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El primer ministro de Gran Bretaña, Winston Churchill, hablando a su audiencia en la Universidad de Harvard en 1943, afirmó: «Los grandes imperios del futuro serán imperios de la mente». A lo que se refería es que los poderes más influyentes del futuro no serían naciones con poderío geográfico y material, como el Imperio romanos o británico, sino que serían potencias con un profundo poder e influencia ideológica.

Es probable que Churchill estuviera haciendo referencia a ideologías que había visto crecer en su tiempo, como el nazismo o el marxismo. El punto es que, según Churchill, en un futuro cercano, serían las ideas y no las naciones las que capturarían las mentes de las personas. Estas se levantarían como fortalezas y estratagemas para causar guerras y divisiones en la sociedad.[1]

Hombres y mujeres en la iglesia

Hombres y mujeres en la iglesia

Editorial Portavoz. 176 páginas.

En su libro Hombres y mujeres en la iglesia: Una introducción bíblica y práctica (Editorial Portavoz, 2021), DeYoung se propone realizar una teología bíblica del hombre y la mujer en el contexto de la iglesia. Su postura complementarista se deja ver desde las primeras páginas:

«Como un convencido de la complementariedad, creo que el diseño de Dios es que los hombres lideren, sirvan y protejan, y que, en la iglesia, las mujeres puedan florecer bajo este liderazgo, donde ellas también trabajen con fidelidad y lealtad bíblica confirme a la sabiduría y belleza del orden divino para la creación» (p. 20).

Editorial Portavoz. 176 páginas.

Kevin DeYoung, pastor de la iglesia Christ Covenant y profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico Reformado, presenta descripciones y prescripciones bíblicas sobre la relación hombre-mujer conforme al diseño y planes de Dios para la humanidad, en un contexto en el que hay muchas confusiones e ideas al respecto. En su libro Hombres y mujeres en la iglesia: Una introducción bíblica y práctica (Editorial Portavoz, 2021), DeYoung se propone realizar una teología bíblica del hombre y la mujer en el contexto de la iglesia. Su postura complementarista se deja ver desde las primeras páginas: 

«Como un convencido de la complementariedad, creo que el diseño de Dios es que los hombres lideren, sirvan y protejan, y que, en la iglesia, las mujeres puedan florecer bajo este liderazgo, donde ellas también trabajen con fidelidad y lealtad bíblica confirme a la sabiduría y belleza del orden divino para la creación» (p. 20).

Una defensa del complementarismo

El libro consta de dos secciones principales. La primera desarrolla un estudio bíblico-exegético, en donde el autor identifica patrones, descripciones y prescripciones que las Escrituras hacen sobre la relación hombre-mujer en la historia bíblica. Esto involucra la difícil tarea de comentar y aclarar pasajes bíblicos que para oídos modernos son considerados polémicos (1 Co 11:2-16; 14:33-35; Ef 5:22-33, 1 Ti 2:8-15 y 3:1-13).

La segunda sección consiste en una suerte de refutatio, en la cual el autor busca refutar ciertas objeciones o aclarar ciertos puntos que se erigen en contra de lo establecido en la primera sección. Es de especial importancia la nota aclaratoria sobre un pasaje en una carta del apóstol Pablo: «​​No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús» (Gá 3:28). Este pasaje ha sido utilizado en diversas ocasiones por defensores de la postura igualitarista (quienes no necesariamente son feministas). DeYoung observa: «El punto que Pablo quiere señalar no es que la masculinidad y la femineidad son abolidas en Cristo, sino que la diferencia sexual no acerca al uno o al otro más a Dios ni lo aleja de Él» (p. 109).

El autor responde otras objeciones que los igualitaristas presentan a partir de textos que llaman a los creyentes diciendo: «Sométanse unos a otros en el temor de Cristo» (Ef 5:21). También responde a quienes apelan al argumento cultural (Los mandatos bíblicos están atados a períodos específicos) o el argumento del liderazgo bíblico femenino, el cual aduce que a lo largo de la historia bíblica se habla de muchas mujeres en posiciones de liderazgo.

Un recurso invaluable

El tema del matrimonio y de la relación entre el hombre y la mujer en distintos ámbitos se ha vuelto una de las dianas favoritas contra las cuales la cultura moderna ha lanzado todos sus dardos. Una miríada de libros y toneladas de tinta han sido ocupados para tratar de explicar este tema tan complejo.

La razón por la cual es tan importante para nosotros reflexionar bíblicamente sobre este tipo de relación es porque «cualquier iniciativa para abolir toda distinción entre hombres y mujeres es una iniciativa (ya sea intencional o no) para derribar los cimientos de la redención misma» (p. 14). Pues «la Biblia dice que Dios creó a hombres y mujeres, dos sexos diferentes, con el propósito de pintar un cuadro vivo de la unión diferenciada y complementaria de Cristo y la iglesia» (p. 14).

Una de las virtudes más fáciles de detectar en la pluma de Kevin DeYoung yace en su facilidad para explicar verdades bíblicas profundas de manera simple y práctica. El lector encontrará también que el libro está ordenado de una manera lógica y clara que ayuda a su fácil asimilación.

En ciertas secciones, la explicación de diversos textos se vuelve técnica. Esto es así porque en algunos casos, es necesario enrollarse las mangas y esforzarse por realizar todo el trabajo pesado de la exégesis bíblica. Sin embargo, el lector notará con inmediatez lo invaluable del resultado que honra la postura bíblica frente a movimientos que no toman en cuenta el plan de Dios para la humanidad.


[1] Citado por Alister Mcgrath en Twilight of Atheism, Introduction.

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