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4 principios para formar a ancianos en la iglesia

La presencia de ancianos bíblicamente calificados es crucial para la salud de la iglesia, la cual es “columna y sostén de la verdad” (1 Ti 3:15). Los ancianos fieles hacen que las iglesias sean más fuertes y ayudan a la preservación y al avance del evangelio. Pero, ¿qué debe hacer un pastor cuando encuentra que una iglesia no tiene ancianos o los que tiene no son los adecuados?

Cuando asumí la posición de pastor principal de la Iglesia Cristiana Unida de Dubai (UCCD por sus siglas en inglés) en 2005, estaba entusiasmado con la posibilidad de ministrar allí, pero los desafíos de liderazgo eran abrumadores. Los ancianos eran hombres buenos que amaban al Señor, pero eran dirigidos por diferentes teologías y diferentes filosofías ministeriales. Pasaron gran parte de sus reuniones enfocados en programas y problemas de estacionamiento, los cuales son temas importantes, pero no son los principales asuntos del ministerio de ancianos. ¿Cómo podía yo cambiar esa cultura?

Estos son cuatro principios que me ayudaron en la tarea de formar ancianos, en el contexto de revitalización de la iglesia.

1. Enseña

Antes de convocar una reunión de miembros, antes de anunciar una nueva estructura de liderazgo, antes de hacer cualquier cosa, simplemente enseña la Biblia

Antes de convocar una reunión de miembros, antes de anunciar una nueva estructura de liderazgo, antes de hacer cualquier cosa, simplemente enseña la Biblia. Si estás buscando liderar, primero demuestra que eres un hombre bajo autoridad. Comprométete a una predicación expositiva regular y consecutiva que disipe cualquier idea de que tienes una agenda secreta u otros intereses. Cuando encuentres pasajes que hablan sobre el liderazgo bíblico, haz una pausa para explicar y aplicar, ya sea que estés viendo cómo Moisés se benefició de una pluralidad en el liderazgo (Éx 18), cómo David elogió las virtudes del liderazgo (2 S 22:3), o que Pablo y Bernabé específicamente nombraron ancianos en cada pueblo (Hch 14:23).

Distribuye buena literatura sobre liderazgo bíblico. Habla con la gente uno a uno. Llévalos a pasajes en Hechos, 1 Timoteo, Tito, Santiago y 1 Pedro y muéstrales la pluralidad de líderes espirituales llamados “ancianos” o “obispos” en la iglesia primitiva. Confía en el hecho de que el pueblo de Dios es habitado por su Espíritu y, por ende, las Escrituras serán persuasivas y convincentes para ellos.

Muchas iglesias están confundidas sobre el liderazgo porque no se les ha enseñado al respecto. Se desvían hacia modelos corporativos, tendencias de moda o lo que mejor les funcione, mientras la vida espiritual de la iglesia muere lentamente. Los ancianos no son una junta directiva. Son pastores, ya sea que se les pague o no, que aman a la iglesia y dirigen mediante la consejería, la enseñanza, el discipulado uno a uno, la predicación y la oración. Esto no siempre es intuitivo y tu congregación necesita que tú les enseñes estas cosas.

2. Ora

Los pastores no hacen otros ancianos; es el Espíritu Santo quien los hace (Hch 20:28). Por eso, además de enseñar y capacitar, los líderes de la iglesia deben estar dedicados a la oración. Dios es el que levantará pastores fieles a través del ministerio de su Palabra.

Cuando asumí el pastorado, algunos sospecharon que estaba tratando de poner a “mis favoritos” en el liderazgo. Otros temían perder el poder. No había nada que pudiera hacer al respecto. Fui hecho consciente de una manera dolorosa de mi incapacidad para reformar la iglesia por mi cuenta. Así que comencé a orar para que el Señor transformara la junta de ancianos y así lo hizo, a paso lento pero seguro.

Los pastores no hacen a otros ancianos. Dios es el que levantará pastores fieles a través del ministerio de su Palabra

Una de las respuestas a mi oración fue Richard. Se unió a nuestra iglesia poco después de llegar de Zambia. Él estaba cada vez que la iglesia se reunía, era intencional en involucrar a las personas en una conversación espiritual, servía a los demás sin importar si recibía crédito. Gracias a su iglesia anterior, habíamos recibido un anciano preparado. Pronto la congregación lo reconoció como tal. Uno a uno, la composición de nuestro consejo de ancianos comenzó a cambiar.

3. Ama

Los pastores pueden expresar amor de muchas maneras, pero una de las más importantes es reuniéndose individualmente con ancianos potenciales para un discipulado intencional. Jesús se invirtió profundamente en los doce y aún más en los tres (Pedro, Santiago y Juan). Debemos capacitar a los ancianos de la misma manera. Selecciona a algunos hombres prometedores y discipúlalos.

Esta mayordomía implica enseñar, pero en un grado mayor. Hacer discípulos y formar ancianos es menos como un salón de clases y más como la crianza. En ese sentido, Colin Marshall y Tony Payne observan que “es profunda e innegablemente basado en relaciones humanas. Al observar la relación que tenían Pablo y Timoteo, de inmediato se hace evidente que en la capacitación de este último hubo mucho más que una simple transferencia de habilidades o información”.

Mark Dever tuvo que aguantar muchos sándwiches de Subway cuando me estaba discipulando durante los primeros años. Recuerdo que, como recién convertido, me preguntaba: ¿Por qué siempre vamos al mismo lugar a almorzar? ¿Qué tal algo de variedad? Solo más tarde me di cuenta de que Mark eligió comer allí porque estaba construyendo una relación con la familia detrás del mostrador de forma sistemática y, en eso, estaba modelando para mí la intencionalidad y la fidelidad evangelística que necesitaba como anciano.

Hacer discípulos y formar ancianos es menos como un salón de clases y más como la crianza

El apóstol Pablo dijo: “El propósito de nuestra instrucción es el amor” (1 Ti 1:5). Este tipo de amor se multiplica a sí mismo en la vida de una iglesia. Sé ejemplo de ese amor para los líderes potenciales a los que discipulas.

4. Permanece

Entrenar a los ancianos se parece más a la agricultura que al montaje de una fábrica. Thabiti Anyabwile sabiamente aconseja: “Ten paciencia y fíjate en aquellos hombres que evidencian el deseo a lo largo del tiempo. Observa a un hombre. Anímalo. Observa el deseo en los tiempos fructíferos, en los tiempos áridos, cuando está lleno de gozo y cuando está triste”. Ayuda tener una visión de largo plazo. Piensa en años, no en meses.

Nader, de Egipto, era un joven cuando llegó a la iglesia UCCD. Era afable, alentador y conectó naturalmente con nuestros miembros de habla árabe. Cuando Nader se casó y comenzó a formar una familia, también desarrolló un creciente interés en las misiones y fue elegido como nuestro diácono de misiones. Entonces la gente comenzó a notar sus dones de pastor. Él se preocupaba pastoralmente por los servidores que apoyábamos y les daba seguimiento con regularidad. Comenzó a enseñar más y nuestra congregación finalmente reconoció a un anciano que había crecido entre nosotros.

Adopta una visión de largo plazo en la formación de ancianos. “No impongas las manos sobre nadie con ligereza” (1 Ti. 5:22). La formación de ancianos lleva tiempo. Con una perspectiva a largo plazo, podemos cultivar la próxima cosecha.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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