×

El sabbat: un principio perdurable para el alma

Nota del editor: 

Este artículo es parte de un foro de tres puntos de vistas sobre el sabbat.

El año pasado mi familia se mudó a Toronto para que yo pudiera pastorear una iglesia. Le dije a mi nueva congregación que pasaría los primeros meses tratando de escuchar más que dirigir.

Mientras hacía visitas a los ancianos, personal, y los líderes de la congregación, les hice a todos una pregunta: “¿Sientes que tu alma está creciendo, o te sientes espiritualmente drenado?”

Casi sin excepción, la respuesta fue: “drenado”.

Trabajando hasta el cansancio

Quizás tu iglesia, tu familia, o tú están, una vez más, en una temporada muy ocupada. Quizás dices cosas como: “Debemos hacer más como iglesia para _____”, “queremos que nuestros hijos sean los mejores en ______”, o “no puedo descansar hasta que no haya logrado _____”.

¿Por qué nos decimos a nosotros mismos que creemos el evangelio pero trabajamos y planificamos como si todo dependiera de nosotros? Múltiples deportes para los niños. Lecciones de música. Noche de grupo pequeño. Ser voluntario para la cena. Café con los nuevos visitantes. Ninguna de estas cosas son malas en sí mismas, claro está, pero con el número de compromisos que se van apilando, no es de sorprendernos que nos sintamos más drenados que llenos.

Si puedes identificarte con esto, escucha estas simples palabras de parte de Jesús: “El día de reposo se hizo para el hombre” (Mr. 2:27). El principio de incorporar un descanso regular y cristocéntrico a nuestras agendas es una pieza de un brillo divino particular, una revelación que, aunque sea contraintuitiva para muchos de nosotros, es para nuestro crecimiento y para la gloria de Dios.

De la misma manera en que Eva fue creada para que el hombre no viviera solo, el sabbat fue creado para que el hombre no tuviera que vivir exhausto. El único problema es que no somos buenos siguiendo reglas, aún cuando las reglas son buenas para nosotros.

Un principio perdurable

La semana de siete días, a diferencia de otras cosas de nuestro calendario, no está basada en la naturaleza; solo en la revelación divina. Aunque precede a los diez mandamientos, la semana de siete días está consagrada en el cuarto mandamiento: guarda el día de reposo para santificarlo.

De la misma manera en que Eva fue creada para que el hombre no viviera solo, el sabbat fue creado para que el hombre no tuviera que vivir exhausto

Aunque los creyentes del Nuevo Testamento se relacionan de manera diferente con la ley comparados con los creyentes del antiguo pacto, las Escrituras parecen indicar que el principio del sabbat todavía existe. Jesús no solo observó el sabbat Él mismo y afirmó su valor, sino que el principio detrás del mandamiento, así como el matrimonio, precede a la ley misma.

Ya no hacemos sacrificios de animales, prohibimos el cerdo, u observamos fiestas ceremoniales como lo hacían en el Antiguo Testamento. Sin embargo, la mayoría de los cristianos a través de la historia han creído que los diez mandamientos todavía aplican para nosotros hoy.

Esforzarse por parecerse a Cristo significa esforzarse por conformarse al carácter de Dios y a sus mandatos de creación, tal como la observancia del sabbat. No hay la menor duda de que la observancia del sabbat ha pasado por algunos cambios fundamentales desde el tiempo del Antiguo Testamento. Por ejemplo, ahora se celebra en un día diferente: el domingo, el primer día de la semana. Este es el día en que Cristo resucitó (Jn. 20:19; Hch. 20:7; 1 Co. 16:1-2) y la razón por la cual se llama “el día del Señor” (Ap. 1:10).

El que elimina la sombra del sabbat

El sabbat, como todo el resto de la ley, encuentra su cumplimiento en Cristo. Está destinado a apuntarnos a Cristo como nuestro gran descanso, nuestra gran salvación. Como el mismo Jesús dijo: “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas” (Mt. 11:28-29).

Ninguna cantidad de vacaciones, exposición a entretenimiento, o escapismo en las redes sociales nos dará verdadero descanso. Correr a Cristo, someternos a su provisión y dirección, es el único sabbat real y perdurable para el alma

Ninguna cantidad de vacaciones, exposición a entretenimiento, o escapismo en las redes sociales nos dará verdadero descanso. Correr a Cristo, someternos a su provisión y dirección, es el único sabbat real y perdurable para el alma.

Como observa Dane Ortlund hermosamente: “Él es aquel de quien el sabbat es solo una sombra; Jesús es el que elimina la sombra. Él no solo perdona nuestros pecados; Él hace que las revoluciones de nuestro corazón bajen su ritmo hacia una cordura en calma. Y ninguna circunstancia externa puede amenazar este descanso, mientras lo miramos a Él”.

Un recordatorio de descansar

Estar muy ocupados es, al final, una forma de perseguir un estatus divino. Cuando pensamos que podemos encontrar nuestro significado en nuestras agendas ocupadas, estamos tratando de suplir lo que solo Dios puede dar. Y estamos tratando de ser lo que solo Dios puede ser: omnipresente  y omnipotente. Un descanso sabático, entonces, se convierte en un recordatorio regular y oportuno para nosotros de que no somos Dios.

Para las personas e iglesias alrededor del mundo, ha venido recientemente un tipo de sabbat forzado. El coronavirus y las cuarentenas resultantes nos han forzado a disminuir la velocidad de nuestro paso acelerado y frenético, y a reconocer la manera en que nosotros dependemos del Cristo que proclamamos. No podemos agendar, trabajar, o hacer estrategias para salir de los retos que enfrentamos.

Pero esto es de ayuda, ¿cierto? Significa que debemos arrojarnos sobre Dios y la salvación real y diaria que Él provee en Cristo. Esto quiere decir que estar ocupados no es la respuesta. Quiere decir que nosotros no somos la respuesta. Solo Dios lo es.

Dios nos ha revelado un principio por el cual vivir, y sobre el cual toda alma humana crecerá. El principio del sabbat no es solo otra regla que cumplir. Es una oportunidad que Dios nos está proveyendo para disfrutarlo a Él más. Afirmamos nuestra fe en la Palabra de Dios y su revelación cuando, como cristianos, observamos el principio del día de reposo.

Observando el sabbat hoy

¿Cómo luce el principio del sabbat en nuestros días? Más que un mandamiento negativo (“no deberás”), se nos llama a “guardar” el principio del sabbat, para involucrarnos activamente en el propósito del sabbat.

Esto puede significar hacer panqueques especiales y celebrar el día del Señor con tu familia. Quizás signifique pasar tiempo con amigos creyentes o leer un libro que te acerca al corazón de Cristo. Ciertamente, debe haber participación con el cuerpo de Cristo. Puede incluir actos de misericordia, que acerque tu corazón hacia otros y por ende acerque otros corazones a Dios.

Cualquier día que sea, usa este principio para ayudar a que tú y tu familia vean su dependencia de Cristo, su necesidad de descanso, y que Cristo es su fortaleza

El descanso del sabbat debería consistir, al menos, en un tiempo intencional de alejarte de toda otra actividad u obligación y deleitarte en quién Dios es en Cristo.

Esto ciertamente significará incorporar temporadas regulares de descanso, refrigerio, y adoración en tu vida. Aún si tu situación laboral requiere que trabajes el domingo, todavía puedes honrar al Señor y proveer descanso para tu alma semanalmente. Cualquier día que sea, usa este principio para ayudar a que tú y tu familia vean su dependencia de Cristo, su necesidad de descanso, y que Cristo es su fortaleza.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando