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Durante la última década, el interés en la astrología, especialmente entre la generación milenial, ha ido en aumento. “La astrología actualmente disfruta de una amplia aceptación cultural que no se ha visto desde los años setenta —dice Christine Smallwood en un artículo reciente para The New Yorker—. El cambio comenzó con la llegada de la computadora personal, se aceleró con el internet, y ha alcanzado nuevas velocidades a través de las redes sociales”.

Aquí hay nueve cosas que debes saber sobre la antigua práctica de la adivinación celestial:

1) La astrología es un tipo de adivinación que implica el pronóstico de eventos terrenales y humanos a través de la observación e interpretación de las estrellas, el Sol, la Luna, y los planetas. Varias culturas antiguas desarrollaron alguna forma de astrología, y la más antigua se originó durante el antiguo período babilónico (alrededor del año 2000 a. C.) en Mesopotamia (un área que cubre gran parte de Irak y Kuwait modernos, así como partes de Siria y Turquía). Algunas formas de astrología postulan que las estrellas manifiestan la voluntad divina de un dios o dioses, mientras que otras confían en un universo totalmente mecánico.

2) La genelialogía (“el estudio que pertenece a los nacimientos”) o la “astrología natal” es la aplicación de la astrología al nacimiento de individuos con el fin de determinar información sobre la naturaleza y el curso de la vida de una persona. La idea es que, dado que el universo está interrelacionado, los cuerpos astronómicos ejercen una influencia sobre los niños recién nacidos. Las subdivisiones principales después de la genelialogía son la general, la catarsis, y la interrogativa. La astrología general o mundana estudia la relación entre los momentos celestes significativos con grupos sociales, naciones, o toda la humanidad. La astrología catarsis o electoral determina si un momento elegido es astrológicamente propicio para el éxito de un curso de acción. La astrología interrogativa u horaria proporciona respuestas a las preguntas de una persona, generalmente a través de “lecturas de cartas” basadas en la alineación de los cuerpos celestes en el momento de formular las preguntas.

3) La forma más popular de astrología en Estados Unidos es la astrología natal, que se basa en el zodiaco. Dentro de la astrología, el zodiaco (“círculo de pequeños animales”) es un área del cielo dividida en 12 signos, cada uno de los cuales corresponde aproximadamente cuando el Sol pasa a través de las constelaciones: Aries (aproximadamente del 21 de marzo al 19 de abril), Tauro (20 de abril – 20 de mayo), Géminis (21 de mayo – 20 de junio), Cáncer (21 de junio – 22 de julio), Leo (23 de julio – 22 de agosto), Virgo (23 de agosto – 22 de septiembre), Libra (23 de septiembre – 22 de octubre), Escorpio (23 de octubre – 21 de noviembre), Sagitario (22 de noviembre – 21 de diciembre), Capricornio (22 de diciembre – 19 de enero), Acuario (20 de enero – 18 de febrero), y Piscis (del 19 de febrero al 20 de marzo). La mayoría de los astrólogos modernos calculan las cartas usando el Zodiaco Tropical, que se basa en las estaciones y no coincide con las posiciones planetarias reales.

4) Los partidarios de la astrología creen que cada uno de los signos en el zodiaco coincide con un tipo psicológico. También creen que la personalidad de una persona puede caracterizarse por el signo zodiacal que ascendía en el momento exacto en que nacieron. Para tener en cuenta las diferencias de personalidad entre las personas nacidas aproximadamente de la misma manera, los fanáticos de la astrología afirman que una persona puede asumir los rasgos de los signos del zodiaco correspondientes (por ejemplo, “nacido en la cúspide del cáncer Géminis”). Al igual que con otros métodos de tipificación psicológica que se basan en la autoevaluación (como el Eneagrama), aquellos que creen en la astrología a menudo eligen qué rasgos del zodiaco creen que se ajustan a su personalidad real e ignoran los que no lo hacen.

5) Para hablar del carácter de una persona o su posible futuro, los astrólogos horoscópicos confían en el horóscopo (“vista de la hora”), una tabla de cuerpos astronómicos que muestra las posiciones relativas del Sol, la Luna, los planetas, y los signos zodiacales ascendentes y del medio cielo en un momento específico. La mayoría de los horóscopos están representados por un círculo dividido en 12 intersecciones, llamadas casas. Los horóscopos más populares, como los que se encuentran en los periódicos, se basan en el sistema “Solar House” o “Sun-Sign”. Los horóscopos ganaron popularidad después de que comenzaron a imprimirse en los periódicos en la década de 1930 en los Estados Unidos.

6) Varios profetas bíblicos mencionan la astrología en las Escrituras. La primera mención directa de la astrología en la Biblia está en Isaías 47:13:

Estás fatigada por los muchos consejos.
Que se levanten ahora los que contemplan los cielos,
Los que profetizan por medio de las estrellas,
Los que pronostican cada luna nueva,
Y te salven de lo que vendrá sobre ti.

La astrología también se menciona en Daniel 2:2: “Entonces el rey mandó llamar a los magos, encantadores, hechiceros y caldeos, para que le explicaran al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey”. Jeremías 8:2 también parece hacer referencia a los astrólogos: “Los esparcirán al sol, a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, y a quienes siguieron, a quienes buscaron y adoraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la superficie de la tierra”. Debido a que la astrología era una forma de adivinación inductiva, parece estar directamente prohibida en Levítico 19:26 (“No practiques la adivinación ni busques presagios”).

7) En el Nuevo Testamento, la única referencia obvia (aunque discutida) a los astrólogos aparece en Mateo 2:1-2 (RV60): “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”. Su descripción de ver un cuerpo celeste como un presagio de un evento significativo parece ser un tipo de astrología mundana (es decir, el estudio de momentos celestes significativos que influyen en grupos sociales, naciones, o en toda la humanidad). Incluso si los magos (un término del que obtenemos la palabra “magia”) fueran astrólogos reales, esto no sería un respaldo bíblico a la astrología. En cambio, sería un ejemplo de cómo incluso los paganos reconocieron a Jesús como Dios. Como dice David Mathis: “Estos magos no eran reyes respetados, sino especialistas paganos en lo sobrenatural, expertos en astrología, magia, y adivinación, violadores flagrantes de la ley del Antiguo Testamento, y vienen a adorar a Jesús”.

8) Durante la mayor parte de la historia de la iglesia, los cristianos ortodoxos se han opuesto uniformemente a las creencias y prácticas de adivinación relacionadas con la astrología. Agustín, que incursionó en la astrología en su juventud, habló en contra tanto en sus Confesiones como en La ciudad de Dios. Por ejemplo, en La ciudad de Dios, Agustín pregunta:

Por qué, en la vida de los gemelos, en sus acciones, los eventos que les acontecen, sus profesiones, artes, honores y otras cosas relacionadas con la vida humana, así como en sus propias muertes, a menudo hay una diferencia tan grande que, como en lo que respecta a estas cosas, muchas personas ajenas son más parecidos que ellos mismos, aunque fueron separados al nacer por un pequeño intervalo de tiempo, aunque su concepción fue generada por el mismo acto y en el mismo momento.

De manera similar, en su Suma teológica, Tomás de Aquino negó que la astrología pudiera predecir el futuro o definir nuestra personalidad (“Es imposible que los cuerpos celestes causen una impresión directa en el intelecto y la voluntad…”). En general, los cristianos han rechazado la astrología por numerosas razones, tales como: entra en conflicto con la prohibición bíblica contra la adivinación; no tiene base en la observación empírica; atribuye a las fuerzas celestiales algunas acciones que deberían atribuirse a la providencia; y busca encontrar la voluntad oculta de Dios en el movimiento de las estrellas.

9) Una encuesta realizada por Pew Research publicada en 2018 encontró que casi uno de cada tres adultos (29 por ciento) en los Estados Unidos cree en la astrología. A pesar de ser incompatible con el cristianismo ortodoxo, más de uno de cada cuatro cristianos (26 por ciento) también cree en la astrología, incluido el 24 por ciento de los protestantes y el 33 por ciento de los católicos. Con un 18 por ciento, los evangélicos están empatados con los agnósticos como el segundo grupo menos probable de creer en la astrología (los ateos son los menos probables con un 3 por ciento). Con un 34 por ciento, los protestantes en las iglesias históricamente negras son el segundo grupo más probable de creer en la astrología, después de aquellos que afirman que su religión es “nada en particular” (47 por ciento).


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
Imagen: Lightstock.
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