¿Vivimos para nosotros o vivimos realmente para el Señor? La vida cristiana tiene altibajos, pero podemos ser diligentes en lo que el Señor nos da y descansar en Su guía. ¿Cómo? Conociendo al Señor, apreciando Su carácter y voluntad para Su pueblo y creación, amando Sus caminos (también esos que pone delante de nosotros aunque no los escojamos) y, definitivamente, tomando nuestra cruz y siguiéndole.
Edyah Ramos —autora, conferencista y creadora de contenido— comparte su historia de lucha contra la ansiedad en su nuevo libro El caos dentro de mí: Consuelo bíblico para un corazón ansioso (B&H Español, 2025). La autora expone cómo solo en su caminar con el Señor, y a través de la Palabra, ha encontrado cada vez más descanso y confianza en Él:
No puedo dejar de recalcar cuán importante es leer la Biblia, porque allí encontraremos las herramientas para alcanzar la verdadera paz. La obediencia a la Palabra de Dios hará que alineemos todo lo que somos y pensamos con lo que Dios ha dicho y que sometamos nuestras creencias y opiniones al cambio conforme a la voluntad de Dios (p. 59).
Solo dejando sus propias metas, para intentar abrazar los propósitos divinos, ha encontrado que su alma angustiada encuentra paz.

El caos dentro de mí
Edyah Ramos
Edyah Ramos —autora, conferencista y creadora de contenido— comparte su historia de lucha contra la ansiedad en su nuevo libro El caos dentro de mí: Consuelo bíblico para un corazón ansioso (B&H Español, 2025).
¿De qué trata?
El libro se divide en diez capítulos. En ellos y a la luz de su propia experiencia y estudio bíblico, la autora reflexiona sobre la ansiedad que ha experimentado y cómo descubrió que su fe y conocimiento bíblico va cambiando de a poco la forma en que enfrenta esta lucha y cómo logra la victoria sobre ella.
Los primeros tres capítulos funcionan como una introducción, donde Ramos escribe de manera autobiográfica su experiencia de conversión y sus primeros desafíos en la fe. Por ejemplo, el hecho de estar dispuesta a dejar sus sueños atrás y comprometerse con Cristo y Su Palabra.
El capítulo cuatro presenta lo que creo es la tesis principal del libro: si queremos vivir con paz bíblica no podemos descansar en lo que logramos en nuestras fuerzas, sino que necesitamos «aprender a vivir en medio del caos con la mente fija en [Jesús] y sin importar lo que venga a nuestro alrededor» (p. 68).
En los capítulos 5 y 6 presenta con ejemplos de su propia experiencia el problema de intentar vivir confiando en nuestra propia sabiduría (ideales, deseos y metas) y autosuficiencia (la idea falsa de control que resulta en ansiedad).
El capítulo 7 enfatiza que debemos reconocer y aceptar nuestra identidad como cristianos para enfrentar el caos de este mundo, lo que en últimas significa confiar en que lo que Dios dice es correcto.
En los capítulos 8 y 9 refuerza la importancia de aceptar nuestras limitaciones y de descansar en el Todopoderoso. El último capítulo termina con una reflexión sobre lo que implica la verdadera paz; es decir, conocer a Jesús y vivir cualquier circunstancia bajo Su sabiduría, para Su gloria y el bien de los demás.
El libro cierra con un epílogo corto sobre el evangelio.
Lo mejor y algunas pautas para profundizar
Caos (DLE: confusión, desorden) parece una buena palabra para definir una vida sin Dios, sin Su poder y Su sabiduría. Aunque a veces la vida puede ser «caóticamente hermosa», como se dice popularmente.
Sin embargo, El caos dentro de mí no habla de este último tipo de caos. Habla de áreas de nuestra vida que no están regidas por el diseño divino. «Fuimos creados para Dios y nuestro corazón estará inquieto hasta que descansemos en Él» (Agustín de Hipona).
En mi opinión, el mejor aporte del libro es su último capítulo. Incluso sugiero a los lectores empezar desde allí, pues les dará un marco apropiado para aprovechar las contribuciones de los capítulos anteriores.
Un buen entendimiento de lo que es e implica la paz bíblica ayuda a que las palabras de la autora no sean mal entendidas en otras páginas. Como ella señala: «No quiero que al concluir este libro termines con una falsa esperanza de que hay posibilidades de vivir una vida libre de aflicciones y eso nos permitirá la paz» (p. 178). Esa, como explica, no es la paz bíblica.
Además, considero valioso que el libro presente de múltiples maneras la importancia de ceder el trono de nuestras vidas al Señor. Antes de conocerle, vivíamos para nosotros, siguiendo nuestros deseos, nuestros ideales, nuestras metas y nuestros sueños. Por más naturales, bondadosos o piadosos que estos puedan ser, no deben ser el motor impulsor de un creyente. Solo Cristo y Su evangelio debe serlo. Sin duda, muchas inquietudes, angustias y ansiedades pueden provenir de querer seguir siendo dioses para nosotros.
Hay dos verdades fundamentales que la autora menciona con insistencia, aunque no deja de notarse su constante lucha con ambas realidades (como, hasta cierto punto, debe ser).
Por un lado, menciona de manera enfática la importancia de conocer a Dios, pero todavía hace falta más exposición sobre esto en el argumento; por ejemplo, podría señalar ampliamente cómo conocer los distintos atributos divinos hace que el creyente pueda descansar cada vez mejor en Él.
Por otro lado, menciona de manera repetida lo importante que es dejar de confiar en tus recursos y fuerzas, pero me parece que la forma de su lenguaje en la argumentación a lo largo del libro todavía mantiene algo del tono de «tienes que esforzarte» (puede verse un poco de esto, por ejemplo, en las páginas 67, 149 y 171). Si bien comparto que el creyente está llamado a ser activo en su santificación, opino que para los fines del libro habría sido más esclarecedor usar otra terminología.
Un aporte más de El caos dentro de mí es el alto valor y confianza que otorga a la Biblia como Palabra de Dios y fuente de sabiduría. Es evidente que Ramos también ha reflexionado en cómo la historia redentora se desarrolla en las Escrituras. Aún así, pienso que se podría ampliar la exposición sobre cómo el evangelio que atraviesa la trama bíblica impacta la apreciación de la Biblia como Palabra transformadora.
Palabras finales
La autora estudia el tema de la ansiedad desde su experiencia, tanto al reflexionar en su lucha con episodios ansiosos como al relacionarla con su propio estudio de la Palabra. Como ella misma dice: «Mi intención es ser vulnerable al mostrarte mi propia realidad, porque espero que alguna parte de mi historia resuene con la tuya» (p. 15).
Esto hace que la obra no pretenda ser una receta para cada persona con ansiedad, pues no la abarca de manera exhaustiva, ni está documentada en esa línea informativa. Lo mismo puede decirse de la teología y exposición bíblica que presenta. Es buena y correcta, pero se sujeta a la historia que está narrando.
Por lo tanto, animo a los lectores a usar el impulso de esta lectura para seguir profundizando en teología, Biblia y, sobre todo, en cómo conocer y amar mejor a Dios y al prójimo. Al mismo tiempo, les animo a que, mientras intentan luchar bíblicamente contra la ansiedad, encuentren consejo y consuelo en sus iglesias, con hermanos capacitados para apoyarles y en su propia comunión con el Dios trino revelado en las Escrituras.
Creo que El caos dentro de mí puede ser de particular valor para nuevos cristianos, especialmente jóvenes, porque pone de relieve tanto la encrucijada con que se enfrenta todo cristiano (¿Seguir a Dios a Su manera?), como la filosofía con que bombardea la cultura actual («Tú puedes ser lo que quieras ser, si te esfuerzas»).
Por lo mismo, creo que puede ofrecer reflexiones significativas para todo cristiano que lucha por entender por qué Dios no parece concederle sus anhelos profundos (por buenos que sean) o por qué no parece querer ayudarle a cumplir sus sueños. La lectura te invitará a «iniciar una nueva jornada en tu vida en la que, en lugar de ser azotado por las olas, puedes caminar sobre las aguas porque dependes de tu Salvador y confías en Él» (p. 180).