La Biblia está llena de simbolismos. Algunos son fáciles de identificar, pero hay otros en los que tenemos que escavar y escudriñar para poder verlos. El cordero de Dios es uno de los más obvios; pero la mesa y su significado es uno de esos en los que tenemos que buscar.
Dios ha tenido un propósito para la mesa desde el principio. Sabemos por ejemplo, que la mesa en el tabernáculo fue hecha de madera de acacia (Éxodo 37:10), e interesantemente el altar de quemar incienso (Éxodo 30:1) y del holocausto (Éxodo 38:1) también fueron del mismo material.
El Señor fue tan especifico con la construcción de las mesas como lo fue con el resto del tabernáculo. ¿Por qué madera de acacia? Podemos aprender algo de los Judíos. En Hebreo la madera de acacia es shittiym, y para los Judíos es un acrónimo de 4 diferentes palabras: Shalom (paz), Yeshuah (la salvación), Tova (bondad) y Mechilah (perdón).
En una de las mesas del tabernáculo es donde el incienso fue quemado, simbolizando nuestras oraciones. La oración es la conversación que tenemos con Dios, donde oímos su voz y admitimos nuestra dependencia total de Él. La mesa es también donde los sacrificios fueron quemados, simbolizando el pago por nuestro perdón.
La única forma en la que podemos tener paz es a través del perdón que nos fue otorgado vía la muerte de Jesús en un madero, para entonces poder vivir como Él quiere que vivamos. Y la única forma en la que sabremos cómo vivir es a través de conocer su Palabra y oír su voz en oración.
La única forma en la que podemos tener paz es a través del perdón que nos fue otorgado vía la muerte de Jesús en un madero
El mismo sacrificio, Jesús, llamó a sus discípulos a una mesa la noche antes de su muerte. Él usó la mesa para explicarles lo que sucedería, para que ellos y nosotros tengamos la capacidad de entender, una vez el Espíritu Santo abra nuestro entendimiento. Con este conocimiento podríamos entender la bondad de Dios a través de Su sacrificio. El rey David entendió esto cuando escribió en Salmos 23:5 “Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos”.
¿De qué manera Él nos mandó a que recordemos lo que Él hizo por nosotros? La mesa de la santa cena. La mesa nos recuerda Su bondad, Su misericordia, Su gracia y Su amor para con nosotros. ¡Él es el pan de vida! (Juan 6:35). En la vida diaria podemos usar nuestra mesa para demostrar este mismo amor para aquellos alrededor de nosotros.
Cuando usamos nuestras mesas apropiadamente, pueden ser un canal de estas mismas bendiciones para ellos. Dios prepara la mesa para nosotros para que conozcamos el pan de vida, y luego nosotros preparamos la mesa para compartir el mismo pan con otros. ¿Cómo es que podemos usar nuestras mesas? Sirviendo una comida a nuestros seres queridos, y compartiendo, no solamente la comida física, sino la comida espiritual al estar con ellos. O compartir una taza de café con una amiga que necesita oír de Dios, explicándole cómo resolver sus problemas en una forma bíblica.
Cuando usamos nuestras mesas apropiadamente, pueden ser canales de bendiciones
La mesa es también suficientemente grande para estudiar la Biblia con todas las concordancias, diccionarios y devocionales. Entonces, la mesa es donde podemos recibir de Él y luego compartirlo con otros. Es además un espacio donde podemos orar y alabar a nuestro Salvador. Hay muchas otras cosas que podemos hacer cuando usamos nuestra mesa como un instrumento de bendición.
¿Hay una mesa en los cielos? Cuando Jesús participaba en la última cena, Él dijo en Marcos 14:25 “En verdad os digo: Ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba de nuevo en el reino de Dios”. Una cosa sí sabemos y es que cuando lleguemos al cielo, vamos a compartir cara a cara con el Pan de Vida y nunca más tendremos hambre o sed.
La mesa simboliza lo que Jesús hizo por nosotros en el madero, y la realidad es que tenemos que compartir la mesa con Jesús y luego con otros, hasta que Su reino sea establecido en la tierra como lo está en los cielos.