Hace 16 años escuché una de las felicitaciones más significativas para mi esposa y para mí: “¡Felicidades! Van a ser papás”. Hoy, después de dos décadas de matrimonio y dos hijos varones, seguimos aprendiendo como padres en cada etapa de sus vidas.
En ocasiones los papás nos preguntamos: ¿Cómo hacemos esto? Y buscamos respuestas para enseñar a nuestros hijos el propósito y significado de la obediencia. Como padres, hemos experimentado el dolor de estar equivocados y descubrir que nuestro modelo de vida no siempre ha conducido a nuestros hijos al evangelio.
¿Cómo podemos enseñar a nuestros hijos a ser obedientes? Mi esposa y yo aprendimos en estos años que si nuestra vida como padres no es un modelo de obediencia, nuestros hijos verán la obediencia solo como un desafío y no como una necesidad.
No pretendas convencer a tus hijos de que deben obedecer solo porque sí. Muéstrales que la obediencia es una necesidad y que eso agrada a Dios.
Recordemos que Jesús es nuestro modelo de obediencia amorosa (Jn. 15:10). Sin duda, nuestros hijos contemplan nuestro ejemplo como padres. Así que el primer paso para enseñar a nuestros hijos a ser obedientes a Dios es que nosotros como padres seamos obedientes a Él.
Modela una vida congruente con la Biblia y reverente a Dios
En una ocasión le preguntaron a mi hijo menor, cuando tenía cuatro años: “¿Cómo llama tu atención tu papá?”. Su respuesta fue inmediata: “Papá siempre me dice: hijito, la Biblia dice…”.
Los padres necesitamos de la Escritura todo el tiempo. La Biblia es la autoridad y el fundamento de nuestra fe y conducta. Debido a que la Palabra es inerrante, inmutable, e infalible, debemos buscar una congruencia entre lo que vivimos y lo que está escrito en ella.
Si nuestra vida como padres no es un modelo de obediencia, nuestros hijos verán la obediencia solo como un desafío y no como una necesidad
Detrás de la congruencia, está la reverencia. Modela una vida donde Dios es la realidad absoluta y final. Vive de manera que tus hijos miren lo primordial que es Dios para ti, como lo puede ser para ellos. Muéstrales cómo pueden encontrar gozo en la obediencia para que —de manera reverente—, ellos respondan en obediencia ante el Dios soberano.
Modela una vida de oración por tus hijos
Es triste escuchar frases como “lo único que nos queda es orar”. ¡La oración no debe ser el último recurso! Esto es algo para modelar a nuestros hijos, en especial cuando oramos por ellos.
Mi esposa, junto con otras mamás en nuestra iglesia, insiste en orar con frecuencia por sus hijos. Vimos el fruto de esto cuando nuestro hijo mayor se acercó a ella en un momento muy importante para él, para pedirle que orara por él.
Insiste orando por tus hijos y pide que nada les impida responder al llamado del evangelio, que vean el amor con el que Dios les ha amado y lo amen obedeciéndole.
Modela una vida de deleite en familia
Muchas veces nos enfocamos en hacer cientos de actividades en el día a día, pero debemos aprender a ser y estar como familia en momentos de recreación.
El primer paso para enseñar a nuestros hijos a ser obedientes es que nosotros como padres seamos obedientes a Dios
El gozo de la diversión familiar hace accesible la obediencia. Asociarnos como familia en los momentos de recreación y disfrute exalta los roles de cada integrante y nos coloca en el lugar donde Dios nos llamó. Así, cuando pedimos obediencia de nuestros hijos, puede haber mayor disposición del corazón y la mente para obedecer.
Esperanza en el evangelio
Jesús es el mayor ejemplo para nosotros de un compromiso profundo de obediencia y dependencia del Padre, para honra de Dios y testimonio a las naciones (Jn. 5:19). Nosotros no somos perfectos como Él todavía, y eso se evidencia en cómo criamos a nuestros hijos.
Muchas veces los hemos orillado a que hagan o sean lo que esperamos, y hemos sido malos ejemplos, pero recuerda que el evangelio es poder de Dios para salvación y nuestra transformación (Ro. 1:16; 6:22). Tú y yo tenemos esperanza de poder modelar obediencia a nuestros hijos mientras oramos que Dios transforme sus vidas.
