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Nota del editor: 

Este artículo es un fragmento adaptado del libro Diccionario conciso de términos teológicos, escrito por Christopher W. MorGan y Robert A. Peterson (B&H Español, 2022).

Los creyentes entendemos por gobierno de la iglesia la forma en que la iglesia local se organiza y lidera. Las posturas sobre el gobierno de la iglesia varían, pero los distintos tipos tienen puntos en común.

Antes de abordar lo que la Biblia dice sobre el gobierno de la iglesia, es importante aclarar que las formas más comunes de gobierno en la iglesia identificados por el cristianismo son: la católica romana, episcopal, presbiteriana y congregacional.

La Iglesia Católica Romana

Esta iglesia está estructurada con una jerarquía global bajo el Papa, el considerado obispo de Roma. La autoridad final de esa iglesia se encuentra en Pedro, considerado como el primer papa, según ellos, el representante de Cristo en la tierra.

Roma afirma que la autoridad se transmite por sucesión apostólica. El catolicismo romano se aferra al sacerdotalismo, en el cual el Papa comunica el poder de perdonar pecados a los obispos mediante la imposición de manos.

Los obispos gobiernan sobre sacerdotes y diáconos. El gobierno eclesiástico episcopal sostiene el gobierno de los obispos, en quienes la iglesia ubica su autoridad. Los obispos deben someterse a obispos de rango superior (arzobispos, metropolitanos o patriarcas). También se reúnen en sínodos.

Este sistema de liderazgo no es admitido ni replicado en iglesias cristianas reformadas, se incluye aquí solo para identificar cómo era el liderazgo de la iglesia antes de la Reforma.

El gobierno eclesiástico presbiteriano

Esta clase de gobierno eclesiástico no es una simple jerarquía, ya que alguna autoridad reside en los consejos laicos. El gobierno de la iglesia presbiteriana es representativo y coloca la autoridad en una jerarquía de concilios.

El nivel más bajo, llamado sesión o consistorio, está compuesto por ancianos, quienes gobiernan una iglesia local. El ministro de la iglesia (anciano docente) es miembro y preside la sesión. La congregación elige  a los representantes laicos (ancianos gobernantes). La sesión envía a los ancianos al siguiente nivel del concilio (presbiterio). El concilio superior es la asamblea general o sínodo, a la que cada presbiterio envía representantes.

El gobierno eclesiástico congregacional

Este establece la autoridad en la congregación. La congregación local se gobierna a sí misma y elige a sus líderes. Las iglesias pueden ser lideradas por un pastor, un equipo o ancianos, pero la congregación siempre tiene la autoridad final.

Las iglesias pueden ser independientes o pertenecer a una denominación. Si es lo último, ni las congregaciones ni las asociaciones controlan a la otra, excepto por la capacidad de dejar la asociación.

Las asociaciones son redes relacionales y financieras de iglesias con ideas afines que existen para fomentar la salud, las misiones y la educación de la iglesia. Los bautistas, congregacionalistas y las iglesias no-denominacionales con frecuencia practican el congregacionalismo.

Características en común

A pesar de la variedad de formas de gobierno eclesiástico, todas ellas tienen características comunes.

1) Cristo es la cabeza de la Iglesia (Mt 16:18-19). Él tiene la autoridad final sobre toda la iglesia y las congregaciones locales.

2) La Biblia tiene autoridad sobre la Iglesia (Jos 1:9; cp. 2 Ti 3:16).

3) Cristo ejerce su autoridad a través del liderazgo de la iglesia (Mt 18:15-20; Ef 5:23).

4) La Iglesia tiene dos oficios ministeriales. El primero es pastor/anciano/obispo.

El título de pastor denota cuidado y formación con la Palabra (1 P 5:1-4), anciano madurez (Tit 1:5-9) y obispo (supervisor) liderazgo (1 Ti 3:1-7). Un pastor calificado es un cristiano de carácter sólido que lidera bien a su familia, tiene una buena reputación, puede enseñar doctrina y muestra sabiduría, amor, humildad y dominio propio (1 Ti 1–7). Los pastores pastorean y lideran la iglesia (1 P 5:1-5), enseñan la Palabra, se oponen al error (1 Ti 3:1-7), oran por la iglesia y dan un buen ejemplo.

El segundo oficio es el de diácono (Fil 1:1). Sus principales responsabilidades tienen que ver con el servicio en la iglesia. Sus calificaciones (1 Ti 3:8-13) son similares a las de los pastores-pastores que, por una u otra razón, no enseñan en la iglesia.

5) Las congregaciones dotadas espiritualmente ayudan a cumplir con los ministerios de la iglesia. Los líderes enseñan y dirigen, pero todos los miembros son «ministros» (Ef 4:12–16). Usan sus dones para servir al Señor y a la iglesia.

Las decisiones de la iglesia deben reflejar la naturaleza de la iglesia (unidad, santidad, verdad y amor) y misión. El apóstol Pablo escribió indicaciones al pastor Timoteo, estas palabras siguen vigentes para los líderes y creyentes del presente:

«… te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad» (1 Timoteo 3:15).

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