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El tema número uno del que habló Jesús es el reino de Dios. Está en todas partes en los Evangelios, es imposible que no lo veas. Pero si el tema del reino es tan importante, entonces debemos asegurarnos de saber lo que significa. Un buen punto de partida es tener una definición sólida.

Aquí hay una: el reino se refiere al reino de Dios a través del pueblo de Dios sobre el lugar de Dios.

Ese es el mensaje del reino en ocho palabras. Ahora vamos a desglosar cada aspecto para profundizar.

El reinado de Dios

El reino es ante todo una declaración acerca de Dios. Dios es rey, y Él viene como rey para corregir lo que nuestro pecado hizo. El mensaje del reino es sobre el poder real de Dios que es dirigido por su amor abnegado.

El reino de Dios es la visión del mundo reordenada en torno al poderoso amor de Dios en Cristo.

Afirmar que el reino de Dios tiene que ver principalmente con Dios puede parecer obvio, pero muchos hoy en día usan el “reino” para referirse a la forma en que nosotros, como seres humanos, hacemos del mundo un lugar mejor (“trabajo del reino”), o para referirse a todos los cristianos en el mundo (“mentalidad del reino”). Desafortunadamente, gran parte de la conversación contemporánea sobre el reino pinta una imagen de un reino con un trono vacante. Pero si el reino se presenta como un mundo utópico sin mencionar a Dios, entonces la visión bíblica del reino se ha perdido. El reino de Dios es la visión del mundo reordenada en torno al poderoso amor de Dios en Cristo.

Dios es rey, y Él reina sobre su creación. Pero en un mundo marcado por el pecado, la realeza de Dios es resistida, y la paz de su reino ha sido destrozada. Después de la rebelión de Adán y Eva, el reinado de Dios se revela como uno que redime. Él es el rey que está reclamando su creación. Su reino no es la culminación del potencial humano y el esfuerzo, sino la intervención de su gracia real en un mundo pecador y quebrantado.

El pueblo de Dios

Dios, el rey creador, reina sobre todas sus criaturas, pero también reina a través de su pueblo. Este fue su diseño desde el principio. Adán y Eva fueron comisionados como representantes reales del rey, llamados a administrar Su creación y difundir las bendiciones de Su reinado por toda la tierra. En lugar de ello, eligieron buscar su propio camino hacia el poder y la gloria, aparte de Dios. Su rebelión fracturó la relación de la humanidad con Dios y destruyó la bondad de su creación. Desde que el pecado entró en el mundo, el proyecto del reino de Dios tiene en su corazón una misión de rescatar a los pecadores rebeldes y llevarlos a Su trabajo renovador.

El reino de Dios nos da una comprensión completa de la salvación: no solo de qué somos salvos, sino también para qué lo somos.

El reino de Dios es un reino de salvación. El reino de Dios nos da una comprensión completa de la salvación, que incluye no solo de qué somos salvos, sino también para qué lo somos:

  • Somos salvos de la muerte y para vida.
  • Somos salvos de la vergüenza y para gloria.
  • Somos salvos de la esclavitud y para libertad.
  • Somos salvos del pecado y para seguir a nuestro Salvador.
  • Somos salvos del reino de las tinieblas y para el reino de la luz.

Ser salvo en el reino de Dios es abrazar el gobierno completo de Dios sobre cada aspecto de la vida. Esto está muy lejos de simplemente “recibir a Jesús en mi corazón”. Significa una nueva vida, una nueva identidad, y un nuevo reino.

El lugar de Dios

La Biblia es la historia de Dios haciendo de su buena creación un reino glorioso. Todo comenzó en el jardín, donde Dios le encargó a su pueblo que fuera a los confines de la tierra para hacer que el resto del mundo fuera como el Edén. El reino del jardín estaba destinado a convertirse en un reino global donde la gente se regocijaría y el mundo florecería bajo el reino amoroso de Dios.

Después de la Caída, hacer del mundo el reino glorioso de Dios requeriría invertir la maldición y renovar por medio de la gracia. Y eso es exactamente lo que Dios se propuso hacer. La Biblia es una historia de rescate, no sobre cómo Dios ha rescatado a pecadores de una creación quebrantada, sino sobre cómo Él nos ha rescatado para formar una nueva creación. El reino de Dios comienza en el corazón humano, pero un día se extenderá hasta los confines de la tierra. Muchos cristianos de hoy piensan que la salvación es dejar la tierra e ir al cielo, pero la historia de las Escrituras es todo lo contrario. El mensaje del reino no es un escape de la tierra al cielo, sino el reino de Dios que viene del cielo a la tierra. El enfoque del reino de Dios es su pueblo, pero el alcance del reino de Dios es toda la creación.

Jesús y el reino de Dios

Comprender de esta manera el reino de Dios puede ser nuevo para ti, pero no habría sido sorprendente para las multitudes del primer siglo que escucharon a Jesús. Su esperanza colectiva era que Dios vendría como rey para redimir a su pueblo y restaurar su creación.

Lo que les sorprendió de la proclamación de Jesús no fue lo que el reino era, sino quién lo traería y cómo. Jesús cumple todas las promesas del reino, pero establece el reino de una manera diferente a lo que ellos esperaban, y sin embargo, de una forma más gloriosa de lo que podrían haber imaginado

En nuestro viaje para entender el reino de Dios, esta diferencia introduce un elemento clave. El mensaje del reino es contraintuitivo y sorprendente, y va en contra de la sabiduría mundana, porque a diferencia de cualquier otro reino que este mundo haya visto, el reino de Cristo está construido sobre gracia y avanza con compasión. En este reino, el trono es una cruz y el rey reina con un amor entregado.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
Imagen: Unsplash.
Nota del editor: 

Este artículo es un extracto adaptado del libro de Jeremy Treat, Seek First: How the Kingdom of God Changes Everything (Zondervan). Utilizado con permiso.

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