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3 respuestas poco saludables frente a la soledad

Decepcionada de que la vida no haya resultado como esperaba, Holly comenzó nuestra conversación explicando los desafíos que enfrenta como madre soltera. Ella tiene el peso de la responsabilidad de todo y se siente agotada y sola.

Jessica recientemente cumplió 30 años, y hasta que nos conocimos en Starbucks, ella no había conocido a ninguna otra mujer cristiana tan vieja. En un momento de nuestra conversación, ella, vacilante, me preguntó si tenía problemas con mi soltería. Ella quería saber que no estaba sola en el dolor y la soledad que siente.

Aunque estas conversaciones fueron con personas solteras, no son las únicas que se sienten solas. El liderazgo a menudo es solitario. La madre que se queda en casa rodeada de niños pequeños todo el día se siente sola. La adolescente cristiana que es la única creyente en su familia se siente sola. Los misioneros que acaban de llegar al extranjero y se sienten abrumados por el idioma y la cultura desconocida, también experimentan la soledad.

Dado que la soledad es una experiencia humana común, ¿qué deberíamos hacer cuando nos arrastra? Aquí hay tres formas poco saludables de responder a la soledad.

1. Ignorar el porqué.

Cuando estaba en el seminario, uno de mis profesores de consejería a menudo observaba que cada emoción es una declaración teológica. Esencialmente, sentimos lo que hacemos porque pensamos de la manera en que lo hacemos.

Si bien la soledad en sí misma no es un pecado, podemos responder a ella de manera pecaminosa.

Entonces, cuando te sientes sola, es útil identificar por qué te sientes así. ¿Qué es lo que quieres que no tienes actualmente? ¿Qué expresa tu soledad acerca de tu visión de Dios, de ti mismo y de tu situación? Tómate el tiempo para evaluar qué pensamientos o creencias revelan tu soledad.

2. Adoptar mecanismos de afrontamiento no saludables.

Si bien la soledad en sí misma no es un pecado, podemos responder a ella de manera pecaminosa.

Dos formas comunes en que veo esto en las mujeres en el ministerio de solteros de nuestra iglesia es a través de las relaciones co-dependientes, así como también a través de la pornografía y la masturbación. Aquí está el proceso de pensamiento detrás de la co-dependencia:

Me siento sola, así que actúo sobre esta emoción al aferrarme a alguien a quien identifiqué como “mi persona”. Pueden ser del mismo sexo o del sexo opuesto, pero sea quien sea, espero que sea la solución a cualquier emoción negativa que yo sienta. Espero que mitiguen mi soledad, que me satisfagan, que me hagan sentir importante, que me consuelen. Haré lo necesario para aferrarme a esa persona, ya que me he vuelto emocionalmente dependiente de ella. Esa relación se ha convertido en un ídolo; es más importante para mí que Dios.

Y aquí está el proceso de pensamiento detrás de la pornografía y la masturbación:

Estoy aburrida y sola, así que veré algo que con suerte saciará ese sentimiento en el interior, o al menos lo retrasará por un tiempo. Fingiré que la persona en la pantalla me quiere y me entiende. Y dado que nadie más está aquí para consolarme, me consolaré a mí misma a través de la auto-estimulación.

Cuando nos sentimos solas, es fácil recurrir a otras personas o cosas en lugar de acudir a Dios. Procura estar atenta a la soledad que desencadena la tentación de la desesperación, o correr hacia relaciones no saludables, la masturbación, o el enojo con Dios. Sé consciente de tu tendencia pecaminosa, ponte límites, busca rendición de cuentas y ora para que no caigas en la tentación.

 3. Olvida la verdad.

Nuestras emociones están contaminadas por el pecado. Así que solo porque sentimos algo no significa que sea verdad. Las emociones son un buen regalo que debe ser probado, no recibidos con confianza automática. Entonces, cuando te sientas sola, recuerda lo que es verdad. Por ejemplo:

  • Aunque te sientas sola, no lo estás. Dios está contigo. Él nunca te dejará ni te abandonará (Dt. 31: 6).
  • Dios sabe exactamente cómo te sientes, y también ha sentido el dolor de la soledad. En ninguna parte se ejemplifica más que cuando Jesús colgó en la cruz (Mt. 27:46; cf. Is. 53:3).
  • Tú conoces al Dios de todo consuelo (2 Co. 1:3-4). Si recurres a Él con tu dolor, Él te consolará. Él está cerca de los quebrantados de corazón, de los quebrantados de espíritu (Sal. 34:18).
  • Dios tiene un propósito poderoso y maravilloso para tu situación y dolor (Ro. 8:28). No se desperdiciará.

Dios sabe exactamente cómo te sientes, y también ha sentido el dolor de la soledad.

Para recordar la verdad, primero debes conocer la verdad, y esto solo sucede mediante el estudio de la Palabra de Dios. Así que léela, medítala, memorízala y predícala a ti misma.

Además, al considerar lo que es verdad acerca de tu soledad, reconozca que Dios en su soberanía podría no resolverla inmediatamente. En The Path of Loneliness, Elisabeth Elliot escribe:

Nuestra soledad no siempre se puede arreglar, pero siempre se puede aceptar como la voluntad de Dios por el momento, y eso lo convierte en algo hermoso. Tal vez es como el campo en el que se encuentra el valioso tesoro. Debemos comprar el campo. No es un prado bañado por el sol bordado con flores silvestres. Es un lugar sombrío y vacío, pero una vez que sabemos que contiene una joya, la imagen completa cambia. El vacío de tierra de olvido de repente está lleno de posibilidades… Y cuando, a través de un acto voluntario, recibimos esto que no queríamos, entonces la soledad, el nombre del campo oculto que nadie quiere, se transforma en un lugar del tesoro escondido.

Solo Dios puede tomar tu soledad y convertirla en algo hermoso, para su gloria y tu bien. Pero esto requiere que le confíes tu soledad, apoyándote en su carácter y confiando en su suficiencia. Así que la próxima vez que llegue la soledad, tráela a tu Salvador y Amigo, confiando en que Él tiene cuidado de ti.


Publicado originalmente por The Gospel Coalition. Traducido por Patricia Namnún.
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