Hanibal Rodríguez: Lo primero que vamos hacer es llamar esa caída o pecado sexual como la Biblia lo llama, fornicación. Fornicación es tener una relación sexual antes del matrimonio, y por ser pecado se tiene que tomar primeramente en consideración el arrepentimiento. No estás pecando solo ante al Señor sino también pecando contra alguien más.
Como primera medida, debemos entender por qué este pecado es tan grave. Pablo en 1 Corintios 6:16 habla de la unión sexual entre un hombre y una mujer, no solamente física sino también espiritual. Así que parte del problema con esto es que te estás uniendo a una persona con la que no has hecho un pacto matrimonial. Estás tomando los beneficios del matrimonio sin haberle dicho a la persona que estás dispuesto a estar con ella por el resto de la vida.
La fornicación es una forma bastante inestable de empezar una relación. Estás diciendo: “Yo quiero todo de ti. Quiero tu cuerpo, pero no me interesa tu alma, o no te quiero lo suficiente como para esperar y cumplir el proceso”, de una manera no intencional. Esto trae muchas consecuencias a lo largo de la vida.
Jairo Namnún: Volviendo al arrepentimiento, debemos tener en cuenta que estamos pecando contra Dios. Por lo tanto, debemos ir y arrepentirnos ante Dios. Sin embargo, también pecamos contra nuestro hermano o hermana, y es necesario también arrepentirse ante ella, pero no solo eso, debemos confesar esto a otras personas.
El pecado sexual trae muchas consecuencias y no disminuye después de haberlo hecho, antes incrementa, da un mayor anhelo de seguir haciéndolo, y cada vez va empeorando. Por lo tanto, lo que usualmente pasa, al menos lo que he visto en mi experiencia, es que las parejas que mantienen su pecado oculto terminan separándose.
HR: Es cierto, las estadísticas dicen que los matrimonios que ha tenido una relación sexual antes de casarse tiene una posibilidad más alta de divorciarse.
Ahora bien, lo que te recomendaríamos si has caído en fornicación es no solo que confieses y te arrepientas, sino también que busques dar cuentas de esto a alguien. Es interesante cómo cuando te casas, estás haciendo una confesión delante de Dios y de unos testigos. Por lo tanto, esto requiere estar dándole cuentas al Señor y a otra gente que te pregunta, por ejemplo: “¿Cómo estás en esta o en esta otra área?”.
JN: Segundo, es necesario que se tomen un tiempo de separación para evitar que este pecado tome cada vez más fuerza. Es necesario separarse y poder revisar el carácter cada uno de manera individual, y ver cómo están caminando delante del Señor para saber si juntos van a poder glorificar a Dios más que separados, ya que al principio mostraron esta falta de dominio propio y mostraron la falta de amor por Dios al caer juntos. Así que es necesario separarlos por un tiempo para tratar con ellos individualmente.
Quiero hacer énfasis en algo. No necesariamente haber confesado tu pecado sexual implica que esa relación no va a terminar en matrimonio en el futuro. Precisamente, este proceso de separación es para poder trabajar el carácter, para poder revisar los problemas, para ver qué es lo que está mal. Pero no significa que, luego de revisar todo eso, de confesar, de crecer, no terminen en matrimonio. Quizá, en el favor de Dios, pueden terminar en un glorioso matrimonio porque el Señor y el evangelio hacen todas las cosas nuevas.
HR: Para finalizar, debemos tener en cuenta que la fornicación no es un pecado a parte de todo lo demás, ya que en realidad todo esto fluye del corazón. Por esto es muy importante cuidar el corazón y dejar entrar el evangelio que te dice que este pecado, esta caída, no te define. El evangelio no solo te recuerda que eres libre de la culpa del pecado, de las consecuencias del pecado, sino también del poder del pecado. Así que por la obra del Espíritu Santo en nosotros es posible vivir una vida en santidad en esta área.
JN: El pecado no tiene que ejercer dominio sobre ti, sobre tu pareja, sobre tu relación. Pueden tener un glorioso matrimonio si se arrepienten, van delante de Dios, y confiesan su pecado delante de los hombres. Confiésenle a sus pastores lo que está pasando. No creas que no hay nadie a quien confesarle porque el Señor nos ha prometido en 1 Corintios 10:13 que, para las tentaciones que tenemos, Él provee una salida en Cristo Jesús. Así que tú no estás solo. Ve, habla con alguien, no por Internet, no por Twitter. Habla con alguien que te conozca, que conozca la relación. Pídele ayuda para poder crecer en santidad.