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Aunque no lo sepas, es posible que Francis Schaeffer sea uno de los pensadores cristianos que más han influenciado tu pensamiento. Su influencia en el evangelicalismo moderno es incuestionable, pero según he podido apreciar, su nombre no es muy famoso hoy en los círculos evangélicos de América Latina (en especial entre mi generación más joven).

Las enseñanzas de Schaeffer han impactado a muchos pensadores cristianos posteriores a él. Por ejemplo, él habló sobre el posmodernismo antes de que fuese posmodernismo, alertó sobre el crecimiento del relativismo que vemos hoy, y trazó el desarrollo del pensamiento secular contemporáneo. Su trabajo realizó grandes aportes en el desarrollo intelectual de miles de apologistas y pastores.

Al mismo tiempo, este hombre era profundamente pastoral en su trato con las personas y buscaba vivir centrado en lo que él llamaba “la obra completa de Cristo”. Sin duda, vale la pena tener una narrativa objetiva de la vida alguien tan interesante, y eso es lo que Colin Duriez ha buscado hacer en Francis Schaeffer: Una vida auténtica, dejándose guiar por “un historial oral de más de ciento ochenta mil palabras concernientes a Francis Schaeffer” (pos. 76-77).

Francis Schaeffer: Una vida auténtica

Francis Schaeffer: Una vida auténtica

Publicaciones Andamio. 253 pp.
Publicaciones Andamio. 253 pp.

Fran, como fue conocido por las personas cercanas a él, “era un hombre menudo cuya gigantesca pasión por la verdad, por lo real, por Dios y por las necesidades de las personas, lo convirtió en un creador de opinión clave para el cristianismo moderno, mayor que cualquier etiqueta que se le pudiera atribuir” (pos. 68), afirma el autor de la biografía.

Un cristiano en busca de la autenticidad

Duriez, exalumno de Schaeffer en su comunidad L’Abrí, hace un excelente trabajo al situar a Schaeffer dentro de su contexto histórico. Algunas denominaciones protestantes muy importantes se dividían, crecía el liberalismo y la neo-ortodoxia, y la mayor parte del movimiento evangélico se había desconectado del mundo cultural a su alrededor.

En Francis Schaeffer: Una vida auténtica podemos conocer lo más esencial sobre cómo se fue desarrollando el pensamiento de Schaeffer a lo largo de su vida, las principales luchas que libró, los orígenes de sus conferencias, escritos, y películas, sus errores (reconocidos por él), y también ver cómo la providencia de Dios dirigió sus pasos.

La narración de eventos como la partida de Schaeffer de su casa para ir a un seminario, y el inicio de la comunidad L’Abrí en medio de dificultades económicas en 1955 —por dar solo algunos ejemplos—, fueron algunas de mis partes favoritas de esta biografía. Sin embargo, lo que más destaca en este libro es que se nos presenta a un hombre obsesionado con vivir un cristianismo auténtico. En respuesta a retratos de Schaeffer que Duriez califica como errados, él enseña que “Schaeffer siempre mantuvo una actitud abierta sobre sus propias luchas y fracasos; este fue el secreto de su fuerza como pastor y consejero” (pos. 121).

Es por esta razón que el subtítulo de esta obra es tan adecuado: Una vida auténtica. Schaeffer siempre buscó vivir con honestidad y entrega genuina a Cristo luego de haber creído el evangelio, como se evidencia en los testimonios registrados sobre él, y en sus propias palabras y acciones. Por ejemplo, en una etapa de su vida, él escribió a su esposa: “Edith, me siento realmente hecho pedazos por la carencia de realidad, la falta de resultados de los que habla la Biblia y que deberían verse en el pueblo del Señor” (pos. 2393).

Una biografía que tal vez no es definitiva

Aunque Duriez se esfuerza por mostrar un retrato realista, por momentos se limita a contarnos cosas en vez de mostrarlas. Esto puede ser frustrante un par de veces, especialmente cuando Duriez nos habla de la crisis espiritual que Schaeffer vivió a inicios de la década de los cincuentas. Ese fue un periodo crucial en su vida, pero el lector puede sentir desencanto al no saber más de esa etapa.

Además, en algunos capítulos tenemos explicaciones un poco largas de Duriez que parecen más propias de un análisis sistemático del pensamiento de Schaeffer, que de una narrativa apasionante. Esto hace que el ritmo decaiga por ratos, y posibilita que los lectores sin conocimientos de filosofía o arte se desconecten un poco del libro en un par de ocasiones.

Por eso, aunque esta es una biografía muy buena, de esas que ganan muchos puntos cuando son releídas, no creo que sea la biografía definitiva de Schaeffer. No obstante, sus fallas son compensadas al final, con una entrevista fascinante a Schaeffer en los últimos años de su vida, de la cual podemos aprender y reflexionar mucho.

Una biografía necesaria para la iglesia hispana

Francis Schaeffer: Una vida auténtica es un regalo para nosotros, y es la biografía más completa que tendremos de Schaeffer al menos durante un buen tiempo. Eso la convierte en una lectura obligatoria para quienes quieran saber más sobre Schaeffer o sobre el pensamiento contemporáneo. El libro nos muestra un hombre que hizo mucho por el movimiento evangélico, enfatizando que el cristianismo debe abarcar todo en nuestras vidas:

“Yo diría que si el cristianismo es verdad, debería tocar la totalidad de la vida. El movimiento moderno en algunos círculos evangélicos parece fundarse en lo emocional y lo experiencial, y eso es realmente muy débil. Sin embargo, el otro lado de la moneda es que el cristianismo no debe reducirse jamás a un mero sistema intelectual. También ha de tocar la totalidad de la vida, lo que significa lo devocional, etc… Después de todo, si Dios está ahí, [si] no es tan solo una respuesta a una pregunta intelectual, entonces lo está realmente. Deberíamos amarlo, estamos llamados a adorarlo, a tener relación con él y, de manera incidental, obedecerle” (pos. 5027-5033).

Me alegra que este libro esté en español, ya que las enseñanzas de Schaeffer parecen más vigentes hoy que unas décadas atrás. Su deseo de autenticidad en la vida cristiana fue usado por el Señor para convertirlo en un hombre útil en la expansión de esa pasión entre incontables cristianos. Quiera Dios levantar a más hombres tan honestos y entregados a Él como Schaeffer.

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