Biblia es sin lugar a dudas la Palabra de Dios (2 Ti 3:16), mientras que todos los concilios humanos pueden errar.

Del lado ortodoxo, muchos confunden la doctrina protestante de la predestinación con el fatalismo islámico. La Biblia enseña tanto la soberanía absoluta de Dios como la plena responsabilidad del hombre, sin que los decretos de Dios menoscaben las acciones libres de las causas secundarias. Como tal, la idea ortodoxa de que la doctrina de la predestinación corta la voluntad humana, y es efectivamente monotelita, está fuera de lugar.

Muchos polemistas ortodoxos también acusan a los evangélicos de ignorar el papel de la iglesia en las Escrituras. Sin embargo, las confesiones protestantes clásicas dan testimonio de que la iglesia forma parte integral del proceso de salvación, ya que la fe cristiana se encuentra en la Biblia y es enseñada por la iglesia. Tanto las Escrituras como la iglesia tienen su origen en el Espíritu Santo. La iglesia y el pacto forman parte integral de la teología reformada. La ortodoxia confunde a menudo el protestantismo clásico con los individualistas libres de hoy en día.

Principales desacuerdos

Más allá de estos puntos de coincidencia y malentendidos, existen diferencias significativas.

En primer lugar, Oriente tiende a restar importancia a la predicación. En gran parte debido al impacto del islam, y a pesar de la herencia ortodoxa de una predicación superlativa (Crisóstomo y Gregorio Nacianceno, entre otros), su liturgia es más visual. Los sermones forman parte de la liturgia, pero la atención se centra más en los iconos y los movimientos simbólicos del clero.

Por otra parte, la relación entre la Escritura y la tradición es diferente. Para la ortodoxia, la tradición es un movimiento dinámico y vivo, en el que la Biblia está presente, pero no separada de ella. Esta era la posición de la iglesia de los dos primeros siglos, en la que la Biblia y la tradición eran prácticamente indistinguibles. Los acontecimientos posteriores en Occidente situaron la tradición por encima de la Escritura (Roma medieval), o enfrentaron la Escritura a la tradición (los anabaptistas, algunos evangélicos), o situaron la Escritura por encima de la tradición sin rechazarla (la Reforma, las iglesias reformadas). Para los ortodoxos, la Escritura no es la autoridad suprema.

Las iglesias reformadas ven la Escritura por encima de la tradición sin rechazarla. Para la Iglesia ortodoxa, la Escritura no es la autoridad suprema

Una tercera distinción se encuentra en la llamada doctrina palamita de la Trinidad. La distinción de Gregorio Palamas entre la esencia (ser) incognoscible de Dios y sus energías ha abierto una brecha entre Dios en Sí mismo y Dios tal como se ha revelado, amenazando nuestro conocimiento de Dios con un profundo agnosticismo. Introduce en Dios una división, no una distinción. La vida cristiana se convierte fácilmente en una contemplación mística.

Junto con Roma, Oriente venera a María y a los santos. La ortodoxia considera posible, legítimo y deseable orar a los santos difuntos. Pero no hay pruebas bíblicas de que esto sea posible.

Finalmente, y lo que es más importante, la Iglesia ortodoxa tiene lo que podríamos llamar un sinergismo soteriológico. Oriente tiene una vigorosa doctrina del libre albedrío y una oposición implacable a la enseñanza protestante sobre la predestinación y la soberanía de la gracia de Dios en la salvación. Esto sitúa a los ortodoxos más lejos de la Reforma que de Roma.

¿Qué tan distante está el Oriente?

En comparación con Roma, ¿a qué distancia del protestantismo se encuentra la Iglesia ortodoxa?

La Iglesia ortodoxa está más cerca del protestantismo clásico que de la Iglesia romana en varios aspectos. Ambos se vieron obligados a separarse, y ambos se oponen a las pretensiones del papado. La estructura de las iglesias ortodoxas está más cerca del anglicanismo que del catolicismo. La ortodoxia no tiene la misma acumulación de dogmas autorizados que Roma. Su énfasis en la Biblia abre un gran espacio común de acercamiento.

En otros aspectos, la ortodoxia está más alejada del protestantismo que de Roma. El protestantismo, con Roma, forma parte de la Iglesia latina, comparte la misma historia y aborda las mismas preguntas. Su fe se centra en Cristo; la de Iglesia oriental se centra más en el Espíritu Santo, junto con una teología y una práctica más místicas. Como dice Kallistos Ware, Roma y el protestantismo comparten las mismas preguntas, pero ofrecen respuestas diferentes; con la Iglesia ortodoxa las preguntas son diferentes.


Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Equipo Coalición.
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