Llamados, amados y guardados: Un sermón que aún me sostiene
En medio de cientos de sermones, hay algunos que nunca se olvidan. Este es uno de ellos: un recordatorio constante del amor, la soberanía y la fidelidad de Dios.
En medio de cientos de sermones, hay algunos que nunca se olvidan. Este es uno de ellos: un recordatorio constante del amor, la soberanía y la fidelidad de Dios.
¿Estás creyendo una narrativa cultural sin darte cuenta? Tal vez sin saberlo, has adoptado historias contrarias al evangelio.
No busques en el ministerio juvenil el gozo y la identidad que solo tienes en Cristo.
En lugar de preguntar: «¿Qué estilo prefiero?», los líderes de adoración debemos preguntarnos: «¿Qué estilo sirve mejor a mi iglesia para cantar con entendimiento y pasión?».
Mientras atesoremos el evangelio, nos comprometamos con una vida santa y pongamos toda nuestra confianza en Dios, nada podrá impedir que cumplamos con la gran comisión.