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Algunos libros de apologética parecen conformarse con abordar los mismos argumentos de siempre para la fe cristiana, sin considerar a las personas que demandan los argumentos. Construir puentes no es así. En este libro, Alister McGrath nos guía para llegar a dominar tanto la ciencia como el arte de la apologética.

Estas son algunas de las mejores frases de este recurso


“La creencia en Dios está unida indisolublemente a las creencias sobre Dios” (p. 11).

“La apologética responsable se fundamenta tanto en el conocimiento del evangelio como en el de su público” (p. 17).

“La apologética no consiste en vencer en las discusiones, sino en ganar a personas” (p. 17).

“La apologética es una disciplina práctica, alimentada por manantiales académicos pero orientada hacia el mundo real de la acción” (p. 18).

“Hemos sido creados para la presencia de Dios; sin embargo, debido a nuestro pecado, esa presencia no es más que un sueño” (p. 24).

“La mente humana es como un jardín plantado por Dios, capaz de atrapar, aunque solo sea breve e imperfectamente, el deleite puro de la belleza del Señor” (p. 28).

“La naturaleza señala a la Escritura, igual que esta apunta a Cristo. Una acumulación progresiva de testigos nos permite pasar desde la Creación al creador, y de este modo al redentor” (p. 49).

“La apologética cristiana eficaz se basa en el conocimiento de su público” (p. 70).

“Ser llenos significa ser llenos de Dios. Nada que sea transitorio puede satisfacer jamás esta necesidad. Nada que no sea Dios puede tener la pretensión de ocupar el lugar de Dios” (p. 72).

“Para experimentar a Dios no tenemos que esperar la eternidad; esa experiencia puede empezar ahora, aunque sea de forma imperfecta” (p. 74).

“La fe no es algo meramente intelectual, que ilumina la mente, pero deja inalterado el corazón. La fe es la reacción de toda nuestra persona a la persona de Dios” (p. 113).

“La apologética tiene sus limitaciones. El apologista responsable reconocerá este hecho. No se puede meter a personas en el reino de Dios a base de argumentos. La apologética crea un clima favorable a la fe, pero no genera fe. Establece un marco, haciendo que el ‘salto de fe’ sea más fácil de lo que sería en otro caso, pero al final es necesario dar ese salto de fe” (p. 125).

“La gracia no destruye nuestra fragilidad, convirtiéndonos en superhéroes espirituales; transfigura esa fragilidad, permitiendo que Dios pueda ofrecer su tesoro mediante nuestros vasos de barro” (p. 149).

“El cristianismo nominal (un tipo de cristianismo que conserva sus creencias externas aunque ya ha agotado su fuerza vital) se encuentra entre los peores enemigos del apologista cristiano” (p. 150). 

“Esta es probablemente una de las tareas más arduas a las que se enfrenta el apologista: depurar el cristianismo de las malas interpretaciones” (p. 156).

“La teología responsable exige que se cuente toda la historia, sin tener en cuenta las dificultades intelectuales que esto plantee” (p. 271). 

“El Dios de la razón pura se ve confinado dentro de los límites de las mentes humanas, y una mente pequeña crea a un Dios pequeño” (p. 284).

“La apologética debe formar parte de la dieta regular de la fe, si queremos que esta crezca” (p. 352).

“La mejor defensa del cristianismo radica en su explicación. A menudo la gente rechaza las caricaturas o las parodias del evangelio, sin darse cuenta de que lo hacen” (p. 354).

“La apologética eficaz no impone la verdad cristiana al mundo; atrae a las personas a esa verdad de tal manera que puedan apreciarla y apropiarse de ella” (p. 355).

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