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Vivimos en un mundo donde el bullicio que producen las voces a nuestro alrededor es tan fuerte que a menudo nos resulta difícil escuchar la voz de Dios. Venimos a la Palabra de Dios, pero el clamor del mundo, el estruendo de nuestros propios pensamientos y la confusión de lo que piensan los demás, ahogan a Dios. Es fácil tomar el sonido más fuerte que escuchamos en nuestro corazón, lo que se siente bien, y bendecirlo diciendo que eso viene de Dios.

Entonces, ¿cómo cambiamos esto? ¿Cómo nos preparamos para escuchar verdaderamente la voz de Dios? ¿Cómo podemos preparar nuestro corazón para recibir lo que Él tiene que decir? En el libro de Éxodo, los israelitas se preparan para escuchar a Dios en el monte Sinaí (Éx 19). Vemos cuatro formas de preparación para escuchar a Dios hablar.

1. Mira hacia atrás al Dios que te salvó (Éx 19:3-5)

Cuando Moisés subió al monte, Dios comenzó su conversación con él diciéndole que le dijera a los israelitas: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí” (Éx 19:4). Antes de Dios decirle al pueblo qué hacer, les recuerda lo que Él ya ha hecho. Si vas a preparar tu corazón para escuchar a Dios hablar, debes estar consciente de lo que Él ha hecho, cómo te ha salvado y cómo ha trabajado en tu pasado. Mira hacia atrás a la salvación que Dios obró cuando eras esclavo del pecado y recuerda cómo su voz tronó desde el cielo para liberarte. Tu corazón no estará listo para recibir la Palabra de Dios si no recuerdas la misericordia de Dios.

2. Mira hacia un mundo que todavía necesita su Palabra (Éx 19:6)

Dios salvó a su pueblo para mostrar su gloria. Él quería una obra maestra de su santidad. Quería que el mundo viera cómo Él es.

“‘Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa’. Estas son las palabras que dirás a los israelitas” (Éxodo 19:6).

Para Israel, el término “reino de sacerdotes” no significa que todos eran sacerdotes en el sentido oficial (como la tribu de Leví). Significaba que toda la nación iba a ser apartada con el propósito mayor de revelar al mundo al único y verdadero Dios. Aquí hay un enfoque hacia afuera. Dios eligió a estas personas para salvación con el fin último de salvar a otras naciones.

Tu corazón no estará listo para recibir la Palabra de Dios si no recuerdas la misericordia de Dios

No escuchas la voz de Dios solo para encontrar un par de pensamientos inspiradores para tu día. Escuchas la voz de Dios porque Él quiere convertirte en el tipo de persona que se distingue del montón y por medio de la cual Él recibirá gloria en el mundo.

3. Mira hacia adentro y purifica tu corazón para recibir su Palabra (Éx 19:10-12)

Sí, Dios es cercano y amoroso, como el águila que cuida a su cría, pero Dios también es peligroso. Su santidad brilla más que cualquier otra cosa, hasta el punto de nosotros quedar completamente deshechos en su presencia.

“El Señor dijo también a Moisés: ‘Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos. Que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el Señor descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí. Pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: De ningún modo suban al monte o toquen su límite. Cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá’” (Éxodo 19:10-12).

Dios les dice que laven todo. No debe haber rastro de contaminación. Tampoco deben tocar la montaña para que no mueran. Todas estas instrucciones de purificación pueden parecernos un poco exageradas. Eso es solo porque estamos acostumbrados a ver a Dios como alguien cercano, de fácil acceso, un amigo con el que podemos llevarnos bien. No tomamos el pecado tan en serio como Dios lo hace. Pero aquí vemos que Dios es el Padre del fuego abrasador y del amor santo. Él es el Gran Yo Soy, la fuente de toda existencia, una realidad aterradora. La santidad de Dios no es una broma.

Cuando ves las cosas a la luz de la majestuosa santidad de Dios, te das cuenta de lo lejos que has caído. Es en ese momento cuando entiendes que no puedes esperar que Dios pase por alto tus pecados y fracasos, tu oscuridad, como si no fuera gran cosa. Prepararse para escuchar a Dios requiere confesión, arrepentimiento y consagración. Mira adentro y purifica tu corazón. La persona preparada es la persona que se ha purificado, la persona arrepentida, confiada, humilde y atenta para hacer lo que Dios pida.

4. Mira hacia arriba con asombro y recibe su Palabra (Éx 19:16-19)

“Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un sonido tan fuerte de trompeta, que hizo temblar a todo el pueblo que estaba en el campamento. Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia. El sonido de la trompeta aumentaba más y más. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno” (Éxodo 19:16-19).

En estos versículos vemos a Dios y su asombroso despliegue de poder. Trueno. Humo. Terremoto. Es aquí donde Dios habla, donde Él responde a Moisés en el trueno. Es necesario mirar hacia atrás, mirar hacia afuera y mirar hacia adentro, pero ahora estamos llamados a mirar hacia arriba con asombro. Miramos hacia arriba y recibimos su Palabra a través del trueno. Dios se revela en su majestad y los israelitas experimentan su cercanía y trascendencia al mismo tiempo.

Mediante la revelación de Dios de sí mismo, descubrimos que somos pequeños a la luz de su grandeza, débiles a la luz de su poder, finitos a la luz de su eternidad, pecadores a la luz de su santidad y dependientes a la luz de su soberanía. Todo lo que puedes apreciar en este pasaje tiene la intención de mostrarnos cómo es Dios. Debemos recibir la Palabra de Dios mientras lo miramos con asombro.

¿Anhelas escuchar a Dios? ¿Quieres escuchar su voz? Si dices “sí”, pero rara vez abres su Palabra, tus acciones dicen que realmente no quieres escucharlo. En la Biblia encontramos las palabras de Dios inspiradas por el Espíritu, un regalo que promete vida eterna y madurez espiritual, un libro que nos muestra a Dios mismo. Dios está hablando a través de su Palabra hoy. Asómbrate y escucha.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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