×

¿Qué más redime Cristo con su muerte?

La muerte de Cristo es el comienzo de la redención y la renovación de cada parte de la creación caída, a medida que Él dirige poderosamente todas las cosas para su propia gloria y para el bien de la creación.

Cada parte de la creación caída.

Respuesta para Niños

Versículo bíblico

Colosenses 1:19–20

Porque a Dios le agradó habitar en Él con toda su plenitud y, por medio de Él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.

Devocional

VERMON PIERRE

Se han tomado muchas fotos del Gran Cañón. Pero ninguna de ellas puede realmente hacerle justicia. El Gran Cañón es una de esas cosas que debes experimentar en persona. Puedes observarlo en el rostro de las personas que se acercan al borde de uno de los precipicios y contemplan el Cañón por primera vez. No pueden evitar ser sorprendidos por su inmensidad y belleza única. Realmente es un paisaje asombroso.

Sin embargo, aun estando allí, contemplando el Cañón desde arriba, no obtendrás una experiencia completa del lugar. Es cuando desciendes a las partes internas del Cañón que comienzas a ver que es más grande y profundo, más glorioso de lo que inicialmente pensabas. La perspectiva del Gran Cañón desde el borde de un precipicio es solo el comienzo de la perspectiva más amplia que experimentarás una vez que estés dentro del mismo.

Así es con el evangelio. Al acercarnos por primera vez al evangelio, contemplamos un paisaje asombroso: la salvación de los pecadores. Más específicamente, que Dios a través de Jesucristo ha actuado con gracia para salvar a un pueblo pecador. Este pueblo es redimido del pecado y es hecho nueva criatura, siendo adoptado para siempre en la familia de Dios.

Es un mensaje asombroso, hermoso e increíble. Y, al mismo tiempo, es solo el comienzo de la obra salvadora, redentora, y renovadora de Dios. Al adentrarnos más en el evangelio, emerge una imagen aún más completa y gloriosa. Vemos que la salvación de los pecadores fue diseñada para abrirse a una salvación de toda la creación que es mucho más profunda y amplia. La salvación de los pecadores está en el centro del evangelio. Es la fuente del mismo. Y de esta fuente fluye un río poderoso, uno lleno de poder redentor y sanador para cada centímetro cuadrado del cosmos.

¿Cómo es esto posible? “Mediante la sangre que derramó en la cruz” (Col 1:20 NVI). La creación estaba en esclavitud debido a la caída del hombre; estaba encerrada tras las puertas del infierno. Pero entonces Dios se acercó a nosotros y, utilizando la cruz de Jesucristo, derribó esas puertas. A través de la gracia de Dios, un pueblo es liberado y, sin duda, toda la creación con él. Ahora pertenecen al Reino del Hijo, un lugar de redención y renovación totales.

Todo esto tiene dos implicaciones para nosotros.

1. Nos da esperanza para el futuro.

Vemos evidencias de la Caída en todo nuestro alrededor, como sistemas sociales injustos, un declive moral en nuestras culturas, y terribles sufrimientos y muertes. El mensaje del evangelio, en su forma más completa, nos dice que no debemos perder la esperanza, sino que debemos tener la certeza de que un día todas las cosas serán reemplazadas con paz y armonía, con la “salud de las naciones” (Ap 22:2).

Esta esperanza, sin embargo, está mezclada con una advertencia, pues la creación incluye a muchos que aún se oponen a Dios, que continúan rechazando su gobierno y a Aquel a quien envió como Rey, a Jesús. La obra redentora del evangelio significa que todas las cosas, incluidas aquellas que se oponen al Señor, serán sanadas. La pregunta que toda persona enfrenta es si experimentará la obra redentora con gozo o con un doloroso crujir de dientes.

2. Nos motiva en el presente.

La creación no ha sido abandonada por Dios. En lugar de ello, a través de Jesús, ha sido reclamada por Él y será renovada en el futuro. Será una creación caracterizada por armonía y paz, una que tendrá una buena relación con Dios y con la humanidad. Hoy en día, la iglesia es una avanzada de esta nueva creación, y uno de los medios principales para dar lugar a esta nueva creación.

Esto significa que la iglesia no está compuesta de observadores pasivos en el mundo. Tampoco se trata de un grupo de pasajeros que están en peligro, esperando ser rescatados de la creación caída. En lugar de ello, la iglesia es una comunidad divinamente enviada de personas cuyos fieles esfuerzos en el mundo son relevantes, siempre y cuando proclamen y personifiquen el poder redentor y renovador del evangelio.

Oración

Redentor de la creación, el mundo no siempre será como es ahora, caído y clamando por la plenitud de tu reino. Gracias porque renovarás todas las cosas. Nos gozamos porque tu redención se extiende al mundo que has hecho. Amén.