“Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”, Tito 2:3-5
El hecho de que la mujer no esté llamado al pastorado no significa que no es fundamental y esencial para el correcto desenvolvimiento de la iglesia de Dios. La Biblia es clara en la importancia de que las mujeres puedan enseñar a otras mujeres, y la experiencia confirma el precepto bíblico.
En esta ocasión, Viola Núñez, Patricia Namnún y Charbela Salcedo conversan sobre la importancia de las mujeres enseñando a las mujeres. Tratan temas como la diferencia entre esto y el pastorado, oportunidades ministeriales, cómo empezar a enseñar, y dificultades comunes al servir a mujeres.
“Hay un gran campo en la iglesia donde puedes enseñar, transmitir, dirigir, y con tu propio ejemplo ayudar a otras que vienen detrás que son más jóvenes y necesitan orientación, aun no pertenezcas a un ministerio propiamente dicho” Viola Núñez.
“Hay enseñanzas que la mujer recibe mejor si viene de otra mujer. Hay cosas que la mujer puede informar mejor a esa otra mujer que si lo haría un hombre. Es imprescindible que la mujer se eduque”, Charbela Salcedo
“No podemos dar de aquello que no tenemos. Si nosotras no estamos llenas de la Palabra, si nosotras de manera personal no nos alimentamos con la fuente de toda sabiduría, nosotras vamos a estar dando sabiduría humana. Y lo que tiene el poder de transformar es la Palabra de Dios”, Patricia Namnún